¿Sabemos hacia donde vamos?

Eduardo Barreira Delfino

por Eduardo Barreira Delfino

jueves, 24 de enero de 2013

Días pasados nos vimos sorprendidos por el hundimiento de un buque de guerra insigne de nuestra Armada, con la notable y triste curiosidad de que fue hundido sin haber entrado en combate y sin haber recibido ningún misil “exocet” antibuque.

Este acontecimiento puede ser la gota que rebalse el vaso y conlleve a una toma de conciencia para producir un cambio radical del país, para erradicar que lo formal predomine sobre lo sustancial, lo secundario se anteponga a lo principal, lo coyuntural prevalezca sobre lo estructural y lo que se dice no es lo que se hace, para no terminar aterrizando en la insignificancia.

¿Por qué la Argentina esta condenada al éxito? No encuentro explicación para este apotegma si reparamos que:

 

No hay Nación
Hay gente en un lugar.
No hay Estado
Hay gobierno de turno.
No hay República
Hay personalismos.
No hay Federalismo
Hay unitarismo.
No hay Democracia
Hay simples elecciones.
No hay Poder Ejecutivo
Hay caciques de turno
No hay Parlamento
Hay recinto de negocios y especulaciones.
No hay Representatividad
Hay mandatarios infieles.
No hay Justicia
Hay cargos judiciales.
No hay Capitalismo
Hay corporativismo selectivo.
No hay Mercado
Hay prerrogativas y subsidios.
No hay distribución de riqueza
Hay distribución de miseria.
No hay Sindicatos
Hay patotas sindicales.
No hay Funcionarios
Hay simples nombramientos.
No hay Partidos Políticos
Hay sellos y membretes.
No hay Políticos
Hay demagogos y parlanchines.
No hay Ciudadanos
Hay habitantes.
No hay Provincias
Hay limitaciones geográficos.
No hay Unión Nacional
Hay desintegración social.
No hay Paz Interior
Hay tensiones y enfrentamientos.
No hay Defensa Común
Hay protección solo para algunos.
No hay Bienestar General
Hay subdesarrollo y exclusión social.
No hay Proyectos
Hay anuncios y declamaciones.
No hay Educación
Hay lugares con maestros y alumnos.
No hay Salud Pública
Hay simples primeros auxilios.
No hay Previsión Social
Hay incertidumbre futura.
No hay Fuerzas Armadas
Hay personal uniformado.
No hay Seguridad Ciudadana
Hay permisividad e impunidad
No hay Política Exterior
Hay viajes de turismo.
No hay Política Interior
Hay conciliábulos y exclusiones.
No hay Planes de Vivienda
Hay arreglos, ocupaciones e intrusiones.
No hay Libertad de Prensa
Hay diarios y revistas.
No hay Red de Transportes
Hay trenes, aviones y colectivos.
No hay Sistema Energético
Hay surtidores, garrafas y cables.
No hay Infraestructura
Hay servicios dispersos e ineficientes.
No hay Política Tributaria 
Hay entes recaudadores.
No hay Fuerzas Morales
Hay anomia colectiva.
No hay Proyecto de País
Hay personas a la deriva.

 

Luego de cinco décadas de frustraciones, es hora de que la sociedad en su conjunto deje de lado las bravuconadas, los relatos sin sentido y el fútbol para todos, cuestiones muy simpáticas pero inservibles para ponerse los pantalones largos y reconstruir los cimientos de una sociedad progresista y sustentable para todos.