por Staff ZonaBancos.com
lunes, 17 de mayo de 2004
En el reporte titulado La espera 49: Nada tan práctico, como una buena teoría, sobre el Merval: “...no necesita una toma de ganancias, sino una corrección mayor”.
En “La espera 54: Confusiones onerosas, sobre Wall Street: “...no sería imprudente salir del mercado ante riesgos críticos. Que la FED tome un rumbo astringente... o le sea impuesto”, y “...el riesgo de que la ‘ilusión monetaria’ se esfume antes que la reactivación se consolide, está presente”.
En Divididos 2: Fundamentos, mercados y cabernet sauvignon, sobre la política monetaria yankee: “Sus alternativas serán claudicar en cuanto al nivel de tasas, o lesionar el crecimiento...” y “...sería menos traumático, si una vez sacrificado el control, se compensara la penuria con una baja de los commodities.”
Y en Divididos 5: Tesis, antítesis y síntesis de los mercados, tres días antes del crac bursátil global, un llamado a la prudencia: “Sea cauto, por favor. Los gurues sonríen aterrados. Mayo podría ser inolvidable...”.
Si actuó conforme lo sugerido en esta columna, debiera tener una cartera de activos razonablemente líquida. La otra alternativa, es que no la lea, sea ciego o niegue la realidad. Y eso no es problema mío. Ahora bien, considerando la turbulencia, es menester anticipar la oportunidad en que reingresar al mercado puede ser de provecho para su patrimonio. Ese y no otro, es el objetivo de estos trabajos.
En primer lugar, hay que reconocer que en materia financiera y, conforme la macroeconomía planetaria, los mercados nacionales han dejado de existir. Esto nos permite concluir, que el Merval se recuperará, cuando el mercado internacional lo haga; y que por ser el nuestro de mayor volatilidad, lo hará con guarismos superiores a las bolsas del mundo civilizado.
Analizando las bajas del Merval en dólares corrientes del “Tequila” a la fecha, se concluye que la depresión en los precios es siempre, proporcional a la duración de la crisis. Y que a ellas, podemos dividirlas en tres categorías bien diferenciadas: cortas, medianas y largas. A continuación haré un breve análisis de sus características, no sin aclarar antes, que las mensuras tienen una probabilidad algo superior a los 2/3, tanto en lo referente a plazos, como a la variación del índice.
La correcciones cortas tienen una duración que va de 4 a 7 semanas. En las más prolongadas del grupo se observa que el descenso se produce en dos movimientos, separados por una semana en que los precios se mantienen más o menos estables. Las más cortas muestran un único movimiento descendente y pronunciado. Respecto de los porcentajes de baja, para estos casos, los mismos se ubicaron entre el 9 y el 21%.
Las bajas de duración media, tienen lugar en un lapso que va de 9 a 13 semanas. Las más de las veces, dicho lapso se divide en dos partes. La primera y más larga, se estiliza con un breve e incierto descenso inicial, que deviene inmediatamente regular y pronunciado. Luego tiene lugar una lateralización corta, a la que sigue un súbito deterioro final. En estos casos el índice indicado, retrocedió históricamente entre 16 y 35%.
Los movimientos más prolongados, son contemporáneos a crisis políticas o externas. En todos los casos superan las 21 semanas, divididas en tres movimientos. El primero es de naturaleza y duración más o menos similar al descrito en el párrafo previo. Luego, una lateralización de tres o cuatro semanas precede otra baja, más breve que la inicial, pero de similar virulencia. La corrección suele cerrarse formando un doble piso, que parece falso, porque se quiebra ligeramente. Estas bajas producen retrocesos que van del 57 al 66%.
Lo vivido hasta la fecha permite inferir que hemos dejado atrás la probabilidad de una corrección corta. La baja ha sido notable y se prolongó durante ocho semanas. Conforme lo expuesto, no podemos aún identificar si es de mediana duración, o si estamos en presencia de una corrección más prolongada, con visos de “destrucción de mercado”.
Lo que dificulta el pronóstico es que estamos justamente donde, tanto en las medias como en las prolongadas, el mercado lateraliza; antes de terminar con un intempestivo descenso adicional, o con otra dilatada caída. Pero no todo está perdido. La mensura de ésta lateralización, para cada grupo, muestra en las crisis medias una volatilidad mucho mayor que en las prolongadas. Por lo tanto, de seguir la presente corrección un patrón análogo, debiéramos ver en lo inmediato, rebotes y caídas de hasta un 10% semanal.
Si viera una volatilidad significativa, pero más moderada... ¡siga con el casco puesto!.
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