¿COMO?¿NO ERA GRATIS JUNIOR?

Staff ZonaBancos.com

por Staff ZonaBancos.com

martes, 20 de enero de 2004

Antes de la cumbre entre el Presidente y “Júnior”, un funcionario imperial de jerarquía superior a la del que asistió a la asunción presidencial, manifestó que el gran país del norte estaba “preocupado y decepcionado” por los hechos que produce nuestra política exterior.

Sorprendidas por el calibre del epíteto, las primeras espadas del gobierno argentino reaccionaron con una estrategia poco menos que pueril. Impugnaron la representatividad del declarante, y trataron denodadamente, de darle a sus dichos el carácter de opinión personal. Un tratamiento tan falto de sutileza y dignidad, provocó ipso facto, la ratificación oficial del Departamento de Estado.

Es probable que hallamos incumplido, o reinterpretado “a piaccere”, algún compromiso expresa o tácitamente asumido durante la negociación con el FMI. Ahorristas e inversores, debieran tomar cuenta de ello...

Quedó de manifiesto, que el procedimiento legitimador del nuestro orden político, es incompatible con el carácter que el Imperio otorga a los compromisos de Estado. Pasa que el capitalismo es contrario a las convicciones argentinas; pero por nuestra involuntaria ineptitud, debemos solicitar sus favores usando un pragmatismo que repugna los más caros valores patrios.

Ni el gran mundo, ni la “claque liberal”, entienden que seguir un derrotero afín a nuestra delictiva versión de dicho orden, requiere para su digestión social, un izquierdismo que equilibre la balanza. No por ser ésa la expresión filosófica del justicialismo, sino por su funcionalidad institucional. Ejemplo de esto, podría ser la eventual incineración de la diputada Ocaña, destacada en la “Cajita de Cristal” gracias a una genial maniobra del transversalismo. Lo dicho es una verdad de Perogrullo para los miembros del PJ, duchos en la separación de ideología y bolsillo; pero aparece como algo repugnante a los funcionarios yankees, que en momentos de conflicto juzgan las lealtades con insoportable meticulosidad.

Ni EEUU debiera olvidar el perjuicio que en la investidura de nuestro Presidente, produciría el más mínimo atisbo de vuelta a las “relaciones carnales”; ni Argentina debiera ignorar la respuesta que se daría a una administración que luego de ser secundada en una negociación crucial, estafara moralmente al Imperio. Cualquiera desborde, lesionaría la salud política o el sector externo, puntales de nuestro ciclo económico.

Pero inevitablemente, el pecador tiende a minimizar la trasgresión implícita en sus actos. Esto podría hacer que nuestro gobierno “ignorase” las causas que provocaron el mentado endurecimiento diplomático. Pasemos revista entonces a los “desaires” que podrían comprometer aquel respaldo:

1. Durante su visita a Cuba, Estado integrante del segundo “eje del mal”, el canciller argentino manifestó “no tener tiempo” para recibir a quienes disienten con el régimen insular.

2. Argentina se negó a otorgar inmunidad jurídica a los miembros de las FFAA estadounidenses que participen en maniobras militares conjuntas dentro de nuestra jurisdicción nacional.

3. Como consecuencia de tal negativa, se generó una situación que impidió a nuestra fuerzas, participar en los ejercicios regionales conjuntos conocidos como “Águila III”.

4. El gobierno argentino manifestó que no respaldará ninguna iniciativa que implique intervenir en los asuntos colombianos, pese al pedido de ayuda que ese país formalizara al respecto.

5. Nos sumamos a Brasil durante el derrocamiento del Presidente boliviano, pese a saber que el Imperio censura, tanto sus ambiciones geopolíticas, como el ascenso cocalero.

6. Obramos con una pasividad casi cómplice, respecto de la organización de un congreso piquetero en la Triple Frontera; lugar que mantenemos sin la más mínima asepsia estratégica.

Estos hechos han ofendido la sensibilidad imperial. Nadie discute la desagradable e insolente naturaleza de las presiones recibidas, ni la lesión que su acatamiento produciría en la soberanía nacional. Pero debe quedar claro, que la independencia es una dignidad reservada solo a quienes cumplen sus compromisos, o a quienes pueden desafiarlos, sin lesionar su destino. Y no es nuestro caso...

Olvide el sainete y centre su atención en la respuesta que EEUU dará a nuestros actos, porque el encantamiento se ha roto. No será lo mismo un oportuno olvido, que una presión tendiente a rectificar lo actuado. Ni una sanción simbólica, a soltar nuestra mano en medio de la negociación externa.

La inicial confraternidad entre Júnior y nuestro Presidente, puede adquirir tinte grotesco.

Dios no lo permita...