LA ESPERA 43: PRENSA AMARILLA Y ESPECULACION CAMBIARIA

por Staff ZonaBancos.com

martes, 30 de diciembre de 2003

“George Soros y Warren Buffet especulan contra el dólar”. La nota, casi farandulesca, recorrió el mundo financiero. Títulos así pueden provocar conclusiones equivocadas. Veamos por que...

La especulación es una acto intelectual mediante el cual una persona intenta anticipar hechos futuros, para obtener algún beneficio. Los incapaces de tal proceder, trataron ancestralmente de erosionar la nobleza de dicha acción, subordinándola a objetivos siniestros. En este caso, el periodismo indicaba que dos millonarios con amplia experiencia financiera, vendían la moneda de su propio país, para provocar una depreciación que implícitamente, perjudicaría a sus conciudadanos.

Para validar ese mensaje subliminal, debieran al menos, haber verificado estas hipótesis:

1. Que dos personas acaudaladas, pueden manipular el mercado internacional de divisas.

2. Que dicha especulación sería responsable de la depreciación del dólar estadounidense.

3. Que tal derrotero cambiario, es contrario al actual interés financiero de los EEUU.

Dicen que “Bill” Gates, fundador de Microsoft, es la persona más rica del mundo. Su patrimonio superaría los USD 80.000MM. Si cada uno de estos especuladores tuviese similar fortuna, y crédito por otro tanto, su máxima postura alcanzaría USD 320.000MM. Imaginemos que en una operación suicida, invirtiesen todo en “puts” al 5% de prima sobre el valor contractual. La venta máxima sería de USD 6,4 billones de dólares. Comparada con los USD 547,5 billones anuales del mercado internacional de divisas; la baja capacidad de intervención sepulta la primera hipótesis. Además, la lógica indica que cada “vendido” lo está, porque hay otro “comprado” en idéntica suma. Esto pone de manifiesto que las fuerzas de la especulación se neutralizan recíprocamente, abortando la segunda hipótesis. Debiéramos concluir entonces, que la baja del dólar obedece a factores distintos a la especulación.

El libre fluir del capital es un interés permanente de EEUU, aún en medio de una guerra y con elevada incertidumbre económica. Ahora bien, ¿debieran en una coyuntura así, sostener su divisa con una fiscalidad contractiva? ¿sacrificar la expansión monetaria que la supervivencia nacional exige, en aras de un prurito financiero innecesario?. Negadas ambas preguntas por repugnar a la razón, hago una última: ¿es esta devaluación contraria al actual interés yankee?. La tercera hipótesis, señores, también cae.

La devaluación no fue provocada por la especulación, sino por una necesidad económica bien entendida. Soros y Buffet no han especulado, porque si el ajuste no podía tener lugar en lo fiscal o lo financiero, la única opción era ajustar el tipo de cambio... ¡aunque a algún colega le pareciera imposible meses atrás!. Tampoco obraron contra su interés nacional; porque la depreciación solo adecúa un caudal monetario hoy imprescindible, a una demanda que aún no le encuentra usos productivos. Puesto el periodismo en su lugar, continuemos...

¿Habrá sido la depreciación excesiva?. Nada dice la prensa al respecto. Para indagarlo, comparemos el período expansivo y la guerra contra el Terror; con la “reaganomics” y su cruzada contra el “Imperio del mal”:

Las conclusiones son simples. El capital busca refugio en EEUU sin importar la coyuntura o el uso que le dé. Los ciclos bursátiles no responden a la tasa real o al tipo de cambio, sino al sesgo implícito en la política fiscal (expresado como cambio presupuestario entre puntas, en porcentaje del producto). Aparentemente, la combinación del sostén externo y el saldo presupuestario, rige el mercado de capitales.

El impacto del terrorismo en la conducta privada, aún atenuado por una política monetaria de laxitud pocas veces vista, ha sido formidable. Provocó un cambio en la conducta económica del estadounidense medio. Solo una alteración en la situación estratégica, que atenúe o compense el esfuerzo fiscal; o un repunte autónomo de la inversión, pueden impedir que el dólar profundice algo más su caída.

Una prensa baladí no comprendió, que en la presente coyuntura, la devaluación fortaleció al Imperio... ni que estos distinguidos especuladores, podían estar cumpliendo órdenes de Mr. Greenspan.