PERVERSIONES INNATAS

Staff ZonaBancos.com

por Staff ZonaBancos.com

miércoles, 24 de diciembre de 2003

La acción humana está restringida por la materia, el tiempo y el conocimiento. Suele suceder que cuando dichas restricciones afectan las más fantásticas maquinaciones de los hombres; éstos intentan prescindir de ellas... y hasta negarlas. Algo así puede estar sucediendo en el Board de la FED. Permítaseme aclarar.

Del colapso socialista a la guerra terrorista, la fiscalidad del Tío Sam parecía un dechado de virtudes. Fue porque una vez derrotado el “Imperio del mal”, se supuso que el devenir de la humanidad no podía ser otro que una fraternal reconciliación. En sus versiones más alucinadas, algunos hablaron incluso del “fin de la historia”; olvidando que la ambición y el conflicto, son para el ser humano similares al palpitar cardíaco. Aunque por un instante, el sueño pareció realidad.

Es que el gasto de defensa, partida crítica desde el aplastamiento del nazismo, caía más a prisa que la tributación. Esto desembocó en unas cuentas temporalmente superavitarias, que habilitaron incluso, habladurías sobre la amortización de la deuda pública yankee. La paz duró hasta que algunos entes comprendieron que la pax americana, condicionará su existencia. La guerra, con su autónoma naturaleza fiscal, estalló entonces. Esta no constituye un gasto votado ni legitimado por la volición del príncipe. Lejos de ello, su vigencia depende del poder relativo y la voluntad de los contendientes... no de la legislación.

Esta situación llevó al Tesoro imperial, de un superávit del 2% a un déficit que oficialmente, ya orilla el cinco.

Esa fue la primera perversión. El Tío Sam enfrentó las finanzas bélicas, no solo con la tributación propia de una situación de paz, sino con la que se juzgaba adecuada para estimular una economía alicaída. Nadie duda de la fortaleza estadounidense, pero la decisión lleva implícita una imprudente temeridad.

Abortado el financiamiento al sector privado, la economía entró en recesión. Comparemos para comprender...

El ahorro tradicional colapso en EEUU hace años. Desde la consolidación imperial, el capital externo fue atraído por la tasa de interés real, y debido a la salud fiscal de la nación abonó la inversión privada. Pero la recesión llevó el ingreso a un nivel incompatible con la atención de las deudas contraídas. Eso hizo abortar la zanahoria, pero no la fuente. Ahora, el capital externo es atraído por una devaluación que abarata a diario los activos yankees para el resto del mundo; pero como el déficit fiscal absorbe la casi totalidad de dicho influjo, la inversión privada quedó rezagada.

Sacrificada la política cambiaria por ser contraria a la ideología vigente, y condicionada la política fiscal por guerras y ambiciones electorales; el esfuerzo recayó en una política monetaria que atada a un sesgo declarado, minimizó el riesgo de especular contra el dólar. Momentáneamente inhabilitada para torcer ese curso, la FED mantiene el gasto expandiendo el crédito bancario o consumiendo capital. Un esquema como el presente condiciona en el largo plazo, no solo el producto potencial, sino la estabilidad de precios. Tal su mayor perversión...

Ahora bien, si la renta inmobiliaria está atada a una burbuja propia de éste exiguo nivel de intereses, si las tasas se mantendrán en un piso histórico con quebranto para el inversor, si el beneficio empresario no puede tocarse porque es necesario evitar que el desempleo que erosione la cohesión social, ¿quien se contraerá para compensar el riesgo de esta espuria financiación?... (porque de deflación ya no se habla ¿vio?).

El presupuesto público y la participación salarial en el ingreso, son las fuentes que por su magnitud, podrían obrar tal compensación. Pero el presupuesto está condicionado no solo por el esfuerzo de guerra, sino por las ansias de “Júnior” sobre un segundo mandato. Concluyo entonces que es altamente probable, que si el presupuesto de defensa se mantiene rígido, y un aumento de la tributación es de legitimación imposible (al menos hasta pasadas las elecciones); solo una contracción salarial real puede mantener la estabilidad de precios. Aunque pensándolo bien, la manipulación de los índices podría ser útil también...

Ni la anticipada caída del dólar, ni el consumo de capital pueden mantenerse per secula et seculorum. Precios inconsistentes a largo plazo, ratifican lo intrínsecamente inestable del presente esquema. No sabemos si el aterrizaje será “soft” o “hard”... ¡y tampoco debiera importarnos!. Solo importa que los precios relativos no están en su lugar, y por lo tanto, se puede lucrar sin esfuerzo.

Fuerzas superiores, inhiben por ahora, cualquier acción moral contraria a las perversiones descriptas; por lo tanto, deberemos limitarnos a observar, comprender y aprovechar...