Los créditos, más allá de los bancos

miércoles, 21 de febrero de 2018

La baja proporción préstamos/PBI de la Argentina abre oportunidades para todos los segmentos. Qué están haciendo las entidades tradicionales en microfinanzas. El rol de las fintech.

En la Argentina hay terreno para que el crédito se multiplique, para que muchos jugadores participen del mercado y que, aun así, cada uno pueda encontrar su oportunidad de negocio, su nicho donde crecer y ser rentable. Hay lugar para los bancos y para los nuevos formatos y la razón para tamaña fertilidad está en que el stock de préstamos otorgado al sector privado es uno de los más bajos de la región. En Uruguay, según datos del Banco Mundial, este indicador ronda en el 30 por ciento; Brasil, alrededor del 66 por ciento, y Chile, el 107 por ciento.

“El mercado argentino está en pleno desarrollo. La tasa de crédito al sector privado, como parte del PBI, es del 14 por ciento y esto significa un potencial enorme de crecimiento para toda la oferta financiera. Adicionalmente, hay un ente regulador como el BCRA que incentiva al mercado y a las empresas a poder brindar más y mejores productos a los consumidores”, plantea Salvador Calogero, country manager de 4Finance, un grupo global dedicado al financiamiento digital.

“El crédito localmente está en un proceso de cambio acelerado de la mano de nuevos players, con una oferta digital y mobile apalancada intensivamente con la tecnología y orientado a atender segmentos como créditos personales, capital de trabajo para PyMEs y finanzas colaborativas”, analiza Rosana Mazza, socia de PwC Argentina especialista en servicios digitales

“En algunos casos –avanza la ejecutiva– se presentan como una alternativa para el crédito tradicional llegando a segmentos hoy no atendidos por la banca y, en otros casos, como un complemento a la oferta existente”.

En el mundo no bancario, o al menos en el que no responde al molde tradicional de banco/depósitos/sucursal/cajeros y ejecutivos de cuenta, hay un universo basto de iniciativas que se mixean, se complementan o se mueven en forma independiente. Desde quienes operan 100 por ciento online, las denominadas fintech, que son las empresas que utilizan las nuevas tecnologías para crear y ofrecer servicios financieros de forma más eficaz y menos costosa, hasta las compañías que conjugan contacto presencial y tecnológico, y otras, como Cordial, que pertenece a Ciudad Microempresas y aborda el microcrédito llevando la bancarización a quienes están afuera del sistema.

Así, conviven y crecen desde un banco 100 por ciento digital a plataformas que conectan personas interesadas en prestar dinero a cambio de una tasa de interés como beneficio con otras que buscan financiamiento (las plataformas P2P), hasta empresas que dan microcréditos a sola firma y se las puede ver en shoppings, supermercados o cadenas comerciales con su stand de promoción, y las que financian a emprendedores con riesgo propio o compartido en forma online. Detrás de algunas hay bancos que operan una segunda marca y en otras hay grandes empresas que apuestan a otro segmento de negocios que no es su core business. En todas hay un enorme potencial de crecimiento y un target objetivo al cual apuntar.

Cada cual atiende su juego

Uno de los primeros en ver la oportunidad y la necesidad de atender este juego fue el Banco Ciudad a través de su brazo Ciudad Microempresas (en asociación con la Corporación Bs. As. Sur). El primer microcrédito lo dio en octubre de 2013 y este año compró Cordial, que ya traía una larga trayectoria trabajando en el segmento. “A diferencia de otras entidades que se manejan por fuera del sistema bancario, nuestro principal activo radica en acercarnos a aquellos sectores que, ya sea por barreras explícitas o implícitas, no acceden al sistema. Buscamos, entre otros factores, fomentar el ahorro y el crédito y potenciar actividades productivas y de autoempleo”, dice Patricia García de Luca, presidente de Ciudad Microempresas.

Durante 2017, Ciudad Microempresas alcanzó un stock de 10.000 clientes, que representan una cartera total de $ 250 millones que, en las proyecciones de García de Luca, se incrementará un 25 por ciento hacia fines de 2018. “El crédito promedio es en la actualidad de $ 50.000 y se coloca a un plazo promedio de 12 meses”, detalla. El capital prestable es del Banco Ciudad.

También con la mirada puesta en los microemprendedores, la ANSeS puso un pie y lanzó este año microcréditos para quienes cobran Asignación Universal. El objetivo es darles préstamos a quienes no acceden al crédito bancario por la falta de ingresos regulares. La tasa es fija de 24 por ciento anual y el destino es libre, desde compra de herramientas para mejorar o iniciar un emprendimiento hasta mejoras en el hogar.

Ya inmersos en el universo digital, este año el BCRA autorizó a Wanap, el primer banco online (comienza a operar este mes) y las plataformas de fintech, con distintos formatos y funcionalidades, se multiplican año a año. Es un segmento en plena expansión a nivel mundial y más en la Argentina, donde empezó a hacer sus primeras armas hace relativamente poco tiempo.

En ese contexto, Johanna Gambardella, directora de Marketing de Afluenta, hace una radiografía global primero, para ir luego de lo general a lo particular. “Durante 2017, la industria del P2P cerrará con un pico en su volumen con transacciones por más de US$ 200.000 millones en el mundo e incluirá a cerca de 70 millones de personas”, explica.

En lo que respecta a la Argentina, avanza la ejecutiva de Afluenta, “a partir de los datos de la Cámara Argentina de Fintech, solo computando datos de las empresas fundadoras se generaron 3400 empleos directos y más de 90.000 indirectos en el país. En los últimos 12 meses, concretamos inversiones por aproximadamente $ 225 millones y se registró una tasa de crecimiento del 110 por ciento, durante el mismo período”.

La primera operación de Afluenta fue en la Argentina en 2012 y está por lograr su punto de equilibrio, mientras que las otras operaciones regionales (Perú y México) todavía se encuentran en etapa de inversión para lograr volumen primero y luego sustentabilidad.

“La oportunidad que representa el mercado argentino para préstamos no bancarios es enorme. Por un lado, existe una estrategia por parte de los jugadores tradicionales del mercado, como los bancos y empresas de consumo más tradicionales, a no reinventarse y a seguir ofreciendo un producto poco atractivo para un segmento de clientes que presenta nuevas características de consumo. De esta forma, la demanda se incrementa, ya que la necesidad en el consumidor existe”, plantea Calogero, a cargo de la operación local de 4Finance con su marca Vivus, que da microcrédito a corto plazo a través de Internet. Y agrega: “Es un mercado que todavía se encuentra en pleno desarrollo, ya que los actores que estamos dando respuesta a este nuevo perfil de consumidor, como es el caso de las fintech, encontramos que la demanda es muy alta y que se incrementa de la mano de los avances tecnológicos”.

En igual sentido se expresa, Martín de los Santos, senior VP de Mercado Crédito, una empresa de MercadoLibre que nació en 2016. “La tecnología, que permite incluir financieramente a mucha más gente, tendrá un impacto enorme en todo el mundo, pero principalmente en los países de la región como la Argentina, que tienen muy poca inclusión financiera”, argumenta. “El objetivo, concretamente en Mercado Crédito, es llegar a toda esa gente que hoy en día no tiene financiación del sistema tradicional crediticio”, agrega.

Desde que empezó a funcionar la fintech de ML, lleva prestados $ 780 millones y, al entender de su VP, la oferta que tienen “complementa a la de los bancos”. Y asegura: “Estamos colaborando en agrandar la oferta crediticia a la sociedad”.

“Tenemos dos productos de inclusión financiera. Por un lado, préstamos de capital de trabajo a vendedores de MercadoLibre y Mercado Pago que les permiten hacer crecer sus negocios en nuestro ecosistema. Y, por otro lado, estamos financiando a compradores que no tienen actualmente alternativas de financiación de compra”, explica De los Santos.

En total, se otorgaron 8000 préstamos a 6100 vendedores. “El monto promedio de los prestamos de Mercado Crédito fue de $ 130.000 y el monto máximo otorgado, $ 2 millones”, detalla el ejecutivo.

Como ejemplo de lo rápido que estas nuevas modalidades de financiamiento se multiplican y acaparan la atención de los usuarios, Gambardella remarca que “a Afluenta le tomó cuatro años alcanzar los $ 100 millones en préstamos originados y solo 14 meses colocar otros $ 350 millones”. Y agrega: “Estamos a punto de superar los 11.000 proyectos financiados y la cantidad de préstamos generados es la mayor de América latina”.

Afluenta es una plataforma de créditos colaborativos que “conecta a solicitantes de créditos con inversores con capacidad para financiarlos que estén buscando alternativas de inversión atractivas”, explica Gambardella y agrega que la compañía no intermedia entre las partes sino que las une a través de una plataforma (P2P).

Vivus, por su parte, se lanzó localmente en octubre de 2015. “Ofrecemos préstamos rápidos, sin garantías y por Internet, que van desde los $ 3000 a $ 8000, a devolver dentro de un plazo de 30 días. Ofrecemos el incentivo de que el primer crédito sea sin interés, a tasa 0, devolviendo únicamente lo que se pide, con el objetivo de estimular a nuestros potenciales clientes a que prueben el producto. Luego, para aquellos que vuelven a tomar un crédito, la tasa varía según el nivel de riesgo que posea ese cliente, pudiendo llegar hasta el 1 por ciento diario”, explica Calogero.

El nicho donde Vivus concentra su negocio es el de individuos que no son atendidos por los bancos. “Nuestros clientes están definidos por un perfil de hombres y mujeres de entre 25 y 55 años, que perciben un nivel de ingresos medio/medio bajo. Sobre la modalidad de otorgamiento, Internet es nuestro canal a la calle, con un call center que respalda las consultas, complementado con un chatbot que responde automáticamente. Casi el 85 por ciento de nuestro tráfico viene por dispositivos móviles”, detalla Calogero.

En el caso de Afluenta, se pueden pedir préstamos desde $ 5000 y hasta $ 500.000 en 12, 18, 24, 36 y 48 cuotas, de forma 100 por ciento online. El crédito promedio es de $ 60.000 y el plazo preferido de los solicitantes es a 36 meses.
 

Fuente: Apertura