El Banco Nación da un crédito hipotecario cada dos minutos y los constructores piden dos años para levantar nuevas viviendas

jueves, 31 de agosto de 2017

Ante el avance de la demanda, los precios de las propiedades crecen un 12% en dólares. Los proyectos pensados para la clase media tienen un camino por delante.

Entre julio y agosto, mientras el dólar subía y ponía histéricos a quienes gestionaban préstamos para vivienda porque con la divisa se encarecía el valor de las propiedades, el crédito hipotecario tocó niveles récord. El sistema financiero entregó en julio 235 millones de pesos por día, según datos del Banco Central. En agosto, el Banco Nación firmó 2200 créditos, uno crédito cada dos minutos y medio.

Estos fueron algunos de los datos sueltos que los empresarios más importantes del país, nucleados en la Asociación Empresaria Argentina (AEA), escucharon hoy de boca de los presidentes del Banco Central, Federico Sturzenegger, y del Nación, Javier González Fraga, en un seminario denominado "Financiando la inversión en desarrollo". Banqueros, constructores, desarrolladores y funcionarios, incluido el ministro de Finanzas Luis Caputo, compartieron el evento. Una conclusión, entre otras vinculadas a la inversión, fue que el crédito hipotecario vuela, pero la oferta de viviendas nuevas no se verá por un tiempo.

Los bancos públicos comenzaron a promocionar líneas de crédito destinadas a los empresarios, para que estos levanten viviendas que luego puedan comprarse con crédito hipotecario.

Desde la salida de la convertibilidad, el desarrollo inmobiliario se hizo sin acceso al financiamiento. Eso focalizó la oferta en las viviendas destinadas a quienes podían pagarlas en efectivo. Eduardo Costantini, que levantó Nordelta, le puso un número elocuente a ese proceso. El barrio cerrado de Tigre demandó una inversión superior a los 3500 millones de dólares y se erigió "sin un dólar de crédito", dijo.

El Banco Nación se puso a la cabeza de esa iniciativa: según González Fraga, financia 140 proyectos para construir 18 000 viviendas, mediante acuerdos con sindicatos, Fuerzas Armadas y empresas.

El Nación se propuso inundar el mercado de créditos para vivienda. Con las tasas más bajas a 30 años (desde 3,5 en préstamos UVA, cuyo capital ajusta por inflación), entregó cerca de 2200 préstamos este mes, dijo su presidente.

"Los préstamos hipotecarios vienen aumentando a tasas cercanas al 49% anual", destacó Sturzenegger al disertar ante los empresarios. "Es cierto que parten desde valores bajos, pero es muy alentador lo que se está viendo en ese segmento, lo cual le da a su vez un gran impulso a la actividad de la construcción y al desarrollo inmobiliario", celebró.

Pero esos proyectos de viviendas nuevas tienen que madurar. Lo explica Juan Chediack, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) y de la constructora que lleva su apellido: "Ha salido el crédito, pero construir tarda dos años. Por eso no hay oferta de viviendas nuevas y las usadas suben 15 por ciento", dijo, en diálogo con periodistas.

Al proceso de construcción se suma, además, la burocracia, se quejó Chediack: "Un inconveniente es lo que demoran las escrituras", sostuvo. Sin la posibilidad de escriturar, las unidades nuevas no califican para el crédito hipotecario.

El Central intentó salvar estas cuestiones con desregulaciones. Un fideicomiso se puede fraccionar para empalmarlo con créditos, por ejemplo. Pero son instrumentos que los bancos todavía tienen en estudio. "Estamos evaluándolo", dijo Sergio Galván, economista del banco Santander Río, una de las entidades privadas líderes entre las que otorgan préstamos para vivienda.

Mientras tanto las propiedades usadas suben de precio. Según el último relevamiento de la consultora especializada Reporte Inmobiliario, los departamentos aumentaron, en promedio, 12 por ciento en dólares en el último año. Para pasarlo en limpio: un departamento que valía 100 mil dólares hace un año, o $ 1,5 millones, hoy cuesta casi dos millones de pesos ($ 1,95 millones, sumados el aumento y la devaluación del tipo de cambio). En pesos, la vivienda se encareció 30 por ciento, 8,5 puntos más que la inflación anual.

El sueño de la casa propia, aunque más palpable por el acceso al crédito, es también más caro.

 

Fuente: TN