Preocupa al Gobierno que ahora López resista vender un banco

miércoles, 15 de junio de 2016

Cristóbal López iba a desprenderse del 70% de Finansur, pero ahora frenó la operación. El Banco Central empuja la venta.

Mientas cede su participación en el negocio del juego, Cristóbal López se niega a negociar la venta de Finansur y crece la preocupación en el Banco Central.

Desde que la AFIP intimó al empresario a pagar sus deudas fiscales, La familia Sánchez Córdova, hoy socio minoritario del banco, buscó recomprar el 70% del paquete accionario que López les compró en 2012.

Pero la negociación quedó estancada porque el empresario, uno de los que más creció durante el kirchnerismo, se niega a aceptar la oferta de su socio minoritario.

Fuentes cercanas a las negociaciones, confiaron a Clarín que el nudo del conflicto radica en que cuando López adquirió su paquete accionario lo hizo con un “importante sobreprecio” que hoy los Sánchez Córdova, como compradores, no quieren avalar.

Según voceros de Cristóbal el monto de la operación había sido en aquel entonces de US$ 21 millones. “Cristóbal quiere vender su parte en Finansur, pero el problema es que no hay interesados que estén dispuestos a pagar lo que vale”, dijeron a este diario desde el entorno del empresario”.

Aunque el principal interesado es Jorge Sánchez Córdova y su familia, también hay otro banco del mercado local que habría manifestado interés en el Finansur.

“Pero el siempre prioriza los intereses de sus socios, por eso le gustaría que el banco quedara otra vez en manos de Sánchez Cordova, sólo que le ofrecen un precio desmesuradamente bajo”, sostienen desde el entorno de López.

López dice no tener apremio en desprenderse de la entidad financiera hasta tanto no recuperar lo que invirtió por ella.

La postura del empresario desvela por estas horas a Federico Sturzenegger. El presidente del Banco Central es el principal interesado en que esa venta del Finansur se concrete lo antes posible. Desde la autoridad monetaria buscan evitar que la crisis de su principal accionista pueda generar “un efecto puerta de 12” de sus clientes, lo que podría provocar un cimbronazo en el sistema financiero local. Por eso, Sturzenegger es quien se ocupa personalmente de idear estrategias para lograr una salida rápida de López y sin mayores consecuencias en el mercado local.

Según pudo saber Clarín, la autoridad monetaria trabajaba en una estrategia que empujaba al zar del juego a vender su participación en la banca. Si López no aceptaba vender el banco en los próximos meses, el ente regulador redactaría una disposición general que estableciera la prohibición a un mismo accionista a tener simultáneamente participación en el juego y en el sistema financiero local, como es la mayoría de los países del mundo.

La norma establecería una fecha límite para que todo aquel que tuviera incompatibilidad en sus negocios (López) pudiera desinvertir. Pero el argumento de “incompatibilidad comercial”, quedó trunco el viernes cuando López confirmó que inició la venta de las acciones de López de su porcentaje accionario en Inverclub, la sociedad que se dedica al negocio del juego. Ahora Stuzenegger deberá buscar otro as para tener bajo la manga y lograr que venda uno de los bancos con que operó Lázaro Báez.

¿Por qué no se buscó desarmar la operatoria de venta del Finansur si hay elevados indicios de que su aprobación fue mal concretada (sobreprecios e incompatibilidad entre banca y juego)?, preguntó este diario a una fuente del Gobierno. “Porque lo que priorizamos es la seguridad jurídica en momentos en los que estamos buscando que lleguen nuevos inversores al país”, respondió. “Hay elementos que permiten constatar que la gestión de la UIF y el BCRA en 2012 hicieron una aprobación errada, y podría impugnarse esa operación. Pero esto despertaría una situación de desconfianza generalizada, como sucedió en su momento cuando a Gabriel Martino, le revocaron su licencia para operar en el mercado local y lo corrieron de la presidencia del HSBC, sin darle espacio para la defensa”, sostiene la fuente. “Estamos buscando el mal menor”. 

Fuente: Clarín