política monetaria

El dólar blue volvió a despertarse y genera temores en la city porteña, que se suman al efecto soja y Brasil

viernes, 13 de marzo de 2015

El informal sorprendió con una repentina suba y cotizó a casi $13. Esto provoca inquietud en inversores, que además siguen de cerca lo que sucede con el real y con la entrada de divisas por exportaciones. La incertidumbre, enemiga del Gobierno para mantener el tipo de cambio bajo control.

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Volvieron a prenderse las luces amarillas: tras varias semanas de una inusual paz cambiaria, el dólar blue empezó a acelerar y coqueteó con ubicarse encima de los $13, mientras el Banco Central sigue vendiendo dólares a un promedio diario de 50 millones, en un contexto de falta de divisas.

Sólo en los primeros 12 días de marzo, tuvo que desprenderse de alrededor de u$s440 millones, la mitad de lo que había desembolsado a lo largo de los dos meses anteriores (u$s900 millones).

También inquietó en la city que en los últimos días el billete oficial subiera más de lo usual y que ya haya avanzado cinco centavos en el mes, al igual que el blue, que comenzó a retomar posiciones y escaló 16 centavos sólo entre miércoles y jueves hasta rozar nuevamente los $13, cerrando a $12,92 en las cuevas del centro porteño.

En tanto, los arbolitos llegaron a solicitar hasta $13,20 por la divisa estadounidense.

Por su parte, el dólar oficial se negoció sin variantes a $8,79 en agencias y bancos, luego de haber avanzado medio centavo en la jornada previa.

La gran pregunta que se realizan los analistas y economistas es si esta repentina alza de los últimos días es pasajera o si puede llegar a espiralizarse, en un marco de caída de actividad y tenue ingreso de divisas a las arcas oficiales.

Por el momento, según ex directivos del BCRA consultados por iProfesional, no perturba la paz lograda en este último tiempo. No obstante, el mercado le está prestando más atención a factores que meten mucha presión, como la devaluación de otras monedas y el bajo precio de la soja y su "encanutamiento" por parte de productores.

Hasta ahora, el Gobierno logró estabilizar las reservas y mantener el tipo de cambio informal, sobre la base de mayores controles y lubricando la oferta a través de la venta de "dólares ahorro", que luego muchos particulares revenden en el circuito paralelo (para hacerse de una rápida ganancia en pesos), contribuyendo así a estabilizar su valor.

La brecha entre el blue y el precio del billete fijado por el Central es del 47%, una cifra que sigue por debajo del 60% que alcanzara a principios de enero.

Todo esto, pese a que en las últimas semanas el contexto internacional haya estado presionando fuertemente, por la revalorización del dólar a nivel global y por la devaluación en la que vienen avanzando los países vecinos, en especial Brasil.

Causas del repentino incremento
Si se tiene en cuenta que hace apenas 5 meses el paralelo llegó a costar $16 y ahora mantiene un nivel inferior a los $13, el atractivo a comprar se mantiene para quienes piensan que tiene espacio para subir. Sobre todo en un contexto inflacionario, que promedia el 2% mensual.

Otro termómetro para medir la avidez por el billete verde es la venta de "dólares ahorro": a un precio actual de $10,55, en lo que va de marzo ya se han comercializado unos u$s317 millones.

Es decir, en sólo 12 días salió casi el 70% del monto entregado en febrero pasado, que fue récord.

El Gobierno viene manteniendo la paz financiera a costa del enfriamiento de la actividad económica. Pese a haber alejado las expectativas devaluatorias, aún no ha logrado que la demanda equipare a la oferta de billetes.

Según un informe de ABC Mercado de Cambios, la tendencia permanece invariable: los requerimientos de divisas de los importadores siguen superando los montos que dejan las exportaciones.

"Con un volumen casi similar al del miércoles, el BCRA se tuvo que desprender de u$s70 millones a fin de compensar la demanda de bancos y empresas, ante la escasa oferta generada por ventas de productos nacionales al mundo", afirman en la city.

Esto se debe a que aún no comenzó la liquidación fuerte de los cerealeros, que se espera para el mes de abril. Actualmente sólo ingresa un promedio de poco más de u$S60 millones por día, explican los analistas de ABC.

Este número está muy lejos los u$s200 millones diarios que deberían entrar en la "temporada alta" de sojadólares.

En tanto, las reservas cerraron en u$s31.372 millones y, en lo que va de marzo, cayeron u$s86 millones.

Por el momento, para Pedro Rabasa -director de Empiria Consultores y ex economista jefe del BCRA- la situación "no preocupa", ya que mientras Vanoli las sostenga por arriba de los u$s30.000 millones "va a permanecer la tranquilidad".

Brasil: crisis, devaluación y alerta
Algo que sí está metiendo fuerte presión es lo que sucede en Brasil.

El real cruzó las tres unidades por dólar, lo que está volviendo más competitiva -en términos cambiarios- su economía y a sus empresas y, como contrapartida, le resta atractivo a los productos argentinos.

Desde el arranque de 2015, la moneda del país vecino se depreció casi 15%, alcanzando su menor valor desde julio de 2004.

Según el consultor Salvador Di Stefano, "Brasil mejora en competitividad cambiaria y la Argentina lo sufre. Por eso hoy están en condiciones de comprarnos muchos menos productos".

Pero no es la única nación del vecindario que debilitó su moneda: también, esto está sucediendo en Chile, Uruguay, Colombia y México.

Pese al temor que invade a los industriales argentinos, los funcionarios del Gobierno cerraron filas y trataron de quitarle dramatismo a las implicancias que tiene este nuevo escenario para el país.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, dejó en claro que con la devaluación de enero del 2014 ya fue suficiente y que el Ejecutivo iba a actuar de manera "responsable", sin embarcarse en una guerra de monedas.

En la misma línea se expresó Alejandro Vanoli, quien volvió a recalcar que, pese a todo, "no están dadas las condiciones para una devaluación abrupta".

"Tenemos la política cambiaria bajo control", fue el diagnóstico que trazó el titular del BCRA como respuesta a la inquietud del arco empresario.

Sin embargo, para economistas como Miguel Ángel Boggiano, director de Carta Financiera, "es inevitable que la evolución de la moneda en Brasil le sume una nueva presión al precio del dólar en la Argentina".

El analista consideró que el actual Gobierno "tendrá que devaluar más temprano que tarde" o dejarle esa tarea a la próxima administración.

Para los analistas, la estrategia de las microdevaluaciones con las que viene avanzando el BCRA -aunque haya pisado un poco más el acelerador en marzo es insuficiente para compensar la fuerte depreciación del real brasileño.

Más aun si se tiene en cuenta que la competitividad cambiaria -en términos reales- ya se ubica en el peor nivel desde la salida de la convertibilidad.

La soja: baja de precios y mayor "encanutamiento"
Para complicar el panorama, el Central suma otro capítulo preocupante con la evolución de la soja, que ahora se ubica en los u$s360 la tonelada, marcando un derrumbe del 35% en los últimos doce meses.

Pero no es el único grano que retrocedió: el trigo hoy cuesta unos u$s177 la tonelada, un 25% menos que en el mismo período del año pasado. En tanto que el maíz, el segundo mayor cultivo en volumen, viene de registrar una merma del 21%.

Desde Fundación Mediterránea estiman que la actual cosecha este año dejará unos u$s3.500 millones menos que la anterior, sólo por el factor precio.

También se debe considerar una contracción de u$s1.000 millones por la caída en volúmenes a raíz del avance de las inundaciones sobre campos sojeros y maiceros.

Al problema del menor valor de la cosecha se suma el creciente componente especulativo por parte de los productores que, ante el avance de las tensiones cambiarias y la perspectiva de una aceleración en la corrección del valor del dólar a futuro, hoy tienen más incentivos para "sentarse" sobre la producción.

"La permanencia de un tipo de cambio atrasado y de cotizaciones poco atractivas llevan a considerar que continuarán altas las tenencias de soja en manos de actores de la cadena", afirmó el economista Juan Manuel Garzón, del IERAL.

Este comportamiento, de hecho, ya lo está sintiendo en carne propia el BCRA, que está recibiendo muchos menos dólares en concepto de exportaciones del complejo granario.

En las últimas tres semanas se liquidaron apenas u$s700 millones, 45% menos que lo registrado en igual lapso de 2014.

Frente a esta dinámica, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, sumó su voz al reclamo al advertir que los productores tienen "amarrocadas" unas "10 millones de toneladas de granos en silobolsas".

El dólar como prioridad
En un año de elecciones y con el objetivo de salvaguardar la actual estabilidad financiera el kirchnerismo está dando muestras claras de que la prioridad está puesta en cuidar el nivel de reservas, inflación y tipo de cambio.

Hasta ahora, la dupla Axel Kicillof-Alejandro Vanoli -pese al leve repunte del blue de estos días- pueden jactarse haber domado a un mercado díscolo.

Hasta en las consultoras económicas de las que habitualmente salen ácidas críticas para el Gobierno han reconocido el logro de la "pax cambiaria".

Lo que ahora falta es responder el interrogante más importante: ¿se trata de una calma pasajera, destinada a terminar en otra devaluación? ¿O, por el contrario, hay solidez como para atravesar la transición política sin que sobrevenga una corrección brusca?

La respuesta a este interrogante dependerá de variables como el crédito externo, de cuánto más Brasil devaluará y de qué tan grandes serán los ingresos que genere la soja, totalmente necesarios para "bancar" un elevado gasto público.

El Gobierno trata de llevar calma al mercado. Necesita mantener al dólar bajo control en sus dos versiones -oficial y blue- ya que así le será más fácil cumplir su objetivo de reeditar un mini-auge del consumo y, bajo ese clima, mejorar las chances electorales del candidato que resulte del kirchnerismo.

Si la incertidumbre crece, entonces le será difícil convencer a los argentinos a que destinen sus pesos a otra cosa que no sea comprar billetes verdes.

Es conciente de que hay variables que puede manejar, como los controles sobre la venta de blue. Pero hay otras que se le escapan, como lo que vaya a suceder con la cotización del "yuyito" y con la moneda brasileña, ahora presa de la mayor debilidad política de Dilma Rousseff. 

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Fuente: iProfesional