Caso

Un trámite irregular complica a un banco

martes, 02 de septiembre de 2014

El Interfinanzas, afectado tras su fallida venta a Eurnekian

Los vaivenes del proceso de venta y capitalización del Banco Interfinanzas dejaron hoy a esa entidad a la deriva: nunca consiguió tener nuevos dueños (aunque los había encontrado) y no logra aún que sus accionistas puedan ejercer como tales, lo que limita gravemente sus posibilidades de operar.

La historia del banco que hasta el colapso de la convertibilidad controló el Creditanstalt de Austria alcanzó notoriedad en 2012 ante su anunciado traspaso a la Corporación América, de Eduardo Eurnekian, que implicaba el ingreso de ese grupo al sector bancario tras años de intentos. Pero esa transferencia, firmada entre las partes y recibida inicialmente con beneplácito por la jefa del Banco Central (BCRA) de entonces, Mercedes Marcó del Pont, se frustraría por razones nunca bien aclaradas.

"La venta fue bloqueada por La Cámpora", dijo un ex funcionario del BCRA en esa gestión al tanto de los entretelones, en alusión a la agrupación. "Eran tiempos de roce permanente entre el concesionario de los aeropuertos y la conducción de Aerolíneas", abundó, aunque sin explicar por qué ese veto condicionó la decisión final del BCRA.

El traspaso del banco a nuevos dueños había sido dispuesto por la resolución 220, que en 2011 firmaron algunos de los actuales miembros del directorio del BCRA. Pero, al trabarse su aprobación final, el convenio de venta a Corporación América nunca pudo ejecutarse: expiró y cayó. Así, la familia Angelino (fundadora de la entidad y actual propietaria) perdió la posibilidad de percibir los US$ 15 millones pactados, mientras Eurnekian debió pensar nuevo destino para la esquina palermitana de Honduras y Bonpland, donde se trasladaría la sede del Interfinanzas (hoy en Catalinas).

El trámite, que nunca tuvo rechazo formal, derivó en una nueva extensión de la licencia para operar el banco a sus actuales dueños junto a la imposición de un plan de negocios que fue ejecutado. Sin embargo, las condicionalidades que la licencia tiene impiden que vuelva a desarrollar normalmente sus actividades pese a que quedó saneado, lo que representa una amenaza para su futuro y el de sus 60 empleados. 

Fuente: La Nación