Eurozona

Giro del Banco Central Europeo: ahora busca reactivar la economía

viernes, 06 de junio de 2014

Anuncios del presidente Mario DraghiLa entidad abandonó su política de austeridad, bajó las tasas y dará préstamos a la banca, orientados al consumo.

El Banco Central Europeo abrió ayer las compuertas del dinero para intentar reactivar la economía del bloque, catatónica a pesar de los discursos optimistas de sus dirigentes. Cinco años después del estallido de la crisis, Europa se enfrenta a serios riesgos.

El escenario de una caída en una espiral deflacionaria ya es posible (el último dato sitúa la inflación en el 0,5%), el euro fuerte (1,36 dólares) daña las exportaciones, la banca no concede créditos y sólo un crecimiento alemán del 0,8% en el primer trimestre impidió la recaída de la Eurozona en la recesión (creció un 0,2% y Alemania supone un tercio del PBI del euro).

Con las manos atadas hasta ahora por las reticencias de Berlín, que sigue viendo dragones inflacionarios donde la inmensa mayoría de los economistas ven molinos deflacionistas, el presidente del BCE, Mario Draghi, comenzó ayer a bombear dinero en un último esfuerzo por reactivar la economía.

El BCE bajó las tasas de interés del 0,25% al 0,15%, su nuevo mínimo histórico. Esa era la medida más esperada y menos efectiva, porque los mercados la descontaban y, porque como explicó Draghi, en la práctica las tasas ya tocaron suelo.

La segunda fue poner en tasas negativas (-0,10%) la “facilidad de depósito”. Los bancos de la Eurozona guardan el dinero en el BCE, que les paga un interés. Pero eso hace que el crédito no fluya a las empresas y los hogares.

Cobrándoles por guardar el dinero, Draghi intenta reactivar el crédito. Los datos del BCE apuntan a que esta medida podría movilizar unos 100.000 millones de euros. Ni la Reserva Federal estadounidense en lo peor de la crisis se atrevió a algo así.

La tercera herramienta será otro préstamo a la banca, como hizo a finales de 2012 y principios de 2013.

Sumará unos 400.000 millones de euros, con un interés del 0,25% y a cuatro años.

El préstamo estará condicionado a que el dinero se mueva hacia el crédito. Los bancos podrán pedir hasta un 7% de su cartera de créditos y no podrán usar ese dinero ni para conceder hipotecas ni para financiar al sector público, empujándolos así a prestar a las empresas para generar actividad.

Como cuarta medida, el BCE dejará de esterilizar las compras de bonos. Esto se hacía por el temor a que el aumento de liquidez empujase la inflación. Las dudas, disipadas con una inflación en el 0,5% y cayendo, permiten a Draghi inyectar a la economía otros 165.000 millones de euros.

La quinta herramienta será una compra de activos asegurados con deuda empresarial. En la práctica, una expansión monetaria similar (pero menor) a la estadounidense. El BCE comprará paquetes de préstamos a empresas con la misma intención, que aumente el crédito.

Los analistas habían descontado algunas de estas medidas, pero nadie esperaba que el BCE sacara toda la artillería de una vez. La situación económica y, sobre todo, las previsiones, empujaron a la acción al emisor.

Draghi explicó que el BCE estima un crecimiento de la Eurozona de un 1% en 2014, menos de lo previsto hace dos meses. Y una inflación del 0,7% este año, muy lejos del objetivo del BCE, que debe mantenerla en el entorno del 2%.

Draghi descartó la deflación, un fenómeno infernal que entraña la caída generalizada de precios y salarios. “No vemos a los consumidores posponiendo sus planes de compra”, dijo. Un análisis compartido por el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que dijo este jueves que está “totalmente tranquilo” al respecto.

La duda está en saber si las medidas adoptadas ayer son suficientes o si, como desde el inicio de la crisis, el BCE llega tarde. El euro cayó con fuerza tras el anuncio y perdió casi un 1% en cinco minutos, pero en apenas dos horas había recuperado los 1,36 dólares.

Los mercados de futuros adelantan subidas del precio de los productos energéticos, que impulsarían la inflación, pero las estimaciones del BCE no ven ese escenario. Draghi debe todavía demostrar que puede romper la tradición del tarde y mal. 

Fuente: Clarín