política monetaria activa

El Banco Central prepara una batería de medidas para el segundo semestre

jueves, 29 de mayo de 2014

El ente monetario busca adelantarse al mercado ante una situación que es concreta: la menor liquidación de reservas y la necesidad de emitir pesos

La presentación de Juan Carlos Fábrega hoy en el evento del Cicyp, en lo que será su primer discurso ante un auditorio de empresarios, servirá para marcar el escenario de lo que se viene por delante en materia monetaria. El desafío no es menor, ya que la expansión de la cantidad de dinero para financiar al Tesoro no bajará de los $ 100.000 millones, casi todo concentrado en el último trimestre del año.

El rebote del dólar en las cuevas otra vez hasta niveles de $ 11,80 tiene adentro un componente grande de expectativas más que una situación concreta. De hecho, el Central no afloja en su política de absorción: ayer fueron $ 3.520 millones y ya suma $ 61.600 millones en los cinco primeros meses del año. Y si bien bajó un par de puntos la tasa tras el aumento abrupto de enero, cuando pasó del 15% al 29% para los plazos más cortos.

El aumento de la base monetaria se encuentra en los niveles más bajos de los últimos años. El incremento interanual de los pesos en circulación se ubica en apenas un 16%. Y en lo que va de 2014 la reducción es del 8%, que se transforma en una disminución del 20% en términos reales, si se tiene en cuenta la evolución de la inflación. Semejante caída en la cantidad de dinero se traduce a su vez en una reducción del consumo y del crédito, con el consiguiente impacto en el nivel de actividad.

Pero ahora las miradas se posan en lo que sucederá en el segundo semestre, que se presentará al revés que el primero, es decir con escasez de dólares (lo cual impactaría aunque levemente en las reservas) y con exceso de pesos. Ambas cuestiones mantienen la tensión entre el Central y el Ministerio de Economía, más allá de las desmentidas.

Según Ambito, entre las opciones que se barajan para ponerle un piso a las reservas se encuentra el tradicional crédito del Banco de Francia, pero también colocaciones de deuda que ingresarían dólares como el caso de la provincia de Buenos Aires y otros distritos, más alguna emisión corporativa como el caso de YPF. Sin embargo, la factura energética es lo suficientemente grande como para compensar estos ingresos de divisas. Sólo en el primer trimestre representó pagos por u$s 2.900 millones, un 33% más que en el mismo período del año anterior.

La cuestión de los pesos es un poco más complicada. Ya no habrá que esperar un ritmo de absorción del mismo ritmo que el actual. Se estima que para que la base monetaria vuelva a crecer en torno al 30%, es decir levemente por debajo de la inflación anual, habrá que absorber por lo menos unos $ 30.000 millones de los $ 100.000 millones que se emitirán, además de la renovación de los vencimientos que se vayan presentando semana a semana.

No parece una tarea imposible, pero hay trabas: muchos bancos ya estarían llegando al límite de lo que están dispuestos a incorporar de títulos del Central. El Tesoro aún tiene un as en la manga, que es seguir emitiendo bonos en pesos ajustables por Badlar, como ya hizo a principios de año por unos $ 5.500 millones.

La desconfianza del mercado pasa por el nivel que finalmente tendrá el déficit fiscal, porque de eso dependerá el monto a emitir por el Central y esto marcará el recorrido del "blue" en lo que resta del año. 

Fuente: iProfesional