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El Banco Central cada día más insolvente

viernes, 15 de noviembre de 2013

Desde hace un largo tiempo, y ante la imposibilidad de conseguir otras fuentes de financiamiento, el Gobierno Nacional obtiene fondos del Banco Central y de otros organismos públicos.

Sin embargo, en los últimos años ha crecido esta tendencia de forma exponencial, dejando al Banco Central en una situación delicada que, si se continúa con esta política de vaciamiento de las cajas de organismos públicos, será cada vez más insolvente y las consecuencias sobre la economía en general y sobre nuestra moneda en particular pueden ser muy negativas.

El Banco Central financia al Gobierno a través de adelantos transitorios y de letras intransferibles del Tesoro Nacional. Tanto los adelantos como las letras del Tesoro crecieron ininterrumpidamente durante los últimos diez años, por lo que resulta poco apropiado darle a los adelantos el nombre de transitorios, ya que se están convirtiendo en permanentes y hasta es dudoso que el Gobierno pueda cancelarlos.

Dichos adelantos comenzaron en 2002, debido a la grave crisis económica que atravesó nuestro país, y para el 31 de octubre de 2013 alcanzaron la suma de $153.780 millones, destacándose que tan sólo en 2012 el Central le dio al Gobierno $60.600 millones, y en los diez primeros meses de 2013 ya le adelantó $26.000 millones. En lo que respecta a las letras del Tesoro, las mismas superaban los $250 mil millones a fin de octubre de este año, y el crecimiento que tuvieron en lo que va de 2013 es de casi $90.000 millones.

Los adelantos constituyen uno de los "activos" del Banco Central, representando un 3% del total del activo en el año 2002, un 12% en el año 2009, y un 22% a octubre de 2013, mientras que las letras representaban un 4%, 17% y 37% del total del activo a las fechas mencionadas. En la actualidad, prácticamente el 60% de los activos del Central corresponden a créditos que tiene con el Gobierno Nacional, que cada vez muestran más indicios de convertirse en créditos incobrables. El incremento de estos créditos, junto a la caída de las reservas, que a fin de octubre representaban un 29% del activo, están llevando al Banco Central a una situación peligrosa para la economía.

El patrimonio neto del Central ascendía a $ 80.308 millones en octubre de este año, por lo cual, si los adelantos o las letras que le dio al Gobierno nunca le son devueltos, quedaría con un patrimonio neto negativo en varios miles de millones de pesos, lo cual sería una causal de disolución en cualquier sociedad comercial.

El Banco Central debe promover la estabilidad monetaria y financiera, tal como lo establece su carta orgánica. Sin embargo, si los pesos que hay en circulación no son respaldados con activos sólidos, y si la autoridad monetaria sigue dilapidando el dinero que administra dando créditos al Gobierno Nacional, entonces nuestra moneda tendrá cada vez menos respaldo, menos valor, se profundizará la inflación y habrá una mayor presión sobre el tipo de cambio. Es llamativo que el Banco Central, que es el encargado de regular el funcionamiento del sistema financiero, sea tan estricto en lo que le exige a los Bancos, y tan imprudente con el dinero que él mismo administra. 

Fuente: El Cronista