mercado blue

Cueveros crearon un "banco central" del dólar blue para mandar dinero al exterior

jueves, 14 de noviembre de 2013

El gran dolor de cabeza que hoy en día tienen los cambistas y cueveros que realizan operaciones de transferencias en el exterior, y por ende quienes sacan o ingresan a la Argentina dinero no declarado, son los bancos corresponsales que operan en el sistema bancario mundial y que hoy están a la pesca de personas o entidades que manejan fondos de terceros y no están regulados, como es el caso de las cuevas

Con crecientes dificultades en este sentido, ¿cómo hacen entonces para transferir dinero por fuera del circuito legal a cuentas del extranjero? Armaron lo que ellos mismos denominan un "clearing groncho" de cambistas, donde compensan entre las principales financieras del mercado paralelo. Muchos cueveros, hartos del juego del gato y del ratón, decidieron directamente "cruzar" a sus clientes.

Sospechosos

El trasfondo del problema para los grandes bancos es que los cueveros son entidades de alto riesgo: al no estar regulados y manejar fondos de terceros, el dinero puede pertenecer o estar originado en delitos complejos, ya sea narcotráfico, corrupción o trata de personas.

Si bien es cierto que hay casos de operadores que toman muchos recaudos sobre quiénes son sus clientes y de qué viven, con una operatoria tan ordenada como seria, muchos otros hacen la famosa técnica de los tres monitos: no ven, no escuchan, no hablan. En consecuencia, tanto los bancos extranjeros como sus corresponsales también del exterior están en vigilancia permanente y cuando los detectan, cierran inmediatamente las cuentas. En varios casos, incluso, se ha llegado a congelar los fondos con el claro perjuicio para las cuevas y sus clientes.

Parece un juego permanente del gato y del ratón. Los principales cambistas del negocio del dólar paralelo tienen que ir abriendo nuevas cuentas en distintos bancos del exterior, a medida que los otros se las van cerrando por los controles de lavado de dinero, en un juego que termina cuando ya no hay banco que les abra cuenta alguna.

"Cruzando" clientes

¿Pero cómo funciona este "cruzamiento" de clientes que idearon las cuevas? A quien necesita traer dinero le pasan las instrucciones de transferencia de otro cliente que tiene que llevarlo (número de cuenta, nombre y dirección); y el dinero cash que les dejó el que tiene que llevarlo se lo entregan (una vez que está confirmado que giró) al que lo tiene que traer. Obviamente, descontadas las comisiones de ambos lados.

En la City porteña confirman que este sistema del "clearing groncho" les soluciona radicalmente el problema con los bancos. Claro que en cuestiones de confidencialidad el tema es más delicado, porque la instrucción de transferencia de un cliente puede terminar en manos de cualquiera: un enemigo comercial, alguien con quien mantiene un litigio o, peor aún, alguien que esté relacionado con negocios ilícitos.

O sea, termina habiendo un enjambre de instrucciones de transferencia de clientes que van y vienen, donde se la cruza a Doña Rosa, jubilada con 85 años que le dejó su cuentita en Suiza su finado marido, con el nuevo rico que nadie sabe (pero sospechan) cómo originó su fortuna; así también la del sesentón profesional y abogado con la de su ex yerno, con quien su hija mantiene un encarnizado juicio por la división de bienes.

Haciendo el "rulo"

El negocio de llevar y traer dinero del extranjero por fuera del circuito legal mueve alrededor de u$s 20 millones diarios en nuestro país y deja una ganancia del 3%, que equivale a un total u$s 600.000 por día, que se reparten entre los principales players del mercado paralelo.

Hoy llevar plata afuera sale 1%. Traer dinero, lo que en la jerga se llama "canje", llega al 4%. Ese 3% de diferencia es la ganancia del intermediario. Se especula que está tan caro traer por la gran demanda que crean todos los que están haciendo el "rulo", aprovechando la brecha entre el dólar oficial y el paralelo.

Los billetes salen por el BCRA al tipo de cambio oficial y luego vuelven por el sistema marginal, haciéndose una diferencia de entre el 38% y el 66%.

Cuando compran billetes por importaciones truchas ganan la mayor diferencia. Cuando lo hacen por PayPal, venta de paquetes turísticos o por algún otro mecanismo vía tarjeta de crédito, que pague el 20% de recargo de AFIP, la utilidad desciende al 38% (diferencia entre el dólar tarjeta de $ 7,18 y el blue de $ 9,90), aunque luego deben pagar los peajes correspondientes que, en ciertos casos, implica ser socios del negocio, con 50% cada parte. 

Fuente: El Cronista