estado de la moneda

Los billetes están cada vez más viejos, encintados y destruidos

lunes, 07 de octubre de 2013

Los de 2 pesos son los que en peor estado se encuentran junto a los de 5 y de 10; En los comercios generan problemas con los clientes

Son expresión de la pérdida del valor y hay pocos recambios.

En una panadería se hizo la prueba. Ante las quejas y advertencias de parte de comerciantes sobre el estado de los billetes que circulan, se contaron de una caja registradora, cuántos de 2 pesos había sanos y cuántos en malas condiciones. El resultado fue contundente: de 17 billetes, solo tres pasaron la prueba. En otras palabras, en ese comercio particular había ayer al mediodía con una sola nominación 28 pesos casi destruidos y solo seis en buenas condiciones. Si bien no es certero generalizar, de mantenerse esa proporción, el 82% de los billetes de 2 pesos están viejos, pegados con cinta, muy escritos, manchados, rotos o con alguna combinación de estas características.

Al recorrer y charlar con varios comerciantes del centro de Paraná, la respuesta fue siempre la misma y hubo coincidencia. “Siempre es lo mismo. Lidiamos todo el día con este problema”, dijo casi hasta con tono de enojo, la encargada de una rotisería.
Los comerciantes afirmaron además que tanto los billetes de 5 como los de 10 pesos, también están en similares condiciones y aprovecharon para señalar que no hay tantas monedas de 2 pesos para reemplazar al papel de esa denominación, como se dijo en el momento de su aparición. “Esas monedas casi ni se ven”, dijo a Andrea a UNO, en un comercio de ropa de una galería céntrica. Estaba junto a Ana, quien agregó: “Los billetes están muy rotos”. Entre las dos explicaron que sí se ven nuevos de 20, de 50 y de 100 pesos, pero no los otros tres de menor denominación.

En otro comercio de Urquiza, Emilia, señaló: “La gente te da esos billetes rotos, pero cuando yo se los quiero dar te piden que se los cambiés y a veces no tenés sanos”. Ella trabaja detrás del mostrador y conoce a quienes le compran a diario. “Te piden que se los cambiés porque piensan que vos después los llevás al banco para que te den nuevos”, agregó.

Pero en otro comercio cercano a Laprida, agregaron una nueva descripción: “Además están como pegoteados”, dijo María. En cada uno de los comercios consultados las respuestas fueron similares y se repitieron.

Al poner sobre el mostrador todos los billetes de 2 pesos que se contaron, de un fajo de 17, los tres -aquellos que pasaron la prueba- tenían buen color. El resto parecían casi destruidos: muy gastados, manchados, con todos los bordes rotos y partes que le faltaban.

Por más que estén en esas condiciones pueden continuar con su circulación y tienen el mismo valor. También se los puede llevar a un banco para cambiarlos.

Monedas

* Otra dificultad que destacaron los comerciantes, fue la falta de monedas, incluso las de 2 pesos. UNO publicó las dificultades que hay para poder dar un vuelto exacto sobretodo porque no hay de las de 5 y 10 centavos, como las de 25 y de 50. En Paraná es inexistente una transacción que las incluya.

* Pero las de dos pesos tampoco son fáciles de conseguir y no se ven tanto. Hay comerciantes que pensaron que estaban destinadas a reemplazar a los billetes de 2, pero no fue así.

* La inflación también provoca que se necesiten más monedas. Si un producto costaba 1 peso, se necesitaban cuatro de 25 centavos. Si hoy sale 1,50, se necesitan dos monedas más.

Un dinero que no se valoriza

Para Jorge López, titular de la Federación Económica de Entre Ríos, el mal estado del billetes tiene una explicación. Por un lado existe una emisión mayor de dinero, pero por el otro no existe un recambio.

“Es mucho más frecuente encontrarse con un billete roto que antes. De todos modos tiene solución porque uno va a al banco y te lo cambian”.

Según su opinión, el mal estado en que se encuentra la mayoría de baja denominación, responde a que la gente pierde consideración al dinero. “Es decir, creo que no lo valoriza como debería. No pone el cuidado suficiente porque no es relevante, porque va perdiendo su poder adquisitivo”.

En este sentido hizo notar que por lo general son los billetes chicos los que están rotos y no al revés. “No recuerdo en los últimos años que haya un billete de 100 pesos en mal estado. Creo que tiene que ver con el consenso social, el billete chico está desprestigiado”, agregó.

En el interior del país para poder cambiar un billete en mal estado hay que dirigirse a una sucursal del Banco Nación u otro banco provincial. Los privados también pueden canjear los billetes, pero no están obligados a hacerlo.

Emisión

López destacó que no existe como en otra época un recambio de billetes y las condiciones que tienen hoy los de 2, 5 y 10 pesos, son parte del impacto que provoca una gran emisión.

“Una de las líneas económicas del gobierno es tener mucho billete en circulación, con una gran disponibilidad. Esto sin juzgar la medida como buena o mala. Como el salario ha adquirido un buen nivel y se han actualizado en buena forma, eso tiene que ir acompañado de una disponibilidad de billete para gastar y circular, entonces en general hay mucha emisión del Banco Central.

Antes se sacaban de circulación y ahora vemos que hay mucha cantidad de billetes viejos que no se atesoran”, explicó.

Dinero ocioso

Según López cuando se habla de billetes deteriorados y de monedas que tampoco son de circulación frecuente, se genera un dinero ocioso que no es beneficioso para el comercio en general. “Siempre hemos sostenido que todo el dinero ocioso que paga el cliente es dinero que no circula para compartir con el resto de los comercios. Si el cliente redondea y el comerciante también, siempre se genera una plata ociosa que no le viene bien a nadie”, dijo López y agregó: “No es bueno por los costos ociosos que se pagan. Necesitamos de ese flujo para poder comercializar bien”.

Los rotos que tienen plena vigencia

Con el tiempo todos los billetes sufren un desgaste. Según el Banco Central en su Portal del Cliente Bancario, uno deteriorado es el que se encuentra roto, perforado, borrado, manchado, descolorido, sucio, quemado o cercenado involuntariamente.

Para ser aceptado, su superficie debe abarcar, por lo menos, el 60% del billete completo.

De estar dividido o fragmentado, puede cambiarse en un banco siempre que las partes presentadas pertenezcan con toda evidencia al mismo ejemplar y la superficie total alcance, por lo menos, al porcentaje antes indicado.

Para efectuar el canje, no se llena ningún formulario, excepto si hay dudas sobre la legitimidad del billete y en ese caso se confecciona un acta en el mismo momento y lugar.

Existen algunos casos de todas formas, que son particulares y a diario hay confusiones. Un ejemplo son los billetes rotos y pegados con cinta adhesiva. Estos tienen plena vigencia. Sin embargo, cuando el banco los recibe ante un pedido de cambio o en una transacción, lo verifica detenidamente para asegurarse de que todas sus partes correspondan al mismo billete. De todos modos es el mismo Banco Central quien recomienda no aceptarlos, aunque se sabe que no es fácil en el día a día, tanto para los comercios como para los clientes, por la cantidad que hay en circulación en estas condiciones.

Los billetes deteriorados por el agua también tienen plena vigencia como aquellos escritos o dibujados con cualquier leyenda.

Entre las recomendaciones para preservarlos en buen estado, los lugares húmedos no son los mejores. La humedad con el tiempo, ataca el papel aún en mayor medida que el fuego. Hay quienes lo entierran dentro de una lata o frasco y con el tiempo las tapas se oxidan y deterioran el papel. Tampoco se recomienda guardar los ahorros en lugares donde pueda afectarlo el calor excesivo como atrás o al costado de una cocina.  

Fuente: La Voz