política monetaria

El Banco Central liberó a bancos $ 5.000 millones

viernes, 09 de agosto de 2013

"A medias, como todo lo que hace el Central". En la tesorería de uno de los grandes bancos del sistema financiero resumían así, ayer, la última medida que emitió el organismo de Mercedes Marcó del Pont: una nueva forma de "calcular" las exigencias de efectivo mínimo que les permitirá contar con unos $ 5.000 millones adicionales que hoy tenían encajados en el Central y abaratar así sus costos de fondeo; pero que quedará a mitad de camino de una propuesta inicial que habían hecho llegar desde las

El beneficio consiste, según las propias fuentes oficiales, en deducir de la exigencia de efectivo mínimo de cada banco las extracciones de dinero que se hagan diariamente de sus cajeros automáticos (en rigor, el monto que surge de la diferencia entre el saldo que queda al final del día en los cajeros y el monto con el que lo recarguen las entidades).

El Central apunta, con esto, a dos objetivos: abaratar los costos de administración de liquidez que deben afrontar los bancos, y que hoy ponen presión a las ya elevadas tasas de interés "pasivas" (las de los depósitos), y asegurar que se mejore el abastecimiento de los cajeros automáticos en aquellas zonas que siempre sufren escasez de billetes (especialmente, las más alejadas del centro del país). "Habrá mayores estímulos para la recarga de los cajeros automáticos de acuerdo con el lugar donde los mismos estén instalados. La medida tiene como finalidad aumentar el grado de bancarización, ponderando más aquellas zonas que están más aisladas", explicó ayer una fuente oficial.

Inicialmente, los bancos habían pedido que se atendieran otros dos beneficios. El primero de ellos, que el cálculo se hiciera sobre el total del dinero que mantenían en las terminales (los ATM), de manera que la medida "premiara" el abastecimiento en la red. "Al hacerlo sólo en función de lo que usa la gente, como finalmente salió (con la diferencia entre lo que se carga y el saldo del día), existe menor incentivo a mantener llenos los cajeros", opinó el ejecutivo de una mesa de di-nero. El segundo de ellos: que se contemplara también el di-nero que guardan los tesoros regionales en el interior del país, lo que hubiera aportado unos $ 10.000 millones adicionales. Las dos propuestas circularon en un borrador que intercambiaron los bancos y que acercaron al Central, pero que quedaron ausentes en la norma que se emitió, final-mente, ayer.

Los banqueros estiman que, si se consideran todos los ATM de las redes Link y Banelco (unos 12.000 en todo el país), la nueva concesión del Central dejaría disponibles para ellos entre $ 3.000 y $ 5.000 millones adicionales que hoy deben tener encajados en las cuentas corrientes del BCRA.

El Central se mostró desde un principio a favor de la medida porque le preocupa, desde hace tiempo, la suba de tasas de interés que empezaron a trasladar los bancos a sus créditos luego de que se les encarecieran las vías que usan para captar dinero (el retorno que pagan por un plazo fijo a 30 días, por ejemplo, pasó del 14% a casi el 18% en sólo cuatro meses).

La receta más a mano que tenía en otras épocas, para evitarlo, era inyectar aún más pesos en el sistema y aumentar los niveles de liquidez. Pero esta opción le hubiera dado en estos tiempos más fuerza a una demanda de dólares que el Gobierno no es capaz de abastecer. La reducción del efectivo mínimo llegó como una solución más propicia para este contexto, porque traslada dinero a los bancos pero no supone, al mismo tiempo, un aumento de la liquidez en todo el sistema financiero (se mantiene intacta la base monetaria, y sólo se redistribuyen partidas de dentro de ella).

La nueva medida requerirá confeccionar un régimen informativo junto con las redes Banelco y Link, que deberían ser las encargadas de adecuar los sistemas informáticos para que las entidades pudieran hacer un corte a las 17 de cada día y registrar, así, el efectivo disponible en sus cajeros.

El objetivo de Marcó del Pont fue "flexibilizar" una vez más la exigencia de "efectivo mínimo" que fue endureciendo el año pasado. Lo había hecho ya a principios de este año con el recorte de algunos encajes que resolvió para las entidades que prestaran dinero a pymes; y también, hace sólo unos meses, con la reducción de la exigencia para aquellos bancos que participaran en "líneas de inversión productiva".

Un favor al sector, después de que en los últimos meses ganaran lugar en los medios algunos castigos ejemplificadores, como el tope a las tasas de interés de tarjetas de crédito, la extensión de la obligación de dar créditos a empresas, los límites a las comisiones que cobran por servicios y -lo más reciente-las prohibiciones a algunos cargos que suelen incorporar en el costo de sus préstamos. Es, ahora, el turno de la "mano blanda" de Marcó del Pont. 

Fuente: Ambito