En base a datos del BCRA

Se estancan los plazos fijos a pesar de la suba de tasas

lunes, 06 de mayo de 2013

Crecieron apenas 1,5% en abril; el retorno que pagan bancos trepó a un récord en 4 meses, pero aún no alcanza

La historica rivalidad entre dólar y plazo fijo parece subsistir, hasta estos días, a pesar del cepo cambiario y de la moda pesificadora que pretendió imponer el Gobierno. Y la fuerte suba del billete informal de los últimos meses alcanza así para conmover a los argentinos que deben tomar una decisión sobre sus ahorros: en abril, los plazos fijos y las cajas de ahorro en pesos quedaron prácticamente estancados en los bancos locales, e interrumpieron la racha de fuerte crecimiento que venían registrando durante los últimos años.

La moderada suba de tasas de interés que realizaron las entidades en estas semanas para convencer a los clientes de que renueven sus depósitos no pareció ser suficiente. El retorno que pagan los bancos privados por los depósitos más grandes (la Badlar) cerró la semana pasada en un máximo en el año (15,7%), y reflejó así un aumento de hasta 100 puntos básicos a lo largo del mes. Este dato surge de una encuesta que mide diariamente el Banco Central, si bien en las mesas de dinero las entidades dicen estar pagando ya arriba del 16,5% a los ahorristas más grandes, y cerca del 14,5% a los más chicos.

El sistema se prepara para mostrar una nueva curiosidad: la inédita expansión monetaria, que a pesar de la fuerte desaceleración de las últimas semanas aún se sostiene por encima del 35% anual, empieza a mostrarse insuficiente para sostener la captación de dinero del sistema financiero. En la evolución influye claramente la fuerte suba del dólar informal, que amenaza con cruzar los $ 10.

Una comparación alcanza para explicarlo todo: el ahorrista que durante los primeros cuatro meses del año apostó por un plazo fijo logró ganar entre un 4% y 5% en pesos; el que compró un bono de la petrolera YPF, ampliamente publicitado y recomendado por algunos analistas financieros, obtuvo hasta hoy alrededor de 6% en pesos; y el que decidió incurrir en la ilegalidad del mercado cambiario para hacerse de dólares en billete logró hacerse en estos días de una rentabilidad superior al 40%.

A juzgar por el pobre crecimiento que registraron en abril los plazos fijos (alrededor del 1,5%) y las cajas de ahorro (0%), la competencia entre tasas y dólar sigue vigente en la mente de los argentinos. El problema, dicen en las mesas, es la intranquilidad que le deparan a los clientes algunas intuiciones: que en este contexto de incertidumbre e inflación, los pesos se desvaloricen respecto del dólar y de los bienes, y que dejarlos inmóviles por 30 días sólo les deje como retorno una fuerte pérdida de poder de compra. Los ejecutivos explican que los más reacios son hoy los clientes del sistema que deben tomar sus decisiones sobre montos menores al millón de pesos.

Por si fuera poco, la suba de tasas de interés contribuye a encarecer -junto a otros factores, como la morosidad, la inflación, el riesgo y los impuestos- el fondeo que deben usar los bancos para generar sus préstamos. Como hoy están obligados a colocar buena parte de sus créditos a tasas reguladas, muchos de ellos ya decidieron ajustar hacia arriba el costo de aquellas líneas que todavía otorgan a empresas y a individuos pero con costos libres: en adelantos de cuenta corriente de cortísimo plazo, por ejemplo, y en prendarios, hubo ajustes de entre 100 y 150 puntos básicos.
 

Fuente: Ambito