LA GENTE TEME PERDER PODER DE COMPRA FRENTE A LA INFLACIÓN

Dinero en el bolsillo: se desacelera el crecimiento de los plazos fijos en pesos

lunes, 10 de diciembre de 2012

Avanzaron apenas $ 2.800 millones en noviembre, cuando venían haciéndolo a un ritmo de entre $ 4.000 y $ 8.000 millones. En cambio, hay un mayor crecimiento de las cuentas a la vista y de los billetes en poder del público

El miedo a que el dinero pierda valor real frente al avance de la inflación se está haciendo cada vez más tangible entre los ahorristas del sistema financiero: los clientes prefieren quedarse con efectivo disponible en el bolsillo para destinarlo al consumo en el corto plazo y evitar dejarlo inmovilizado en los plazos fijos bancarios.

El comportamiento se notó con mayor contundencia en noviembre: los bancos que venían de aumentar sus ahorros a un ritmo de entre $ 4.000 y 8.000 millones mensuales, terminaron por sumar apenas $ 2.800 millones durante todo noviembre. El incremento acabó siendo el menor del año, con apenas un 1,7%.

Para los banqueros, la razón hay que buscarla en dos factores: hoy la gente no sólo prefiere mantener su dinero disponible para consumirlo en el corto plazo, sino también guardarlo fuera del sistema bancario y manejarse, por esto, en la informalidad.

La primera tendencia se ve en que, actualmente, los ahorristas eligen dejar su efectivo en la caja de ahorro antes que guardarlo por al menos 30 días: en noviembre, los depósitos a la vista crecieron un 2,5%, algo más fuerte que los que son a plazo. Y la duración promedio de los plazos fijos se redujo, según datos de los propios bancos, de los 40 a los 30 días.

La segunda tendencia se ve en la persistente suba que está teniendo la cantidad de billetes en poder del público; ahora por encima, incluso, de la emisión. Noviembre volvió a ser un ejemplo: la base monetaria aumentó $ 3.500 millones, pero el circulante en efectivo creció $ 4.500 millones.

Lo que se ve es que los depósitos no vuelven. Los plazos fijos dejan de crecer y avanza más el circulante y los depósitos que son a la vista. Hoy por hoy se va mucho a consumo, y éste sigue siendo el caballo de batalla de este modelo. La gente se queda con la emisión monetaria, comentaron desde la mesa de dinero de un banco privado.

La liquidez del sistema también empezó a verse afectada por la demanda de la petrolera estatal YPF. El único emisor activo que hoy tiene el mercado llegó a tomar desde septiembre $ 5.600 millones, en cuatro colocaciones de obligaciones negociables; y planea llevarse otros $ 4.500 millones en los próximos meses.

Además, en noviembre se notó una desaceleración de la emisión: el crecimiento fue este mes del 3%, apenas la mitad que en el mes anterior.

A pesar de las fuertes transferencias al sector público, el Banco Central esterilizó el crecimiento retirando liquidez de los bancos con pases, precisó un informe de la consultora Elypsis, del economista Eduardo Levy Yeyati.

La principal amenaza que ven los banqueros frente a este comportamiento de los clientes es la aceleración de la inflación. El dinero está rotando cada vez más, y la caída del mutiplicador hace que la gente no se financie. Esto claramente ya está espiralizado, porque en un año de recesión la inflación aumentó entre 3 y 4 puntos porcentuales. Habrá que encender más que una luz amarilla, se lamentó un ejecutivo.

En la consultora de Yeyati consideran que el equilibrio monetario se enfrenta a un riesgo en las próximas semanas: Entrarán en circulación los pesos asociados al pago de aguinaldo. Y es difícil pensar que la velocidad de circulación tenga margen para continuar cayendo como lo hizo durante el año, razón por la que esperamos una respuesta del Banco Central que anule el riesgo estacional de fin de año, sugirieron. 

Fuente: El Cronista