Por no contar con sistemas seguros, el Banco Ciudad tiene vedado abrir nuevas sucursales

martes, 07 de junio de 2011

El Banco Central calificó de poco confiables a los sistemas informáticos del Ciudad. Si le reduce otra vez la nota, la entidad no podría operar. Por Alejandro Bercovich.

Por no contar con sistemas lo suficientemente seguros y no haber invertido lo necesario en su modernización en los últimos años, el Banco Ciudad tiene prohibido abrir nuevas sucursales y sólo está habilitado para inaugurar sedes que reemplacen otras cerradas previamente.

La inhibición fue dispuesta por el Banco Central durante la gestión del actual presidente del Ciudad, Federico Sturzenegger, y responde a que cayó a la calificación de sistemas más baja entre las entidades habilitadas por la autoridad monetaria para operar en la plaza local.

El dato se mantuvo en secreto hasta ahora debido a que las calificaciones de cada banco que elabora mes a mes el Central son confidenciales, pero fue revelado en exclusivo a BAE por fuentes de la Superintendencia de Entidades Financieras y confirmado por voceros del propio Ciudad.

El banco estatal porteño, donde la administración de Mauricio Macri reemplazó a muchos directivos de línea por ejecutivos que provienen mayoritariamente de la banca privada extranjera, recibió del Central la calificación “4” en materia de sistemas.

Cuando asumió Sturzenegger, a principios del 2008, estaba un escalón más arriba. Las entidades que caen a la calificación “5” –la peor– quedan automáticamente suspendidas para operar, por considerarse que no pueden garantizar la seguridad de las transacciones de sus clientes. A las que tienen “4” también les ponen límites para endeudarse.

La obsolescencia de los equipos informáticos del banco, según la óptica y las reglas del Central, no le permite incorporar nuevas sedes a su red sin que se produzcan desperfectosen el servicio.

La debilidad saltó a la luz internamente cuando el año pasado se cayeron varias transferencias de dinero importantes entre clientes que tenían cuentas en sucursales distintas. Pero volvió a emerger en febrero último, cuando dos hermanos compraron simultáneamente en dos sucursales distintas más de u$s1 millón cada uno.

El movimiento debió haber encendido todas las alarmas preventivas contra el lavado de dinero, pero pasó inadvertido por falencias en el “interlinkeado” de las computadoras, según explicó una de las fuentes consultadas.

Las miradas dentro del Ciudad apuntan contra el gerente general, Emilio Lanza, un veterano de la city que trabajó durante cerca de dos décadas para un banco privado, encargado precisamente de mantener actualizados sus sistemas.

Sus críticos internos aseguran que desplazó a los empleados de carrera que mejor conocían la maquinaria y los reemplazó por gente de su confianza que incentivó el recambio total de los programas y protocolos de seguridad informática.

Los voceros de la entidad admitieron ayer que “el banco tiene una limitación para abrir sucursales”, pero aseguraron que “eso no impide en absoluto que siga creciendo”. “Es verdad que la que nos puso el Central no es una buena calificación. Pero es una situación heredada. Son décadas de desinversión en sistemas”, agregaron los voceros.

También deslizaron que la Superintendencia de Bancos trató al Ciudad con más dureza que a otros debido a que lo administra el macrismo, opositor al Gobierno nacional. Según los portavoces de Sturzenegger, el Ciudad “está cambiando todas las computadoras” y “acaba de terminar de implementar el sistema Emerix”, que a su juicio le permitirá volver a la calificación “3” y sortear la prohibición de abrir nuevas sedes “en pocos meses más”.

Un mes atrás, el Ciudad logró inaugurar una nueva sucursal en San Miguel. Pero los voceros consultados admitieron que lo hizo utilizando “licencias por anexos” que le quedaron de otras que había cerrado previamente. Una de ellas es la de Aeroparque, por la que la concesionaria Aeropuertos Argentina 2000 le cobraba un alquiler muy oneroso.

El equipo de Sturzenegger reivindicó ante este diario haber puesto en marcha un plan de renovación de los locales que ya estaban en funcionamiento y negó que abrir nuevas bocas “sea parte de los objetivos” del banco.

También destacó que la inhibición no impidió que aumentara el patrimonio del banco en un 85%, que se quintuplicara su cartera de clientes pymes ni que saltara del quinto al segundo puesto en el ranking de préstamos hipotecarios. Sus adversarios dicen que con mejores máquinas se podría haber hecho más.

Fuente: DiarioBAE