Los clientes no se enteraron de las nuevas medidas

lunes, 09 de mayo de 2011

En general, en las sucursales no son informados sobre las normas vigentes

 A muchos de los clientes consultados por La Nacion durante una recorrida por la City porteña les pasó lo mismo: entraron y salieron del banco sin siquiera enterarse de la puesta en marcha de las nuevas medidas sobre uso de teléfonos celulares dentro de las sucursales.

Es que, salvo que lo llevaran a la vista o tuvieran la ostensible intención de usarlo, nadie los obligaba a apagarlos o a meterlos dentro de las bolsitas descartables que la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (Adeba) facilitó como medida de seguridad.

"A mí no me pidieron nada. Igual me parece ridículo que sólo te lo pidan porque lo ven y no porque lo lleves encima, porque lo puedo tener en cualquier lado y usarlo igual. Yo, por mi trabajo, estoy todo el tiempo en bancos y uso mucho el manos libres con el celular en el bolsillo, por ejemplo", dijo a La Nacion Elizabeth Romero, que trabaja como mandataria, a la salida de la sucursal del Banco Santander, situada sobre 25 de Mayo.

Dentro de la sucursal, un guardia de seguridad privada confirmó que sólo les piden que utilicen las bolsas a los clientes que andan con el celular en la mano.

A la salida de la sucursal del microcentro del Banco Supervielle, donde podían verse las bolsitas negras y un cartel que informaba sobre la prohibición del uso del celular sobre el mostrador de informes, el consultor independiente Ricardo Barrera se mostró de acuerdo con la iniciativa. Pero el hombre advirtió que, para él, sólo se trata de un paliativo y que, en realidad, habría que pensar en medidas de fondo para combatir el problema de la inseguridad en los bancos.

Jonatan Ingenthron, que se desempeña como gestor, ya había recorrido otros bancos cuando salía de la casa matriz de un importante banco con el celular en la mano.

"Acá no me dijeron nada, pero más temprano, en el Banco Patagonia, apenas entré con el celular a la vista, me pidieron que lo apagara y que lo metiera en una bolsita negra. Después me preguntaron si tenía otro celular, así que les mostré el que tenía en el bolsillo y puse los dos en la bolsita. La verdad que no me molestó, y eso que ando todo el tiempo entrando y saliendo a bancos", dijo.

De todas maneras, Ingenthron señaló algo que sí le molestó: "Mientras me atendían en el Patagonia, la cajera estaba mandando un mensaje de texto. Si va a ser así, tanto lo de las mamparas como lo del celular no va a servir para nada".

Según pudo saber La Nacion durante la recorrida, la mayoría de los clientes consultados se mostraron de acuerdo con la medida, mientras que las quejas radicaron principalmente en dos puntos: los que no lo quieren apagar porque temen necesitarlo para una emergencia, y quienes trabajan en mensajería, por la necesidad de estar al tanto de cualquier trámite nuevo que surja.

Por su parte, Laura Báez, empleada administrativa y clienta del Banco Galicia, consideró que la medida es muy útil, pero estimó que sería mucho más conveniente si fuera algo obligatorio para todos los clientes, como se había previsto en un primer momento y como marca la ley.

Fuente: La Nación