EL BANCO CENTRAL YA PIDIÓ UN PRESUPUESTO A LA CASA DE LA MONEDA DE ESE PAÍS

Planean imprimir el doble de billetes que en 2010 y sumar a Chile como refuerzo

miércoles, 23 de febrero de 2011

Serán unos 1.000 millones de billetes. Habrá una política de renovación de los más deteriorados. Y se busca sumar a Chile para reforzar lo que no pueda abastecer Brasil

 Las cúpulas directivas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y de la Casa de la Moneda se encuentran en estos momentos terminando de definir la cantidad de billetes que mandarán a imprimir durante este año. Y según pudo saberse por fuentes del mercado, la cifra rondará los 1.000 millones de billetes, la mayoría de los cuales serán de $ 100.

Esta cifra representa más del doble que lo impreso durante todo el año pasado, cuando la cifra llegó a casi 400 millones. Y esta vez no sólo Brasil dará una mano, sino que probablemente también se sume Chile.

El número resulta de calcular no sólo la necesidad de nuevos billetes sino también la de reemplazar billetes rotos. Es que en el BCRA planean para el 2011 una política de renovación de billetes deteriorados, principalmente de $ 2 y $ 3, que por ser los más usados por el público suelen ser también los que se encuentran en peor estado.

En base a esta cifra, la Casa de la Moneda deberá determinar la capacidad productiva para todo el año. Lo que no pueda abastecer, el Central lo contratará por afuera. En primer lugar, se acudirá a la UTE, formada entre la Casa de Moneda local y la de Brasil. Para el excedente, ya se contactó a la Casa de la Moneda de Chile (que ya había abastecido a nuestro país en 2007) para que elabore un presupuesto. No es la primera vez que ocurre. La entidad ya había sido invitada por el Central a cotizar en octubre, cuando se produjo la falta de billetes, y se encargaron 130 millones de billetes de $ 100.

El 29 de octubre pasado, cuando fue la apertura de sobres, Chile pasó el precio más bajo, pero la propuesta no incluyó el costo de la tinta ni de los fletes, ni estaban en condiciones de cumplir con los plazos de entrega.

Entonces, se pasó a la segunda mejor propuesta, que fue la de Boldt, u$s 8,7 millones, y se comprometía a mantener el mismo formato de numeración, ya que tenían la numeradora. Sin embargo, señalaron que para el 15 de diciembre sólo podían entregar 60 millones, ya que su producción es de 10 millones semanales.

Por lo tanto, el adjudicatario fue el tercer y último invitado a ofertar, que fue la UTE de la Casa de la Moneda de Brasil, que pasó un presupuesto de u$s 11,13 millones y que, finalmente, tampoco llegó a tiempo con el abastecimiento total.

Ante esta situación, la Federación Gráfica Argentina elevó una nota de protesta porque, habiendo una planta gráfica en
la Argentina en condiciones de hacerlo, al menos podían haber impreso 60 millones (lo que representaba casi la mitad de la partida) en la planta de Ciccone que hoy alquila Boldt. Hasta ayer, Boldt no había sido invitada a cotizar para la nueva partida, cuando tiene capacidad ociosa de producción.

Otro que tiene capacidad para atender a terceros clientes es la Casa de la Moneda de Chile, que tiene la particularidad de abastecer a Uruguay, Guatemala, Venezuela, República Dominicana y El Salvador, pero no a Chile, ya que la última licitación la ganó una empresa australiana y otra europea. Es que la Casa de la Moneda de Chile tiene problemas internos con el propio gobierno, entonces tiene que buscar contratos por otro lado, comentó una fuente.

Mientras tanto, en el Ministerio de Economía que conduce Amado Boudou dicen tener la plata necesaria para comprar la planta de Ciccone para imprimir ahí los billetes, pero Boldt tiene el alquiler por un año, que vence el 27 de agosto próximo, y fue pagado en su totalidad por adelantado. De todos modos, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dispuso una medida de desalojo, que Boldt apeló y tiene efecto suspensivo hasta que se resuelva en la Cámara.

Otras de las alternativas que se baraja en el Palacio de Hacienda es realizar un joint venture con la Casa de la Moneda de Brasil para alquilar o comprar máquinas especiales de impresión que potencien tecnológicamente la capacidad de la Casa de la Moneda local.

Fuente: El Cronista