EL GOBIERNO ESPERA TENER AL MENOS EL 50% DE LA DEUDA EN DEFAULT REESTRUCTURADA

Hoy termina el plazo para que los fondos de inversión entren al canje

miércoles, 12 de mayo de 2010

Boudou mantuvo reuniones con unos treinta fondos en Nueva York para promocionar el canje. No descarta la nueva emisión, pero admiten que es difícil captar plata a un dígito

 La primera etapa del canje de deuda, pensada para el ingreso de los grandes tenedores institucionales de bonos en default, cerrará hoy a las 18, con el ministro de Economía, Amado Boudou, y la plana mayor de la Secretaría de Finanzas reunida en los Estados Unidos con grupos de inversores. El Gobierno espera poder decir hoy que más del 50% de los u$s 18.300 millones que permanecen impagos desde fines de 2001 aceptaron la propuesta de reestructuración.

La cifra no es ni más ni menos que la que habían garantizado los bancos que estructuraron la oferta argentina –Barclays, Deutsche y Citi– allá por octubre, cuando el Ejecutivo formalizó la intención de reabrir una segunda etapa de canje de deuda, tras la reestructuración de 2005. A partir de mañana, los institucionales que ingresen al canje pagarán una penalidad de un centavo por cada dólar que tengan en bonos.

Según informó el Ministerio de Economía a la comisión de valores italiana (Consob) el lunes, hasta la semana pasada habían entrado al canje apenas u$s 29 millones. Sin embargo, fuentes oficiales afirmaron que el ingreso de inversores se aceleró en estos últimos días de plazo. A última hora de anoche, técnicos del Palacio de Hacienda intentaban mensurar qué cantidad de deuda ya será reestructurada.

Entre los fondos que comprometieron su coparticipación sobresalen Gramercy y BNP Paribas, entre, con tenencias de deuda impaga que superan los u$s 1.000 millones. Estos grupos de inversión compraron bonos en default a precios irrisorios, de unos 20 centavos por dólar, y ahora recibirán por esos papeles entre 45 y 50 centavos por cada dólar, de acuerdo al valor de mercado de la oferta.

El Gobierno insistió ayer en su intención de conseguir un piso de aceptación del 60%, para lo que buscarán convencer a inversores minoristas, a partir de la semana próxima y hasta el 7 de junio. El Ejecutivo calcula que los bonistas individuales italianos, alemanes y japoneses tienen entre u$s 2.000 y 3.000 millones en deuda impaga, aunque los italianos dicen atesorar bonos por u$s 4.500 millones. Analistas privados y representantes de bonistas afirman que éstos “no tienen otra opción” de entrar al canje, según reiteraron durante las últimas semanas. Por eso, el mercado estima una aceptación de al menos el 70%, que podría verse perjudicada por la volatilidad de los activos financieros de la última semana, que deprimió el valor de la oferta argentina un 10%.

Boudou llegó ayer a Nueva York, donde mantuvo un almuerzo con una treintena de fondos de inversión. Él, el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, y el subsecretario de Financiamiento, Adrián Cosentino, mantuvieron una quincena de encuentros con bancos de inversión y fondos institucionales. Boudou repitió que la colocación del bono Global 2017 por u$s 1.000 millones se pospondrá si la tasa no satisface al país, que anhela endeudarse con un interés de un dígito. “Argentina necesita una drástica reducción de la tasa de interés”, dijo Boudou en declaraciones radiales. Sin embargo, insistió en que la decisión se tomará recién el viernes, cuando finalice el plazo para suscribir al título público. La colocación, dijo, “va a depender de las condiciones de mercado al viernes próximo”.

La tasa de referencia que los inversores le exigirían a Argentina para prestarle dinero a siete años bordea el 13% en dólares, aunque llegó a superar el 15% la semana pasada. El riesgo país disminuyó hasta los 725 puntos. Una vez cerrado el canje –y si el país avanza en las negociaciones con el Club de París– podría ubicarse en torno de las 450 unidades, según la sociedad de Bolsa Puente. De ser así, analistas de la city porteña y el exterior opinan que el país podría endeudarse a tasas de un dígito en los próximos meses.

Fuente: El Cronista