El Central estudia cómo expandir el crédito sin reformar la Carta Orgánica

lunes, 08 de febrero de 2010

Con la inflación y el dólar como limitantes y un directorio afín, el Gobierno quiere canalizar el exceso de liquidez hacia las pymes y proyectos de infraestructura.

Una vez que el mundillo financiero digiera el nombramiento de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central (BCRA) y cese la presión sobre el dólar, el Gobierno avanzará sobre los bancos para que destinen sus excedentes de liquidez a los préstamos al sector productivo. La autoridad monetaria, ahora alineada con la Casa Rosada, tiene una gran aliada para llevar adelante la iniciativa: la banca pública, con el Banco Nación a la cabeza.

La presidenta del BCRA dejó entrever en los últimos días que mantiene su postura sobre la necesidad de reformar la Carta Orgánica del Central y la ley de entidades financieras, que data de la última dictadura, para ligar a la banca con el desarrollo productivo. No obstante, con el directorio afín al kirchnerismo, cambiar los estatutos no es indispensable para reorientar el crédito a las pymes y proyectos de infraestructura.

Cerca del kircherismo recuerdan que el BCRA tiene instrumentos para expandir el crédito. Puede, por ejemplo, reducir los encajes bancarios para cebar la liquidez. O bajar la licitación de Letras que semana tras semanas adquieren los bancos para prestarle al Central por cortísimo plazo en vez de verter esos sobrantes de liquidez a la economía real.

Claro que con la licitación de Lebacs y Nobacs el central absorbe liquidez y detiene una expansión mayor de la base monetaria que devendría en más inflación. No obstante, desde los sectores más heterodoxos del kirchnerismo critican el exceso de conservadurismo de Redrado, que devino en pocos incentivos para que los bancos amplíen sus líneas de créditos de largo plazo a empresas.

Un BCRA afín al Gobierno cuenta con la banca pública para redistribuir el crédito. El kirchnerismo busca alternativas para dirigir recursos al Banco Nación para canalizar a través de él los préstamos a empresas.

Se encuentran con trabas normativas: el Central no puede favorecer a una entidad o a un grupo de entidades. pero sí puede ofrecer líneas de crédito de tales características que sólo interesen a los bancos públicos.

Temblores

Por lo pronto, la inmediata aspiración de Marcó del Pont es tranquilizar las aguas. Su nombramiento no cayó bien entre los bancos privados, que mantuvieron un sugestivo silencio mientras llovían comunicados de beneplácito firmados por asociaciones representativas de pymes. Y el dólar no se disparó por la activa intervención del Central, que sacrificó reservas y operó a futuro para contener a la divisa en $ 3,87.

“Vamos a seguir con una política de tranquilidad en el mercado de cambios, de tipo de cambio administrado. El país no tiene ninguna condición objetiva para que haya algún cimbronazo y ajuste en el tipo de cambio”, dijo Marcó del Pont en su primer día como presidenta del BCRA. Sabe que tiene que desalentar las expectativas de devaluación que acompañaron a la designación de esta férrea defensora del tipo de cambio competititvo.

La sensación de depreciación es incompatible con cualquier intento para bajar las tasas, alertaron economistas consultados por El Cronista el viernes último. Es que un menor retorno por los depósitos provocaría que esos recursos se dirijan a la moneda dura.
 

Fuente: El Cronista