EL MINISTRO DE LULA LE PIDIÓ ALENTAR LA ECONOMÍA

El Redrado-gate resuena en Brasil: Mantega cruzó a Meirelles por las tasas

jueves, 04 de febrero de 2010

La irresistible seducción de Brasil sobre los mercados parece haber empezado a extinguirse en los inicios de 2010.

 Y con ella, también, todo eso que hasta el año pasado lo convertía en una economía “encantada”, capaz de desbordar optimismo en plena crisis global. El clima interno empezó a enrarecerse en este país, en los últimos días, a tal punto que alcanzó a poner más nerviosos a algunos funcionarios del Gobierno, y a involucrarlos en un problema que hasta hace poco sonaba más digno del subdesarrollo: una aparente réplica del “Redrado-gate”, entre el ministro de Hacienda, Guido Mantega, y el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, sobre el rumbo que deberán tomar en los próximos meses las tasas de interés.

Ayer, el mismísimo ministro de Planeamiento brasileño, Paulo Bernardo, debió salir a suavizar el clima y negar un conflicto institucional entre el Poder Ejecutivo y el Banco Central de Brasil. “Hay un evidente nerviosismo en un sector del mercado financiero, que en cualquier momento, ante cualquier frase de un ministro, interpreta o realiza un análisis. Este tipo de cosas no conduce a nada”, dijo Bernardo, según consignó ayer el sitio de Valor Económico.

El mercado entiende que, hoy, Mantega es proclive a congelar las tasas en los niveles actuales, para dar aire al crecimiento de la actividad, pero que Meirelles prefiere subirlas, para endurecer la política monetaria y reducir la inflación. Las especulaciones corrieron ayer con más fuerza luego de que ambos funcionarios salieran rápidamente de la presentación de la nueva línea de billetes del real, sin responder preguntas a la prensa. En su desmentida, Bernardo opinó que “no hay razón para que tengamos esta agitación”, y que “es mejor tener un control estricto sobre la inflación y esto se está haciendo”.

“Si no hay señales de inflación, el Banco Central tomará las medidas oportunas, como siempre, para evitar la especulación. Un ministro puede poner más énfasis a un aspecto, si el mercado laboral es más fuerte o menos fuerte”, agregó.

La euforia brasileña ya no es lo que era. Con indicadores que ya se ven cada vez menos favorables, la economía que sueña con ser potencia mundial en pocos años empezó a notar una fuerte disminución en su capacidad para atraer a inversores. En enero, tras el derrumbe en las transacciones comerciales, el ingreso de capitales cayó a su nivel más bajo de los últimos diez meses (fue de apenas u$s 1.075 millones) y preparó el terreno para debilitar levemente al real. Ayer, esta moneda se desvalorizó ,77% frente al dólar, hasta quedar ubicada en las 1.844 unidades. “Es aversión al riesgo. Los inversores aprovechan para protegerse y recurren al cambio”, dijo a la agencia Reuters el gerente de cambio de Treviso Corretora, Reginaldo Galhardo.

Fuente: El Cronista