Operaciones de Pase en la Política Monetaria Actual

Ariel Sternschein

por Ariel Sternschein

lunes, 10 de mayo de 2010

La Carta Orgánica del Banco Central estipula que la misión primaria y fundamental de la entidad es preservar el valor de la moneda. En consecuencia, la elección y el uso de los diferentes instrumentos de política monetaria queda sujeto al cumplimiento de ese cometido.

Uno de los instrumentos que el BCRA dispone para ello son las operaciones de pase, que conforman uno de los procedimientos que facilitan la regulación de la oferta monetaria.

Un pase activo expande la cantidad de dinero en la economía, toda vez que el Banco Central compra a las entidades financieras un activo, que puede ser un certificado de depósito bancario o un título público, con un compromiso de reventa futura, al que se le adiciona un interés en función del tiempo transcurrido. De acuerdo a la literatura económica, el pase activo es una manera de otorgar préstamos de corto plazo a los bancos, generando un crecimiento del circulante, mediante la inyección de fondos en el sistema financiero.

El pase pasivo supone la operación contraria, puesto que implicará el retiro de cierta porción de circulante a raíz de la venta de certificados de depósitos bancarios o títulos que decide el Central, en el marco de las facultades que le confiere la Carta Orgánica. Por ejemplo, en un escenario de ostensible liquidez, los bancos transfieren al Central el dinero que les sobra y obtienen un beneficio a cambio.

El Informe Monetario Mensual que publica el BCRA, permite consultar el volumen de pases netos (activos menos pasivos) y advertir que grado de relevancia tienen en la política monetaria actualmente implementada.

En el informe más reciente (marzo del año en curso), se observa, en el Cuadro de Indicadores Monetarios y Financieros, que los pases pasivos en marzo sumaron $ 13.535 millones, lo que implica una caída nominal interanual del 17,9% en relación a los pases pasivos correspondientes a marzo de 2009, que totalizaron $ 16.576 millones.

A su vez, los pases activos, que en marzo de 2009 alcanzaron los $ 568 millones, descendieron a $ 34 millones en diciembre del mismo año y en febrero y marzo de 2010, no se registraron pases de esta clase.

En consecuencia, el Central disminuyó el nivel de compra de certificados de depósito y títulos públicos a las entidades financieras en este lapso.

Sin embargo, la Base Monetaria, entre los meses de marzo de 2009 y del corriente año, se incrementó nominalmente en un 18,6%, subiendo de $ 101.348 a $ 120.224 millones, circunstancia que refleja que el Central ha resuelto un menor uso de pases en general, dando preferencia a la emisión de letras de tesorería (lebacs), que son parte de las Operaciones de Mercado Abierto, otro instrumento de política monetaria.

El informe monetario mensual antes citado expresa que en marzo, las tasas de interés de ambas modalidades de pase permanecieron en los mismos niveles de febrero. Las tasas de pases pasivos se ubicaron en un 9% y un 9,5% para uno y siete días, en tanto que las tasas de pases activos se situaron en un 11% y un 11,5% respectivamente. El stock promedio de pases netos se redujo también en coincidencia con el período de cómputo trimestral de los requisitos de encajes para las entidades bancarias que integran el sistema financiero.

En rigor, las tasas y el stock de los pases han ido creciendo progresivamente, tras su reaparición posterior al fin de la convertibilidad con tipo de cambio fijo. A mediados de 2004, un pase pasivo de siete días se pactaba al 2,5% y el stock se acercaba a los 5.000 millones de pesos.


Estas variaciones se explican en el contexto de una política monetaria de índole contracíclica que comprende mecanismos de absorción y expansión de la liquidez, que apuntan a evitar que la volatilidad de mercados externos afecte el funcionamiento del sistema financiero.

 

En 2008, en función de la crisis financiera internacional y del conflicto local suscitado por la iniciativa gubernamental de modificar el régimen de derechos de exportación para la soja y la reacción del sector afectado, se había creado un mecanismo de pases activos en dólares, con el propósito de reducir las expectativas de depreciación del peso, robusteciendo así la oferta de moneda estadounidense en la plaza cambiaria.