Por un banco argentino de desarrollo

martes, 17 de mayo de 2016

Qué características debería tener una institución nacional de estas características que permitiría apuntalar la industria nacional a través de préstamos,pero sobre todo mejorando la estructura de capital de las empresas.

Durante una reciente visita realizada al Invap (Investigación Aplicada), el presidente de la Nación, Mauricio Macri recibió de parte de uno de los directivos del instituto un reclamo: el arreglo urgente con los holdouts.

Sucede que las restricciones impuestas al país luego del default le impedían a esta empresa del Estado, lo mismo que a cualquier otra compañía, proveer las garantías de oferta y finalización de obra típicas para ventas en el exterior. Según aquel directivo, operaciones similares al reactor nuclear vendido con éxito a Australia actualmente serían imposibles de ejecutar.

Es verdad, el proceso de exportación de cualquier producto es complejo de por sí, pero si hablamos de exportación de tecnología, que involucra servicio postventa, repuestos, financiación del comprador y prefinanciación del exportador, entre otros puntos, lo es muchísimo más.

Claramente la Argentina no necesita de un banco comercial para promover sus exportaciones, ni tampoco de un banco de promoción de exportaciones en sí mismo: lo que el país necesita es una institución financiera que pueda proveer financiamiento a toda empresa y proyecto que contribuya al desarrollo de la Nación, que no es necesariamente lo mismo.

 

Objetivos

Los objetivos de un banco de desarrollo son fortalecer la estructura de capital de las compañías privadas existentes, desarrollar los mercados de capitales y proveer financiación para las exportaciones. Dentro de estos tres grandes grupos de objetivos se incluye la expansión internacional de las compañías argentinas, lo cual podría darse a controversia como ha pasado en Brasil (donde se usó un banco nacional para fomentar el crecimiento en otros países).

La expansión de las compañías argentinas en otros países típicamente generaría mayores exportaciones de productos nacionales y capacitación de nuestros profesionales en diferentes tipos de ambientes.

Por otra parte, cuanto más geográficamente diversificada sea una compañía, tendrá mayor estabilidad en su flujo de fondos y sufrirá una menor exposición a las recurrentes crisis locales.

Un ejemplo interesante -por haberse constituido en uno de los pilares del crecimiento de la economía brasileña- es el famoso Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) del país vecino.

A modo ilustrativo el Bndes tiene 2000 empleados, una ganancia neta de 8600 millones de reales (poco más de US$ 2400 millones) y activos totales por más de 850.000 millones (US$ 242.000 millones) en 2014. En definitiva, es una entidad enorme que da créditos a la pequeña, mediana y gran empresa y que permite no sólo que los productos brasileños sean más competitivos en el exterior -y que las empresas de Brasil puedan efectivamente competir en la provisión de bienes y servicios en el mercado internacional- sino que también es el punto de apoyo de la pequeña y mediana empresa que de otra manera no podría planificar y proyectarse.

Es importante destacar que el hecho de que un banco como el Bndes registre ganancias y tenga esa dimensión implica no sólo una buena gestión y un excelente manejo crediticio sino también un modelo que no depende de la inyección permanente de los fondos de un gobierno para poder cumplir con su misión.

 

Características

Un banco de desarrollo, en general (y un banco de desarrollo argentino, en particular) no puede depender del gobierno.

El Gobierno debe aportar el capital inicial para darle solvencia y luego debe conseguir fondeo de instituciones multilaterales y mercado de capitales de largo plazo. Desde este punto de vista debería ser una entidad autárquica, similar al Banco Central (BCRA) y debería contar con protecciones en sus estatutos, por medio de leyes que no puedan ser modificadas a menos que se cuenten con mayorías calificadas en el Congreso.

La creación de un banco de este tipo no es una tarea fácil dado que debe tener un ente regulatorio fuerte y ser controlado estrictamente para evitar actos de corrupción y mal manejo de la cartera de préstamos.

Por ejemplo, el Bndes tiene una cartera de préstamos en problemas de aproximadamente 2,2% cuando el Banco de Desarrollo de China (CDB, por sus siglas en inglés) tiene un nivel del 1%.

Por otra parte, uno de los factores críticos del éxito para una organización de este tipo se vincula con la experiencia y calidad de la gente en el manejo de portafolios de préstamos, con la dificultad adicional de que estos incluyen análisis crediticios sobre diferente las pequeñas, medianas y grandes empresas.

La selección de personal no puede estar influenciada ni por cuestiones políticas ni por amiguismos partidarios. Un banco de desarrollo debe ser ajeno a los cambios del gobierno de turno, incluso en lo que hace a su CEO y, a propósito, éste debe ser un banquero con años de experiencia, nunca un político.

 

Corrupción

El otro factor crítico es la ética y cumplimiento que deben responder a reglas internacionales. Sobran los casos en América latina de bancos similares que se dedicaron a darle fondos baratos a empresas que nunca existieron, a amigos que nunca repagaron o simplemente a empresas que lo usaron para obtener una ganancia financiera y no para fomentar el crecimiento y desarrollo del país.

En síntesis, un futuro banco de desarrollo argentino apuntalaría la industria nacional no sólo mediante el otorgamiento de préstamos sino mejorando la estructura de capital de las empresas.

Desde un punto de vista internacional permitirá financiar a los potenciales compradores de bienes y servicios argentinos como hoy hacen la mayoría de los países desarrollados, aumentando por lo tanto la competitividad de nuestros productos.

De la misma manera, dicha entidad podría ser socio de empresas internacionales que busquen invertir en la Argentina en todas las áreas que sean estratégicas para la Nación como energía, salud, etc.

 

Desafíos

La tarea de construir un banco de desarrollo no es fácil, incluso para una economía como la nuestra que es menos de la tercera parte de Brasil. Los recursos que deben comprometerse son importantes y el apoyo de instituciones multilaterales, agencias de rating, mercado de capitales, entre otras, serán clave para lograr una institución creíble que perdure en el tiempo.

Los equipos multidisciplinarios de créditos, análisis de proyectos, capital, por mencionar sólo algunos, deberán tener una capacitación, que hoy por hoy, es prácticamente inexistente en el Estado, pero la recompensa es grande si pensamos que una Argentina mejor es verdaderamente posible.

Como alguna vez dijo Friedrich Nietzsche: "Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado".

El autor es socio de White-Bridge Capital y experto en temas de reestructuración 

Fuente: La Nación