política monetaria

Deuda flotante, también en la mira de Vanoli

martes, 10 de febrero de 2015

Al tiempo que Alejandro Vanoli se comprometió a ir adecuando en forma "gradual" los giros para los importadores más chicos, el titular del Central también hizo referencia a la deuda flotante que la autoridad monetaria mantiene con las grandes compañías. Según indicó ayer en la comunicación telefónica desde Estambul con empresarios, el objetivo "a mediano plazo" es incrementar los cupos semanales de entrega de divisas con el objetivo de reducir dicha deuda desde niveles que se ubicarían en u$s 5.

El objetivo de corto plazo, sin embargo, es que esa deuda no crezca con los importadores más chicos. El titular de la Cámara de Importadores, Diego Pérez Santisteban, le pidió a Vanoli en la conversación telefónica que esa "adecuación gradual" debe ser "lo más rápida posible". "Si tarda muchas semanas sería contraproducente porque hay compromisos para cumplir, pero además implicaría un incremento de esa deuda flotante". Ambos convinieron en volver a reunirse al regreso de Vanoli de Turquía, lo que podría suceder el jueves.

Parece improbable que el Banco Central consiga ponerse al día con esa deuda que mantiene con los importadores y que se acumuló sobre todo en el segundo semestre del año pasado, producto del default técnico. La intención en aquel momento de Juan Carlos Fábrega era normalizar la deuda con un mayor acceso al mercado de capitales. Pero el fallo de Thomas Griesa impidió que ese plan se pueda llevar adelante. Ahora, si el Gobierno consigue colocar bonos en el exterior conseguiría un acceso más fluido al mercado financiero y así comenzar a disminuir la deuda que el Central mantiene con importadores.

Esos compromisos impagos también deberían restarse de las reservas, que el Central se esmera en mantener por encima de los u$s 31.300 millones. Sin embargo, el "maquillaje" dispuesto por la autoridad monetaria incluye el swap con China, préstamos del Banco de Francia, la deuda impaga de los bonos bajo legislación extranjera (ya suma más de u$s 1.000 millones) y la deuda flotante con el sector importador.

Recién en el segundo trimestre habría mayor disponibilidad de divisas a partir de las liquidaciones del sector agroexportador. Sin embargo, tampoco sobrarían tantos recursos, considerando la caída del precio de la soja y la disminución adicional del superávit comercial que se produciría este año. 

Fuente: Ambito