Expectativas regionales

Bancos brasileños más optimistas con Argentina

lunes, 02 de febrero de 2015

Comulgan con la idea de que la expectativa de cambio político alentará la entrada de capitales. Estiman menor caída PBI.

Al analizar los informes de los economistas de los principales bancos brasileños sobre las perspectivas argentinas resulta insoslayable la comunión con el escenario que proyecta una mejora macro ante la expectativa de cambio de Gobierno. Este optimismo se refleja en el ajuste realizado a las proyecciones sobre la economía argentina en 2015. Así es que ahora esperan por un lado una menor caída del PBI, del 2%, cuando antes estimaban un retroceso de más del 3%. Por otro, apuestan a una menor devaluación que llevaría el dólar oficial a fin de año a $ 10,50 frente al $ 14,30 anterior. En este contexto estiman una inflación más baja, en torno al 30% anual, cuando antes no bajaba del 35%.

Los reportes que cruzan los expertos brasileños entre sí dan cuenta de que, si bien no descartan aún que el Gobierno kirchnerista deba realizar algún ajuste antes de terminar el mandato, debido, fundamentalmente, a mayores presiones derivadas del conflicto con los fondos buitre, sin duda las expectativas muestran un cambio favorable. Es como si hubieran comprado plenamente el mensaje de los mercados de que todo irá mejor con el advenimiento del próximo Gobierno, más afín con el espíritu pro mercado. Vale destacar que siguen siendo escépticos sobre una solución rápida con los buitres.

Detrás de este nuevo escenario optimista está el supuesto de que la cercanía del cambio político este año y de las potenciales entradas de capital vinculadas a esta mudanza le permitirían al Gobierno de Cristina de Kirchner posponer los ajustes necesarios.

Cabe recordar que por ejemplo en octubre de 2014, tras la crisis que dio lugar a la llegada de Alejandro Vanoli al Banco Central, los brasileños esperaban en 2015 una caída del PBI del 3,5% y un tipo de cambio oficial de $ 14,30 a fin de este año. Antes de eso contemplaba un dólar de $ 13.

Ahora, proyectan un dólar oficial un 27% más bajo, a $ 10,5 al cierre de 2015. A la par estiman una tasa de interés de referencia Baldar del 25% frente al 30% anterior. Consideran que el Palacio de Hacienda comandado por Axel Kicillof intentará financiar el déficit de la balanza de pagos con las reservas del BCRA y con emisión de deuda, a la vez que seguirán los controles cambiarios (e incluso podrían intensificarlos). Claro que, en el caso de que falle esta estrategia, el riesgo es de mayores ajustes.

De este escenario proyectado se desprende por qué han mejorado la expectativa de menor recesión (y de inflación) para este año: en concordancia con la mejora de la confianza frente a las elecciones presidenciales.

También valorizan el haber podido preservar las reservas por encima de los u$s 31.000 millones en 2014 (no esperaban más de u$s 28.500 millones) gracias a los atrasos en los pagos de importaciones, líneas de swaps corto con China y Francia más a pagos pendientes a bonistas e ingresos de licitaciones de licencias 4G. Ahora estiman que cerrará 2015 con poco más de u$s 26.000 millones.

Los análisis resaltan el hecho de que el Gobierno considera ahora la devaluación de 2014 como un error que no repetirá, más allá del nivel de la brecha cambiaria. Esto guarda relación con la baja en la devaluación implícita proyectada en las tasas del contrato del dólar futuro para diciembre 2015 operada en $ 11. Pero en el caso de que el Gobierno logre colocar deuda, eso le permitiría evitar, en el corto plazo, prontos ajustes en el tipo de cambio y en las tasas de interés.

Otro tema que consideran relevante es que a pesar de que las condiciones de financiamiento externas se han deteriorado, los precios de los bonos soberanos argentinos siguen firmes, como el caso del Bonar 24 (a 10 años), que rinde un 9,5%. Según los análisis brasileños, esta resistencia de la deuda argentina tiene relación con la expectativa del cambio político y económico tras la elección de octubre. Esto precisamente debería incentivar al Gobierno a intentar renovar los bonos emitidos bajo ley local que vencen este año.

Sólo el caso de que se demore de más el acuerdo con los buitres, el mayor riesgo de aceleración de la deuda, complicaría más todavía el acceso a los mercados de capitales. En este caso, el Gobierno se vería forzado a devaluar y subir las tasas con más intensidad en 2015. Entonces, la caída del PBI y la inflación serían mayores de lo que ahora proyectan. 

Fuente: Ambito