Inversiones

Por la desconfianza, crece la tendencia a hacer depósitos a plazos más cortos

martes, 25 de noviembre de 2014

Las colocaciones hasta 59 días son el 63,5%, tres puntos más que hace un año; el fenómeno, ya tradicional, se agravó en los últimos meses; lo adjudican a la incertidumbre económica.

La tendencia a apostar por plazos más cortos en los depósitos en pesos realizados en el sistema financiero local se agudizó en los últimos meses: ya no sólo la mitad del dinero bancarizado es puramente transaccional, sino que 6,3 pesos de cada 10 que los operadores privados utilizan para constituir un plazo fijo (en busca de obtener alguna renta) son colocados al menor período de imposición posible en el esquema normativo.

La foto actual del sistema muestra que el 51,5 por ciento de los depósitos del sector privado no financiero (excluye a los fondos que colocan los bancos y al sector público) son "flotantes", como definen en la jerga financiera al dinero colocado en cuentas a la vista y que, por definición, debe mantenerse disponible en forma inmediata. En la segunda parte de los años 90 ese cociente en la Argentina era de apenas 30 por ciento.

Adicionalmente, entre los depósitos a plazo, desde hace meses crece la porción de colocaciones realizadas hasta 59 días. "Actualmente éstas explican el 63,5 por ciento de las imposiciones, mientras que hace un año representaban el 60,5 por ciento y hace dos años, el 56,6 por ciento", indicó en su relevamiento de octubre el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefid-Ar), una consultora financiada por los bancos públicos y cooperativos locales.

El trabajo detectó que esa transferencia de recursos hacia los menores plazos fue producto de que los plazos fijos colocados a entre 60 y 89 días "cayeron 1,5 puntos porcentuales con respecto a igual lapso de 2013 y 4 puntos porcentuales con relación al mismo mes de 2012", mientras que los comprendidos entre los 90 y los 179 días "muestran una contracción de 2,5 puntos y 2,7 puntos, respectivamente".

La proporción de los depósitos realizados a plazos mayores, es decir, aquellos que superan más de medio año, se mantuvieron estables o incluso aumentaron marginalmente, según el relevamiento del Cefid-Ar.

Para los analistas consultados, que la ya tradicional tendencia al cortoplacismo en el sistema se haya incrementado en los últimos meses refleja el clima de desconfianza que se instaló en la economía respecto del futuro. Aseguran que, sin perspectivas claras en materia de inflación, en la evolución del tipo de cambio o de las tasas de interés, esperar que puedan alargarse los plazos de colocación de los depósitos es utópico. "El comportamiento de los depositantes en moneda local se circunscribe a optar por aquellas opciones que les permitan salir lo más rápido posible ante eventuales turbulencias que se produzcan. Si renace la calma, en especial la cambiaria, van al plazo fijo, pero al más corto posible", apunta Andrés Méndez, de la consultora AMF Economía.

Pero, por sobre todo, aclara que el fenómeno ya tiene una extensa raigambre en la Argentina, porque los agentes económicos "consideran el peso como una moneda transaccional" y que sólo bajo determinadas circunstancias "funciona como reserva de valor".

De allí que, puestos a elegir, "optan por el peso para realizar sus transacciones y por el dólar para ahorrar, y por afuera de las entidades financieras".

Por eso no lo sorprende que en las últimas semanas se haya acentuado la tendencia a una mayor concentración de los depósitos a plazo en los períodos más cortos. "Los depositantes temen quedar atrapados ante un eventual salto devaluatorio, y cuando el mercado cambiario se convulsiona, optan por estar lo más líquidos posible. Una conducta que no alcanza a disipar la calma que imponen los controles que llevan adelante las autoridades, que si bien tranquilizan las paridades nominales, no generan un efecto similar en los ahorristas", explica Méndez.

Pese a los riesgos que puede significar para el ejercicio de la actividad bancaria tener una base de fondeo cada vez más volátil, los analistas creen que la situación no arrastra a los bancos, ya que estos se mantienen muy líquidos.

"En los últimos meses los depósitos crecieron a un ritmo levemente superior al de los créditos, lo que provocó un aumento de 12 puntos promedio en la liquidez con que se manejan los bancos. Mayoritariamente, las entidades usaron ese excedente para suscribir letras del Banco Central o hacer pases", observó en su último informe el consultor Pablo Curat.

RESULTADOS MIXTOS PARA LOS ADR

Cómo sucede habitualmente en los feriados locales, la mirada de los operadores argentinos estuvo ayer pendiente de la evolución de las acciones argentinas que cotizan en Wall Street, bajo la denominación de ADR (American Depositary Receipt, en inglés). Los resultados no fueron uniformes.
Así, los papeles de Cresud fueron los que más subieron (5,3%), seguidos por los de su controlante, IRSA (3,1%). Detrás se ubicaron Banco Macro (2,9%), Banco Francés e YPF (1,3% cada una), Edenor (1%) y Ternium (del grupo Techint, 0,6 por ciento).
Del otro lado, lideraron las bajas Pampa Energía (-2,6%) y Telecom (-2,5%), seguidas por Tenaris (controlada por Techint, -1,6%), Petrobras Argentina (-1,3%) y Galicia (-0,9 por ciento).
Por su parte, los mercados de Wall Street cerraron con dos nuevos récord en el Dow Jones (que apenas subió 0,04%) y el S&P 500 (0,29%), continuando con la tendencia al alza con la que terminó la semana pasada. El índice tecnológico Nasdaq, en tanto, subió 0,89 por ciento. 

Fuente: La Nación