El fondo buitre Elliot faltó a la cita

Seguros contra default: valuaron bonos al 40%

jueves, 04 de septiembre de 2014

El fondo buitre Elliott faltó a la cita, por lo que se presume no tenía negocios en CDS sobre la deuda argentina.

La Asociación Internacional Swaps y Derivados (ISDA) concretó ayer la subasta vinculada con las transacciones de seguros contra default (CDS) sobre la deuda argentina. El resultado fue una valuación de los títulos argentinos reestructurados en default de 0,395 de dólar por cada dólar.

Uno de los datos curiosos de la subasta fue la ausencia del fondo Elliott Management, lo cual desestima que, por lo menos en EE.UU., este fondo buitre haya operado CDS de la Argentina como se especulaba semanas atrás cuando se dictaminó el default.

Según los operadores, los resultados del proceso, difundidos por Creditex y Markit, estuvieron dentro de lo esperado apenas por encima de los 0,40 de dólar, con precio final en 0,395 de dólar, con valores distribuidos entre 0,38 por el lado de la compra (bid) y 0,42 por la venta (ask). Se estima que las entidades que vendieron los CDS en EE.UU. deberán pagar a los tomadores aproximadamente unos u$s 550 millones. Cabe señalar que, según datos de la Depository Trust & Clearing, entidad que registra los contratos de CDS en el mercado norteamericano, había alrededor de 2.900 contratos pendientes que aseguraban bonos por menos de u$s 900 millones de deuda argentina. Es importante destacar que por tratarse de contratos privados, no puede conocerse el alcance total ya que pueden existir operaciones registradas en otros mercados que no sea Estados Unidos.

Pero lo más interesante de la subasta de ayer pasó por ver quiénes fueron los principales compradores y vendedores. En cuanto a los primeros, según Markit, hubo un total de u$s 113 millones de posturas de compra, compensadas por u$s 17 millones de posturas de venta, dejando fuera del libro, o sea, fuera del precio de corte (se trató de una subasta al estilo holandés, como las que se hacen semanalmente con las Letras y Notas del BCRA), unos u$s 96 millones. Curiosamente, la mayoría de lo que quedó fuera del precio de corte correspondía a Barclays, que ofertó por casi $s 100 millones en bonos (u$s 99,432 millones). Si bien es imposible determinar si los bonos eran para Barclays, que necesita la garantía, o para sus clientes, de todos modos quedó claro que el banco británico quería los bonos de la Argentina. Y quien cubrió enteramente el cupo fue el JPMorgan, que vendió u$s 1,9 millón en 39,25 y u$s 96,03 millones al precio de corte de 39,50. Es decir que la subasta fue prácticamente para que Barclays comprara cualquier bono al JPMorgan, quien tuvo que vender como resultado de tener exposición de CDS sin compensación.

Sin embargo, como sucede en este tipo de subastas holandesas, siempre hay alguien que espera que las contrapartes estén acosadas o no sean demasiado astutas y compren bonos a cualquier precio. De acuerdo con los datos difundidos por ISDA, por el lado de los vendedores se destacó el Citigroup, que según fuentes del mercado era uno de los más expuestos a los CDS. El banco norteamericano se preparó para festejar si lograba vender 80 millones en bonos a un precio de 55, con 50 millones a 99 centavos de dólar. Por supuesto, nadie cubrió esa oferta (el banco hubiera ganado automáticamente 50 centavos por bono sin riesgo). Lamentablemente para el Citigroup no hubo ni colegas presionados ni desorientados.

Más allá de ganadores y perdedores, la relevancia de la subasta radica en que debido a que se trata de contratos entre privados, los bancos y los fondos que vendieron las coberturas y deben pagar las primas necesitan tener una valuación de los títulos que recibirán de parte de los asegurados para incorporar en sus estados contables.

Si bien en el mercado existen dudas sobre la credibilidad del proceso, algunos analistas consideran que ya los CDS no son un método legítimo para cobertura contra el riesgo de incumplimiento y mencionan los casos de Grecia y del reciente Banco Espírito Santo, sobre todo por su inmunidad frente al riesgo sistémico. 

Fuente: Ambito