política monetaria

El Banco Central puso segunda en su política de minidevaluaciones del peso

viernes, 06 de junio de 2014

Aumentó la velocidad del deslizamiento a la baja en la moneda local por temor al impacto que podría tener el intento del BCE de abaratar el euro.

La tendencia a la depreciación que muestra el peso se aceleró ayer en el mercado oficial al convalidar el Banco Central (BCRA) un ajuste de 0,28% contra el dólar estadounidense. Fue un intento de evitar que el diferencial de inflación que tiene la economía local con buena parte de las del resto del mundo le haga perder a la moneda argentina la competitividad ganada tras la devaluación de enero.

El ajuste a nivel mayorista llegó a 2,4 centavos, al pasar el precio de venta del dólar de $ 8,1060 a $ 8,13, y elevó a 0,62% la tasa de devaluación oficial del peso en lo que va del mes. En mayo, ese ajuste había sido de 0,98% y en lo que va del año ya llega a 19,5 por ciento.

Algunos analistas creen que el BCRA "puso segunda" en la marcha de la devaluación para estimular un poco más las liquidaciones del sector sojero de cara a un calendario de pagos que se anticipa más exigente.

Aluden a los egresos por el pago regular de la deuda, a los que deben sumarse este año los pagos convenidos al pactar con el Club de París (US$ 650 millones en julio); las obligaciones derivadas de las mayores importaciones de gas y el pico estacional de demanda que suponen siempre las vacaciones de invierno, reforzadas en su versión 2014 por el Mundial.

Pero otros vincularon esta aceleración con la decisión que en horas de la mañana tomó el Banco Central Europeo (BCE) de podar al 0,15% la tasa de interés de referencia en la zona del euro, en especial porque estuvo acompañada por una inédita penalización del -0,10% nominal anual a los bancos que quieran depositarle dinero, en un intento de impulsar el crédito.

A esto se agrega la decisión de inyectar al mercado este año 400.000 millones de euros a reintegrar a los cuatro años, disponibles para los bancos que activen préstamos a empresas, remedando la receta que ensayó la Reserva Federal de Estados Unidos para salir de la recesión.

En el BCRA no desconocen que estas medidas buscan forzar una devaluación del euro, bloque que explica el 18% de la competitividad de la moneda argentina, por lo que intentan anticiparse a ese perjuicio.

MUCHAS RAZONES, UNA SOLA RUTA

Cualquiera haya sido la motivación, lo cierto es que el deslizamiento del dólar contó ayer con la venia oficial, ya que el BCRA intervino repetidas veces en el mercado y hasta convalidó el cierre alcista comprando para arrimar a las reservas al menos US$ 20 millones, apenas el 8% del monto total operado en plaza.

El acotado nivel de compras denuncia, a su vez, que el BCRA volvió a ser menos restrictivo a la hora de aprobar los pagos vinculados con importaciones privadas, alguna de ellas relacionadas con la paralizada industria automotriz, en un intento de aportar a su rehabilitación.

"El Banco Central intervino en la regulación del precio, comprando y vendiendo la divisa de contado. Incluso hizo con bancos privados también operaciones para liquidar mañana y próximo el lunes", confió un operador.

La caída del peso reacomodó todos los restantes precios del dólar. El minorista promedio testimonial, que se exhibe en casas de cambio céntricas, subió de $ 8,13 a $ 8,15, con lo que arrastró al dólar ahorro a $ 9,68 y colocó el valor del dólar tarjeta (aquel que surge de agregarle al precio oficial la tasa del 35% que la AFIP cobra en concepto de anticipo impositivo) en $ 11.

En el segmento informal del mercado el precio de venta del dólar se mantuvo estable (a $ 11,63, apenas un centavo menos que en la víspera), por lo que la brecha entre uno y otro tipo de cambio quedó levemente por encima del 41 por ciento.

Por su parte, los precios libres del dólar que surgen de las operaciones bursátiles sumaron dos centavos, al cerrar el denominado "contado con liquidación" a $ 10,59 para cortar una racha de cinco ruedas retrocediendo arrastrando consigo las cotizaciones de acciones y bonos en dólares. 

Fuente: La Nación