política monetaria

Grandes bancos le piden a Fábrega que autorice impresión de billetes de $ 500

martes, 13 de mayo de 2014

¿Qué prócer ocupará el nuevo billete de $ 500? ¿Quién será el afortunado?

A nadie llama la atención que por efecto de la inflación los montos nominales de las transacciones comerciales en los que parece sumirse la actividad económica resultan cada vez menos manejables. La cantidad de billetes necesarios para realizar esas operaciones básicas son una clara muestra de ello. El valor real de un billete de $ 100 es hoy sensiblemente inferior al de hace uno, dos, cinco años: la inflación y el cepo cambiario ubican a nuestro país entre los que cuentan con la moneda más débil del continente junto al bolívar venezolano.

Esto hizo que un grupo de banqueros que conducen entidades de primera línea le planteen hace algunos días al titular del Banco Central Juan Carlos Fábrega, la urgente necesidad de modificar la política de impresión de billetes. “Necesitamos billetes de alta denominación real, no sólo de 100 ni el nuevo billete de 50 pesos, ya que los costos son cada vez mayores, nos trae muchos problemas, no entendemos por qué sucede esto”.

Hay que entender que, para las entidades, como para el resto de la economía, manejar una mayor cuantía de billetes por las mismas operaciones comerciales implica necesariamente un costo extra que, año tras año, hay que asumir. La respuesta del Gobierno tardó. Y cuando finalmente llegó, no fue distinta de la que presuponían los hombres de la City: “En la Casa Rosada no quieren, por ahora no habrá cambios en este aspecto”.

No sólo es el avance de los precios; es, a la vez, lo desactualizado de los billetes cuyo exponente de mayor denominación en la economía doméstica es hoy el equivalente a u$s 12. De diciembre de 2007 a marzo de 2014, el billete de $ 100 perdió tres cuartas partes de su capacidad adquisitiva: hoy vale $27. Tanto la cantidad de billetes de $50 como la de $ 100 se duplicaron en los últimos tres años.

Mientras tiempo atrás el billete de $ 100 daba sensación de ahorro, hoy se cambia por una pizza de baja complejidad, nada de palmitos o ananá”, señalan en la City. En rigor, casi 7 de cada 10 billetes que circulan por la economía ya son de $ 100.

Entre los banqueros la urgencia se hace presente: dicen que al imprimir cinco billetes de 100 en vez de uno de 500, se produce un despilfarro de los recursos públicos, pero que, sobre todo, se ha complejizado la carga de los cajeros automáticos o el pago de una deuda ordinaria. Incluso, y vulnerando las barreras freudianas de su superyó, uno de los ejecutivos de una entidad bancaria de capital extranjero se animó a declararse de acuerdo con el diputado socialista Roy Cortina, quien impulsa un proyecto donde propone crear un billete de $200 y otro de $500. Por supuesto, de fondo, siempre se encuentra el mismo motivo: la impresión de billetes más altos significaría el reconocimiento de una inflación por encima de las mediciones. 

Fuente: El Cronista