actualidad económica

Piedra libre a banqueros dolarizados y balas de cebita contra la puja salarial

viernes, 21 de marzo de 2014

La invitación formal del Club de París a cerrar formalmente las negociaciones llegó al Ministerio de Economía ayer por la mañana, una semana después de que la hiciera pública la secretaria ejecutiva del ente que agrupa a los países acreedores.

En el medio, Jorge Capitanich admitió otra conversación que nadie se había atrevido a reconocer: la que mantiene el Gobierno con los fondos buitres. A dos cuadras, desde el Banco Central, Juan Carlos Fábrega les gritó piedra libre a tres bancos que habían ocultado sus dólares a futuro y calmó las aguas tras una nueva seguidilla de cinco días de pérdida de reservas. La conflictividad laboral, que ebulle al calor de un golpe inflacionario indisimulable y de un desempleo bajo que mantiene lejos el cuco de los despidos, se colocó así en el centro del escenario político-económico y terminó de desplazar a las tensiones cambiarias del mapa que Cristina Kirchner sigue desde Olivos para capear su último (y tormentoso) año en la quinta presidencial.

Pese a su massismo explícito, Jorge Brito fue el primero en adecuarse a la restricción que impuso en febrero el Central a todos los bancos: que sus activos en dólares no superen el 30% del total y que sus tenencias de dólares a futuro no representen más del 10%. La movida de Fábrega, que terminó de enterrar la corrida de enero, dejó una grieta en la que se escondieron bancos como el Santander, el Francés y el Galicia: la venta de “dólares futuros” a sus sociedades controladas. Por eso el mendocino sacó anteayer una norma complementaria que los obligó a deshacerse de ellos. Y Brito terminó haciendo buen negocio otra vez. Vendió a $8 los verdes que sus colegas debieron entregar a $7,80 y aprovechó las tasas en pesos que subió de golpe la misma autoridad monetaria.

Axel Kicillof recibió ayer en medio de la asamblea de accionistas de Clarín el parte diario del Central, que hoy cumple seis semanas hábiles sin tener que vender divisas para sostener al peso. Las arcas de Recoquista gotean igual por los u$s617 millones de deudas multilaterales que vencen este mes y por los 70 millones diarios en promedio que cuesta importar la energía subsidiada para hogares e industrias. ¿El vaso medio lleno? La sangría de divisas por turismo y gastos con tarjeta en el exterior cayó en marzo a u$s 26 millones diarios, la menor en 22 meses. El desplome, devaluación mediante, la dejó en la mitad de lo que se iba en febrero del año pasado.

Fábrega espera para abril los primeros dólares de la cosecha sojera y otros u$s327 millones de Chevron para Vaca Muerta. En un abrazo de oso, la oposición busca enfrentarlo con Kicillof y le adjudica todo el mérito por el fin de la corrida, intentando instalarlo como su posible sucesor. Él jura a sus íntimos que después del Central se calzará las alpargatas para instalarse en su finca viñatera de Tupungato. Pero tras el permiso que obtuvo del Senado para quedarse por seis años en la calle Reconquista, lo que evita aclarar es si abrazará ese plácido retiro cuando el kirchnerismo deje la Rosada o si lo hará más adelante. A los 65, si se mira en el espejo de Alan Greenspan, le queda cuerda para rato.

Tontos pero No Tanto

Como en la agrupación estudiantil que compartían 20 años atrás en la Facultad de Económicas, Kicillof y Augusto Costa sienten que enfrentan a enemigos poderosos y que lo hacen más por el bronce que por el oro. El adversario de antaño, la Franja Morada apadrinada por el “Coti” Nosiglia, acaba de encaramarse en lo más alto de la UBA: al nuevo rector, el radical devidista Alberto Barbieri, lo acompañará como secretario de Hacienda el franjista Emiliano Yacobitti, jefe de las patotas que paseaban en los ’90 sus armas blancas por los claustros para amedrentar a los tenetianos. En el ring actual, Kicillof se juega bastante más. Y de momento le va mejor. Empresarios como Brito, que le auguraban en enero una salida “en cuestión de días”, desarmaron sin chistar sus posiciones en dólares (en blanco, claro) y se preparan para un año de recesión pero con oportunidades para ganar dinero en pesos.

Con los Precios Ciudados transitando la última semana antes de su primera revisión, Costa recibió pedidos de todos los supermercadistas y de los fabricantes de los 194 productos involucrados para aumentarlos “a cuenta de las paritarias”. Sabe que algunos como el pan lactal, el queso y el aceite quedaron tan desfasados que algunos dueños de almacenes y autoservicios empezaron a abastecerse en las cadenas de súper e híper para luego venderlos más caros a sus propios clientes. Pero la orden de la Presidenta al ministro fue clara: que aumenten “lo mínimo indispensable” y que en lo posible se amplíe su lista.

La suba del costo de vida del 3,4% que admitió el INDEC para febrero dejó conformes a los más escépticos acerca del plan de “desmorenización” del ente. Y le sirvió al Gobierno para mostrar que aunque altísima, la inflación es declinante. Las heridas, no obstante, tardarán en cicatrizar. Y ya hay un grupo de técnicos desplazados por Guillermo Moreno que trabajan en una potente herramienta informática para radiografiar la mentira de los últimos siete años y terminar de ponerla en negro sobre blanco, con previsibles coletazos legales en la City.

La confesión del Coqui

Quizá pasó desapercibida por la modorra que envuelve sus monocordes conferencias matinales, pero el jefe de Gabinete soltó el martes una primicia: el Gobierno inició negociaciones con los fondos buitres que reclaman u$s1.300 millones ante la Justicia estadounidense. La estabilidad financiera hasta fin de año, dijo, depende de varios factores, entre los cuales destacó el ritmo de liquidación de la cosecha y “como continúan las negociaciones en materia de holdouts”.

Las tratativas con los fondos buitres son el punto más difícil del pliego de condiciones impuesto por el mercado financiero internacional, porque el Gobierno tiene vedado encararlas por la Ley Cerrojo. Por eso utiliza emisarios non sanctos como el fondo Fintech, dueño de una parte de Clarín. Esta semana, en esa pulseada que se dirime en la Corte Suprema estadounidense, Kicillof sumó el apoyo de François Hollande pero perdió el de John Kerry. Es decir, el de Barack Obama.

Desde que es ministro, Kicillof mutó su postura respecto de la deuda con el Club. No por el viejo teorema de Baglini, como susurran sus adversarios internos ante cuanto periodista y consultor los escuche, sino por la severa crisis del sector externo a la que llevaron dos largos años de mala praxis oficial. El jefe del Palacio de Hacienda sigue pensando que el pacto no traerá grandes inversiones de empresas multinacionales –como promocionan los países acreedores– pero entiende que acercará dólares al país por otras vías, como créditos más accesibles para obras de infraestructura o una emisión de bonos a tasas que no tripliquen la que paga Bolivia en el mercado internacional.

Castillo de Naipes

En la serie House of Cards (Castillo de Naipes), que el funcionariado camporista consume con la misma fruición que Barack Obama, el protagonista –jefe de la bancada demócrata– orquesta el lanzamiento de un ladrillo contra una ventana de su casa, que adjudica a los gremios docentes en huelga. El episodio le sirve a Frank Underwood para aplastar el paro de los maestros e imponerles un ajuste sobre sus condiciones laborales. El ladrillazo de ayer contra Silvina Batakis también marcó un antes y un después en el conflicto docente de la provincia, pero la multitudinaria marcha del miércoles en La Plata dejó en claro que los dirigentes no están solos.

La UIA, temerosa por la conflictividad que se asoma en las fábricas, salió a repudiar que los docentes no hayan acatado la conciliación obligatoria y parangonaron la situación con la de Techint, bloqueada por los camioneros de Hugo Moyano como precalentamiento de su propia negociación. La realidad, sin embargo, es que el Ministerio de Trabajo tampoco logra imponer las conciliaciones a las empresas cuando operan en favor de los gremios. Así ocurrió con Nextel, que siguió adelante con su plan de achique pese al alto el fuego dictado desde Alem 650. 

Fuente: DiarioBAE