crédito bancario

Acceso al crédito Bancos ya cobran 26% por líneas cortas para las empresas, un máximo desde el 2009

viernes, 21 de febrero de 2014

La tasa de interés por adelantos en cuenta corriente a grandes empresas pasó de 22% anual en diciembre a 26% esta semana, la tasa más alta registrada desde 2009

"Se están tomando cada vez más recaudos. Obviamente, a estos niveles de tasas, al que te viene a pedir dinero lo tenés que mirar con lupa y hacerle una radiografía completa, porque posiblemente la plata no te la pueda llegar a devolver más", se sincera el director de Productos de un banco que, como muchas otras entidades, sacaron el pie del acelerador en el otorgamiento de adelantos a empresas y se pusieron más restrictivos.

Limitaron los montos e incrementaron el precio del dinero. De acuerdo a un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, la tasa de interés por adelantos en cuenta corriente a grandes empresas privadas (con acuerdo de 1 a 7 días y, de $ 10 millones o más) pasó de 22% anual en diciembre a 26% esta semana, la tasa más alta registrada desde 2009. En efecto, la tasa prácticamente se duplicó con respecto a abril del año pasado, ya que se encontraba por debajo del 15%

"Además, el nivel de incertidumbre existente provocó que las entidades eviten dar adelantos a plazos largos y que los acorten cada vez más", advierte Joaquín Berro Madero, del Ieral. En efecto, en enero el plazo promedio para adelantos en cuenta corriente fue de 77 días, contra 84 días de enero del 2013 y de 94 días de dos años atrás, mientras en julio del 2010 se conseguía financiamiento por 112 días.

Sin dudas, el aumento de costos que representa la suba de tasas de interés pasivas, tanto para el BCRA como para las entidades financieras, se comienza a ver reflejado en las tasas activas.

Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), precisa que la tasa de interés de referencia fue elevada por el gobierno, lo que generó una extracción de pesos de la economía: "Esta mayor tasa termina impactando en todos los costos del dinero que se hacen visible al ciudadano. Primero, una mayor tasa pasiva y luego una mayor tasa activa; es decir, la que se cobra cuando un banco presta a una persona o empresa".

De esta forma, se busca desactivar la inconsistencia que existía entre tasa de inflación, tasa esperada de devaluación y tasa de interés, con lo que cae el incentivo a comprar dólares de cualquier tipo, por ejemplo.

Ahora bien, para Argañaraz, el efecto de una suba de la tasa provoca una parálisis de ciertas actividades económicas de manera directa, como aquellas muy vinculadas al crédito, complicaciones en la cadena de pagos de algunas actividades (alguien que tiene un cheque a plazo que ya recibió y hoy el costo del dinero es mayor) y, en término final, una menor velocidad de la actividad económica en general: "Es imposible que suba la tasa y no se tengan estos efectos, aunque todavía se esté en terreno real negativo".

Desde la óptica de Gustavo Perilli, socio de AMF Economía, este aumento del costo del dinero es producto del cortoplacismo que instaló la crisis cambiaria de enero: "No sólo se trata de un encarecimiento del crédito, sino además cierto problema de iliquidez que ya se está viendo en el proceso de producción".

"Por el nivel de tasas de interés, estamos en presencia de una crisis crediticia relativamente más compleja que la de 2009. La estabilidad de estos días posiblemente introduzca algo de oxigeno a esta suba de tasas, que el Banco Central convalida para retirar liquidez de la plaza con fines antiinflacionarios y de control cambiarios. Las liquidaciones de exportaciones pueden ser la luz del final del túnel", sostiene Perilli. 

Fuente: El Cronista