sistema financiero

Los megabancos bajaron los salarios de sus ejecutivos pero no lo suficiente

martes, 03 de diciembre de 2013

Desde la crisis financiera, a ambos lados del Atlántico se observa mucho enojo por las exorbitantes remuneraciones que reciben los directivos del sector bancario.

Cuando los megabancos del mundo pusieron en riesgo el funcionamiento del sistema económico global, los contribuyentes se vieron obligados a pagar la cuenta. Sin embargo, si bien los gobiernos exigieron austeridad antes de pagar esos rescates, los financistas de la City de Londres y Wall Street siguieron disfrutando de generosas gratificaciones y lujosos estilos de vida.

La investigación publicada ayer por Financial Times muestra que, a diferencia de lo que percibe la gente, las entidades bancarias empezaron a reducir los niveles salariales. Por segundo año consecutivo en algunas de las instituciones más grandes, la remuneración total de los empleados disminuyó pese a que las ganancias corporativas se han incrementado.

Los accionistas, que en los casos de bancos rescatados incluyen a gobiernos, están quedándose con una mayor porción de la torta.

Poner un límite a las recompensas no sólo es una buena medida de relaciones públicas. Es esencial evitar que los inversores sientan inquietud en un momento de baja rentabilidad. Las ganancias retenidas son la manera más sencilla que tiene un banco para fortalecer su posición de capital.

Los gobiernos están tomando medias para eliminar las garantías generales que antes disfrutaban las entidades del sector. El costo de financiación de cada institución dependerá cada vez más de la solidez de su balance general.

Si bien los banqueros pueden quejarse de la menor remuneración que están cobrando, sus condiciones generales están lejos de ser espartanas. En los nueve bancos analizados por el estudio de Financial Times, en promedio la relación entre los salarios y las ganancias (antes de remuneraciones) del banco fue superior al 50%. En los primeros nueve meses de este año, los empleados de estas instituciones cobraron en total u$s 51.400 millones.

Esas cifras tienen implicancias para la política pública. Para empezar, ofrecen cierta perspectiva en el debate sobre cuánto capital deberían mantener los bancos de inversión. Los máximos responsables de los bancos constantemente se quejan de las exigencias regulatorias. Aseguran que subir aún más la vara en cuanto a los requisitos de capital los obligará a deshacerse de más activos. Sin embargo, los números indican que los banqueros podrían arreglarse con menos sin caer en la pobreza. 

Fuente: El Cronista