productos financieros

Aumentan tasas y se estanca suba de depósitos a la vista

jueves, 10 de octubre de 2013

Público y empresas privilegian los plazos fijos, que ya pagan por encima del 20 por ciento.

Uno de los fenómenos más notables de los últimos meses en el sistema financiero local es que las colocaciones a la vista, es decir cuentas corrientes y cajas de ahorro, prácticamente han dejado de crecer. Sin embargo, los depósitos siguen aumentando a buen ritmo, ya que dicho estancamiento se ve más que compensado por la fuerte suba de los plazos fijos.

Esta tendencia se observa al repasar la variación de los primeros nueve meses de 2013, en lo que respecta a la evolución de los depósitos del sector privado. En lo que va del año, el aumento es del 18,5%. Sin embargo, los depósitos a la vista crecen apenas un 10,4%, mientras que las colocaciones a plazo lo hacen a un ritmo que llega casi al triple, 28,6%.

Esta tendencia tan marcada está generando un fenómeno que no se había observado prácticamente en los últimos diez años. Los plazos fijos ya representan prácticamente el 50% de los depósitos totales del sector privado. De hecho, los depósitos a plazo suman actualmente $ 213.600 millones, lo que equivale al 48,6% del total, pero con una tendencia claramente alcista. En los últimos años, los plazos fijos venían representando alrededor del 40% a 42% y en los primeros años de la salida de la convertibilidad no llegaban a superar el 35% del total de depósitos (siempre en referencia al sector privado).

En el sistema financiero reconocen que se trata de una tendencia razonable y hasta sana. "Con tasas más altas, es lógico que los ahorristas o las empresas no quieran dejar el dinero a la vista, sin rendimiento alguno. Por eso, se percibe un trasvasamiento cada vez mayor a los plazos fijos", explicó el gerente financiero de una entidad local.

En el caso del público, se dan dos tendencias simultáneas. El sueldo que se deposita mensualmente en cajas de ahorro literalmente "vuela". Como nunca, la gente se gasta prácticamente todo lo que cobra y casi no queda dinero en la cuenta a fin de mes, hasta que se vuelve a percibir el salario. Este fenómeno está relacionado, obviamente, con el poder adquisitivo del salario y la escasa posibilidad de ahorro, pese a la baja inflación que mide el INDEC, que conduce Ana María Edwin. Pero aquellos que ganan sueldos más altos y tienen un excedente, en vez de dejar la plata a la vista prefieren hacer un plazo fijo o aplicarla a un gasto extra, por ejemplo la contratación de viajes. La elevada inflación provoca que la gente se apure a gastar el dinero en vez de dejarlo sin mayor aplicación en una caja de ahorro que para colmo no brinda remuneración alguna.

Con las empresas sucede algo parecido, pero en las cuentas corrientes. Los ejecutivos de finanzas tratan de minimizar el flujo de la compañía que permanece inactivo y sin remuneración. Por eso, en la cuenta queda lo mínimo indispensable para el giro del negocio. El resto va directamente a un plazo fijo o a un fondo común que invierte en depósitos a plazo pero ofrece liquidez inmediata.

Además, como ahora hay líneas crediticias muy baratas para empresas, es más fácil trabajar con un nivel de liquidez acotado. Incluso en el caso de la línea de financiamiento productivo al 15%, se permite que una porción (20%), las empresas lo apliquen para capital de trabajo en vez de comprar maquinaria o darle algún destino vinculado a inversiones de mediano o largo plazo.

Para los banqueros, si bien la tendencia es sana representa un dolor de cabeza. Sucede que el dinero a la vista era fondeo muy barato o prácticamente regalado, ya que no se trata de depósitos remunerados. Por lo tanto, ahora no sólo están pagando tasas más altas por los plazos fijos, atrayendo más fondos, sino que además ya no pueden sacar tanta ventaja por los fondos depositados a la vista.

A esto se suma la caída de la liquidez del sistema. Esto sucede porque si bien los depósitos mantienen un buen crecimiento (34% interanual), los créditos lo hacen a un ritmo mucho mayor (41%). La consecuencia es que se va limando el colchón de liquidez que las entidades habían conseguido en los últimos años, lo que obliga a pagar más para captar depósitos a plazo fijo. 

Fuente: Ambito