políticas monetarias

Dilma ordenó a bancos públicos frenar su avance en el mercado de crédito

lunes, 30 de septiembre de 2013

La Caja Económica Federal, que venía cortando la concesión de préstamos a las grandes corporaciones, podría verse obligada a desacelerar la oferta de crédito a personas físicas.

El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) estudia, a su vez, reducir las líneas de crédito para grandes empresas y dirigir sus esfuerzos al financiamiento de concesiones.

El gobierno evalúa achicar o terminar con algunas líneas de crédito creadas en 2008 y 2009, cuando la economía brasileña sufrió una fuerte contracción como reflejo de la crisis mundial. En primer lugar está el Programa de Sustentación de la Inversión (PSI), que prestó R$ 237.000 millones desde mediados de 2009, de los cuales R$ 61.000 millones en 2013, a tasas de interés negativas (inferiores a la inflación).

El diagnóstico oficial es que los bancos públicos tuvieron un papel anti-cíclico fundamental en los últimos años, garantizando la oferta de crédito y ayudando a sostener la demanda en un período de retracción de las entidades privadas. Ahora, cuando crecen las críticas de las agencias de rating acerca de los riesgos fiscales de la acción de los bancos públicos, sería el momento de caminar hacia la "normalización".

Fuentes consultadas por Valor sostienen que el gobierno actúa para minimizar la posibilidad de un rebajamiento de su riesgo soberano. En el ministerio de Economía, la versión es que una cosa no tiene nada que ver con la otra.

El PSI está programado para finalizar el 31 de diciembre próximo. El BNDES no se opone a que finalice ese programa o a una reducción drástica en los valores y subsidios ofrecidos. Valor pudo saber que el gobierno pretende mantener ese programa, pero bajo condiciones más estrictas.

La Caja bajó sus préstamos a grandes corporaciones, pero podría verse obligada a dar un paso más allá. Una fuente indicó que en el abanico de alternativas existe la posibilidad de que tornen más conservados los modelos de riesgo de crédito, restringiendo la oferta.

Otra opción sería aumentar las tasas de interés y transferir parte de la demanda a los bancos privados. El Banco do Brasil (BB), con una meta de expansión de su cartera de entre 17% y 21%, no necesitaría revisar mucho su estrategia. El BB contribuyó a que los bancos privados apunten a los consorcios para el financiamiento de concesiones públicas 

Fuente: El Cronista