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La banca ética: realidad Europea, ¿sueño argentino?

lunes, 15 de julio de 2013

Con el rechazo a las prácticas del sector financiero crece en Europa una alternativa: bancos transparentes, que no especulan e invierten en proyectos de regeneración social. Varios grupos tratan de implantar la banca ética en Argentina.

Días atrás, un juez de Brooklyn ratificó el acuerdo entre el gobierno de EEUU y HSBC por el que este deberá pagar una multa de récord por lavar al menos 1.541 millones de narcotraficantes y gobiernos como Irán o Libia. Según Xavi Teis, autor del libro ‘Cómo cambiar el mundo con tu dinero’, éste es uno de los muchos ejemplos de los males de la banca: “Si uno pide dinero para financiar una guerra en una manifestación pacifista la gente no se lo dará. Pero tienen su dinero en bancos que lo están haciendo”.

Un informe del instituto holandés Profundo destapó que, entre 2008 y 2012, 322 bancos participaron con cientos de miles de millones en empresas fabricantes de bombas de racimo, nucleares o minas antipersonas, ya sea emitiendo bonos, prestándoles o incluso participando en su accionariado.

Cada vez son más en Europa los que abandonan la banca tradicional y colocan sus ahorros en los llamados “bancos éticos”. Dichos bancos destacan por la transparencia, al informar a sus depositantes de en qué se invierten sus ahorros, y la apuesta por la economía productiva. El 99% de los flujos financieros mundiales se dedican hoy a la especulación. “Es como un cáncer”, dice Joan Melé, subdirector de la filial española del banco ético Tríodos. “Circula el dinero, pero no genera economía real, sino bolsas de especulación que traen millones a quienes las manejan, mientras desaparecen clases medias y hay más pobreza”.

Un ejemplo es la especulación con alimentos. El año pasado, Goldman Sachs, el banco que la inventó, ganó 400 millones de dólares apostando a que subían los precios de los cereales o el maíz, mientras el Parlamento europeo admitió que la especulación provoca casi 50% del aumento del precio de los alimentos. Hay más: los bancos financian empresas contaminantes y operan en paraísos fiscales.

“El pecado original está en la lógica del máximo beneficio”, explica Xavi Teis. “Los accionistas presionan para aumentar su dividendo, lo que lleva a los bancos a invertir con criterios solo económicos”.

“No es que los banqueros sean mala gente; las condiciones del mercado les llevan a competir y tener comportamientos de alto riesgo”, dice Carne Ross, ex diplomático británico e impulsor del grupo de Ocuppy Wall Street para una banca alternativa. “Y al final es el contribuyente el que los rescata”.

En enero, el Bank for International Settlements declaraba que “a partir de cierto punto, el desarrollo financiero es malo. En lugar de proveer el oxígeno que la economía real necesita, le chupa el aire al sistema y lo va asfixiando”.

Ross desconfía de la regulación estatal como solución. “Los bancos tienen un poder de lobby grotesco, hasta el punto de que en los EEUU, escriben las leyes. Hay que construir una verdadera alternativa bancaria”.

Algunos le llevan ventaja. Joan Melé pasó 30 años en Caixa Catalunya, hasta incorporarse en 2006 a Triodos, un banco holandés abría su primera filial en España. Triodos es el ejemplo de más envergadura de la banca ética, que crece con fuerza en Europa impulsada por el rechazo a la banca tradicional, pero también, según celebra el Financial Times, “por sus buenos principios de inversión”.

La banca ética invierte el dinero de sus depositantes en proyectos socialmente responsables, como energía eólica o constructores de vivienda social. “La finalidad no es ganar dinero”, explica Joan Melé, “sino hacer circular el dinero para generar riqueza social”.

En Italia, la Banca Popolare Etica cuenta con 30.000 socios. Triodos roza el medio millón de clientes, y supera los 100.000 en España. En toda Europa, cuenta con 28.000 millones de euros en depósitos y tiene prestados más de 24.000 millones. En plena crisis financiera, desde 2007, multiplicó por 7,5 el volumen de sus depósitos y por 4,5 los préstamos.

Las finanzas éticas, explica Xavi Teis, “pueden empujar la sociedad hacia modelos más justos o éticos”. Cuanta menos financiación reciban los fabricantes de minas antipersonas y llueva más fuerte el crédito sobre los viñedos ecológicos, mejor le irá al mundo.

La tasa de morosidad en España es del 11%, mientras que para los clientes de banca ética se sitúa entre el 2% y el 3%. Su exposición al riesgo es mucho menor, al invertir solo en economía productiva. Por otro lado, no es poco común que se alargue el plazo de un préstamo para que el deudor pueda pagar.”Hemos hecho grandes labores de ingeniería financiera: desde buscarles un socio capitalista, a ayudarles a vender la empresa si no pueden con ella”, resalta Joan Melé.

Triodos no cotiza en bolsa ni financia partidos políticos. El ejecutivo mejor pagado no supera en más de 7,5 veces el salario del último empleado. Su política salarial también prohíbe los bonus. Preguntado hace poco en una escuela de negocios por cuál era el incentivo que ofrece Triodos para atraer a sus empleados, Joan Melé sonrió y respondió: “La gente quiere trabajar con nosotros. No necesitamos más incentivos”.

Triodos solo financia proyectos que mejoren el medio ambiente (la agricultura biodinámica, las energías renovables o el reciclaje) , el sector social (el cuidado de ancianos o la cooperación al desarrollo) o la cultura (las artes o la investigación científica). Excluye de sus préstamos la energía nuclear, los regímenes dictatoriales, las armas, la pornografía o las apuestas.

“Lo primero que hace el director de la oficina preguntarse porqué deberíamos financiar a esta empresa. ¿Qué aporta a la sociedad?” explica Melé. Después viene el análisis financiero, que tiene derecho a veto, pero no guía las decisiones de inversión. “Hemos dicho que no a financiaciones millonarias, porque la ganancia en una empresa no puede ser el objetivo, sino un signo que lo has hecho bien. El objetivo es hacer mejores alimentos o energías para no contaminar el planeta, mejor cuidado de las personas mayores o mejor educación”.

La película de animación Metegol, de Juan José Campanella, no hubiera logrado financiación sin Triodos. “Triodos puso mucho énfasis en el aspecto de los valores”, apunta su productor Roberto Schroder. La productora tuvo que enviar a España un guión, algo insólito para Schroder, con más de 25 años de experiencia. Después de aprobar el proyecto, Triodos siguió de cerca el rodaje de la película. “La lógica de los bancos es mirar solamente a los números”, explica Schroder, “pero ellos nos pidieron que les informásemos periódicamente del avance en la producción”.

Triodos no es el único modelo de finanza éticas en Europa. Existen cooperativas financieras, como la catalana Coop 57, cuyos depositantes son dueños de la entidad, y deciden por consenso los tipos de interés al que remuneran el ahorro y prestan dinero. La banca Popolare Etica (y su filial española, Fiare) suponen un modelo intermedio: el de un banco que, sin embargo, funciona de manera asamblearia en la toma de decisiones y no tiene ánimo de lucro.

Tanto la Banca Popolare Etica como Triodos forman parte de la Alianza Global para una Banca con Valores, que agrupa a 25 entidades de todo el mundo. En latinoamérica, cuenta con representantes en Perú, Bolivia o Paraguay, pero todavía no en Argentina. Es algo que Norma Pimienta, periodista y responsable del proyecto web Yosoypuntocero, se ha propuesto cambiar. Pimienta organiza la inminente visita de Joan Melé a Argentina, a final de mes.

“Los bancos tienen que volver a tener el sentido que les dio origen hace 200 años, que es captar ahorros de gente y dárselos a los que los necesitan”, señala Pimienta. “¿A quiénes finanza un banco ético?” se pregunta. “A empresas que tengan un proyecto sostenido en el tiempo, y que sean trasparentes, a la bioconstrucción, la energía eólica y renovable. O la panadería de Don José, que vos sepas que es sustentable y que José se va a preocupar de que siga existiendo. El banco se encargaría de darle un préstamo a José, en vez de darle una asignación familiar”.

El viaje de Melé le llevará a reunirse el 22 y 26 de julio con periodistas económicos, representantes de la banca, empresarios de cooperativas vinícolas en Mendoza y emprendedores en Buenos Aires. También tiene prevista una visita al Senado, donde promoverá una ley de transparencia bancaria. El objetivo del viaje resalta Pimienta, es generar una masa crítica de socios capitalistas primero y depositantes después para ir formando una cartera de clientes. “Triodos no se va a instalar aquí”, explica. “No puede operar fuera de Europa”. Melé le da la razón y explica que lo ideal que sería que surgieran en Argentina “grupos con capacidad y experiencia como para desarrollar la banca ética, a los que luego se les puede dar asesoramiento desde Triodos”.

Pimienta no está sola. Existe otra vía que desde 2011 avanza para tratar de establecer la banca ética en Argentina. Se trata del grupo para la Promoción de Finanzas Alternativas para la Economia Social y Solidaria (Profaess). Aunque en sus primeras reuniones Profaess apostó por un camino parecido al que favorece Pimienta, al fijarse en modelos como la Banca Etica italiana y Triodos, ya no se propone tanto desarrollar un banco en sí como impulsar las finanzas alternativas en Argentina, al encontrar trabas en la estricta regulación argentina, que perjudica la creación de nuevos bancos.

Al margen de las divergencias sobre el modelo, Profaess ha encargado cuatro estudios para el próximo año. Esperan estudiar el perfil de los posibles depositantes y tomadores de crédito de una entidad financiera ética, el anclaje jurídico y las experiencias en las que poder inspirarse.

“Lo que buscamos es servir a una capa intermedia entre las microfinanzas y las finanzas tradicionales”, explica Nicolás Meyer, director de Nuestras Huellas, una de las organizaciones que integran Profaess. “Una persona que quiera tener un ahorro destinado a sostener proyectos sustentables y fortalecer la economía no puede de hacerlo. Y hay una gran necesidad de financiamiento en las empresas sociales del campo, o los emprendimientos que pretenden resolver un problema social, como el acceso al agua”.

Daniel Higa, de la ONG Planet Finance, está de acuerdo en la importancia del desarrollo en Argentina del llamado mesocrédito. Este tipo de préstamos, entre 50.000 y 500.000 pesos, resulta fundamental para los emprendedores, especialmente en ambientes de exclusión. “Las entidades financieras formales no están financiando a estos sectores,” señala Higa. “Esto deja el camino para los prestamistas de barrio o usureros, que se aprovechan de esta población y condenan a potenciales emprendedores a la pobreza”.

Ruth Muñoz, experta en economía social de la Universidad General Sarmiento, recalca que en Argentina existe un racionamiento efectivo del crédito. “No hay instrumentos financieros accesibles para la economía social o a actividades respetuosas con el medio ambiente, ni siquiera para las PYMES, que no consiguen financiamiento”.

Queda por ver si la banca ética, bien en forma de banco o de cooperativa de crédito, tendrá encaje en Argentina. Joan Melé se muestra optimista: “No solo es que pueda ser exportable, es que tiene que exportarse a todo el mundo,” señala. “Tiene que llegar un día en que la banca que no sea así no tenga ningún futuro”.

Fuente: iEco Clarin