cepo cambiario

Las numerosas causas que barrieron con los dólares de un mercado que resulta cada vez más chico

jueves, 18 de abril de 2013

Las necesidades financieras del Estado, el retiro de los depósitos en dólares del sector privado (familias y empresas) y el incremento del atesoramiento a través de mecanismos elusivos, literalmente barrieron con el stock de liquidez en moneda extranjera de un mercado que, durante el primer trimestre de 2013, recibió menos divisas que en las mismas semanas del año pasado (no ingresaron alrededor de u$s 700 millones).

Habiendo desaparecido la oferta voluntaria, las únicas divisas que podrían aparecer en el mercado necesariamente deberían provenir de las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) y de las liquidaciones esperadas de los exportadores. Es por ello que en el primer año de vida del rígido control cambiario (el cepo), como consecuencia de estas situaciones tan apretujadas, la autoridad monetaria perdió u$s 7.300 millones y el tipo de cambio nominal (medida aproximada de la devaluación de la moneda) subió alrededor de 20% según las cifras oficiales (60% de acuerdo con la información del paralelo).

Contextualizando, la situación parece más complicada aún si se tiene en cuenta que en el primer trimestre de este año el BCRA vendió divisas y debió ceder u$s 2.840 millones al mercado en concepto de reservas internacionales (representó el 40% de la pérdida de todo el año).

Preocupa también la actividad actual del BCRA porque debería haber comprado y acumulado divisas en un proceso continuo e intenso con el objeto de enfrentar comportamientos especulativos, proveer recursos para quienes requieren producción extranjera y hacer frente a los compromisos con el resto del mundo durante los próximos meses.

Esto no había ocurrido en los primeros 90 días de 2012 (en el período previo a la implementación del actual control cambiario): en ese entonces, el Banco Central pudo adquirir u$s 3.290 millones e incrementar sus reservas en aproximadamente u$s 1.100 millones.

El incremento de las ventas de divisas del sector aceitero constituye la buena noticia de las últimas semanas. El cambio de dirección se manifestó hacia mediados de marzo, momento cuando se empezaron a liquidar cerca de u$s 150 millones diarios (80% más que en las mismas semanas de 2012). Es absolutamente necesario que en el segundo trimestre de este año las liquidaciones de divisas del sector aceitero superen los u$s 7.500 millones, que el BCRA salga de compras y capte u$s 3.500 millones y que la política económica domestique las alteraciones de la demanda cambiaria a través de un meticuloso y convincente flujo de señales, asegurando el cumplimiento de contratos y dando pautas claras acerca de la financiación de los vencimientos de la deuda pública y el combate a la inflación, sin generar subas de tasas de interés, rigideces en el mercado de créditos, ni más parálisis en la actividad económica.

Las expectativas de devaluación del peso y el tipo de cambio bajo que reciben los exportadores del sector que ofrece divisas en el mercado (solamente descontando las retenciones ronda entre $ 3 y $ 3,5 por dólar), en este contexto juegan en contra porque alimentan el escepticismo y la reticencia general.

Los próximos días serán cruciales para el futuro de la política cambiaria y el mercado de créditos. Es imprescindible que el BCRA no pierda más reservas porque, sin un stock suficiente, cualquier desajuste en la emisión de dinero (provocada por ahogos fiscales o necesidades de liquidez de los bancos, por ejemplo), en las tasas de interés y el nivel del tipo de cambio, podría debilitar agudamente el poder de compra del peso (en términos de bienes y de otras monedas).

Para entender la actual coyuntura, solamente basta con no olvidar las experiencias del pasado. 

Fuente: El Cronista