crisis financiera global

Analizan quitas en depósitos de los bancos de toda Europa

martes, 26 de marzo de 2013

Lo dijo el jefe del Eurogrupo. Extenderían la fórmula aplicada en la crisis de Chipre. Al reestructurar tomarían parte de los depósitos de más de 100.000 euros. Con la noticia se desplomaron las bolsas.

Un elefante en una tienda de porcelanas hubiera hecho menos daño. Después de que la Eurozona consiguiera arrancar a duras penas un acuerdo para rescatar a Chipre, el presidente del Eurogrupo –ministros de Finanzas del euro–, el holandés Jeroen Dijsselbloem –con un asombroso parecido a su compatriota, el futbolista Mark van Bommel– encendió una chispa que podría provocar un incendio.

En unas declaraciones a la agencia Reuters y a Financial Times, Dijsselbloem dijo que la reestructuración de los bancos chipriotas y la quita que se impone a sus accionistas, bonistas y parte de sus ahorros, será el modelo a seguir en toda Europa. Es decir que se dispondrían quitas sobre los depósitos de más de 100.000 euros en caso de reestructuración. Es decir, grandes ahorristas e inversores. No casualmente se derrumbaron de inmediato las bolsas de toda Europa y en especial España, -2,27% y Milán -2,50%, los dos países más grandes del “eurosur” y con mayores problemas. Pero las principales víctimas fueron, claro, los bancos.

El propio funcionario había dicho en rueda de prensa, en la madrugada de ayer, que Chipre era un caso único. Horas más tarde, ante el pánico en los mercados, su vocero salió a intentar rectificar, pero ya era tarde.

El rescate a Chipre es una nueva forma de afrontar los problemas bancarios, haciendo que paguen parte de la factura los ahorristas más ricos y los inversores, había comentado Dijsselbloem. La idea tiene su lógica en el fondo, porque evita que los contribuyentes sean, como hasta ahora, los “paganinis” de los desmanes bancarios. Pero Dijsselbloem no podía haber elegido peor momento para hacer esa declaración, justo días después de que se pusiera en duda por primera vez en Europa incluso los ahorros por debajo de esos 100.000 euros que las normas europeas dan como garantizados en cualquier caso.

Sus palabras incendiaron los mercados. Publicadas a poco más de dos horas del cierre de las bolsas europeas, que hasta entonces se movían en valores ligeramente positivos, se dieron vuelta envueltas en pánico.

En apenas dos horas, el riesgo país español subió más de 15 puntos y los bancos fueron los valores más perjudicados. En España, Banco Santander perdió 3,24%, BBVA un 3,60% y Bankinter un 4,02%. En Italia fue incluso peor. Intesa Sanpaolo se dejó un 6,21%, Banca Popolare un 5,58%, Unicredit un 5,81% y Mediobanca un 5,30%. Aunque el índice general apenas cayó 1,12%, los bancos franceses también se llevaron un buen golpe. Société Genérale perdió un 6,02%, Credit Agricole un 5,84% y BNP Paribas un 3,04%.

En la práctica, lo que quería explicar Dijsselbloem era que se podría dejar caer a los bancos y que, si se salvan, deberán pagar sus rescates –a través de pérdidas para sus accionistas, bonistas y ahorradores– para que no sean los contribuyentes quienes, como hasta ahora, sostengan a los bancos en apuros.

El problema es que, para los mercados financieros, las palabras del también ministro de Finanzas holandés, quieren decir, además y en realidad, que los países del sur de Europa deberán salvarse a sí mismos y eso lleva implícita una señal muy concreta y nada constructiva: ¿Es usted bonista o accionista de un banco con problemas? ¿Tiene más de 100.000 euros en uno de esos bancos? Pues mejor salga corriendo porque podría sufrir fuertes pérdidas.

Una forma como otra cualquiera de generar un pánico bancario y fugas de capitales de los países europeos con más problemas, dañando aún más a la banca. Sus palabras fueron: “Si queremos tener un sistema financiero saludable y sólido, la única manera de conseguirlo es decir: ‘Mira, si asumiste riesgos ahora debes afrontarlos’. Y si no puedes, es que no los deberías haber tomado”. Es decir, de forma indirecta y seguramente sin quererlo, una invitación para dejar esos bancos.

Las declaraciones del presidente del Eurogrupo rompen también otra línea de actuación de esta crisis. Apunta a que se pueden dejar caer bancos y que el MEDE, la siglas del fondo de rescates, no está ahí para sostenerlos, como se prometió en junio de 2012, cuando se prometió que este MEDE podría recapitalizar a la banca de forma retroactiva.

Es decir, y nada menos, que países como España e Irlanda no podrán quitarse de encima decenas de miles de millones de deuda, emitida para generar liquidez que se usaron para, justamente, recapitalizar el sistema financiero. 

Fuente: Clarín