política monetaria

Inflación y consumo

lunes, 04 de marzo de 2013

Según un informe del Banco Ciudad de Buenos Aires, el crédito bancario destinado al consumo creció en aproximadamente un 35% durante el año pasado.

Según sus datos, esto obedece, entre otras causas, a que muchos bancos encuentran ahí una herramienta para protegerse de la incertidumbre inflacionaria prestando a corto plazo. Pero también es cierto que los créditos al consumo vienen siendo un gran negocio para los bancos desde el 2003 por las altas tasas que cobran incluso en años donde no había tanta inflación.

Del otro lado de la balanza está el salario real, amenazado por la aceleración de la inflación y que en muchos casos ha hecho que el alza de precios vaya por encima de los aumentos conseguidos en las negociaciones paritarias.

Por tal motivo, las tasas de interés cercanas al 30% siguen siendo un gran incentivo a consumir cuando se las compara con la inflación real que ronda el 25%. Además, si el dólar era el instrumento de ahorro elegido por buena parte de las personas con poder adquisitivo, desde que rigen las restricciones a la compra de divisas, se ha visto imposibilitada su compra salvo que recurran al blue o paralelo, pero para lo cual se deben pagar $8 por unidad. Con ese telón de fondo, mucha gente se ha volcado a la compra de vehículos, electródomésticos electrónica y viajes al exterior, que se pueden pagar a valor de $5 el dólar y además son financiados por los bancos a través del pago con tarjetas de crédito de hasta 60 cuotas.

Los otros dos factores que han sido determinantes para el crecimiento explosivo del financiamiento al consumo han sido los planes sociales como la Asignación Universal por Hijo y también el incremento en las jubilaciones. Pero, también es una realidad la baja participación de los créditos hipotecarios en la Argentina en la última década, lo que llevó al Gobierno a impulsar el plan Procrear. La participación del crédito hipotecario, usualmente considerado el principal canal de ahorro para las familias, es más baja que en los años 90. Ante la imposibilidad de acceder a una vivienda propia, muchas familias se vuelcan al consumo.  

Fuente: La mañana de Neuquen