El blue llegó a $7,25 y se aleja la idea de un dólar oficial que le sirva al Gobierno como "ancla" frente a la inflación

viernes, 11 de enero de 2013

Marcó una distancia del 46% respecto a los $4,95 fijado por el Banco Central. Factores de tipo circunstancial, combinados con cuestiones más de fondo explican el porqué de la disparada. Así, el billete verde va perdiendo el rol que le asignara el Ejecutivo de ayudar a contener los precios

"Todavía no llegó a su techo". Esa es la opinión de la mayoría de los operadores de la city porteña cuando se les pregunta si el dólar blue tiene condiciones para seguir subiendo.

No es para menos, si se observa lo sucedido en los últimos veinte días, cuando profundizó su derrotero ascendente. De hecho, en ese lapso, escaló nada menos que un 12,4% para llegar al valor de este jueves de $7,25.

En tanto, su colega, el "oficial" -que también apuró el tranco en el último trimestre- "apenas" se movió un 1,7 por ciento en esos mismos 20 días.

En buen romance, este jueves el blue aumentó en términos porcentuales (1,54%) casi lo mismo que el movimiento registrado a lo largo de 20 jornadas por el dólar que fija el Banco Central.

Más aun:

• Si considera su repunte desde el 31 de diciembre a hoy (10 días), ese salto fue nada menos que de 41 centavos.

• Con la marca de $7,25 ya se alejó un 46% del oficial, quedando a pasitos de lograr el máximo histórico de brecha alcanzado en julio pasado (48%).

• Desde enero del año pasado, pese a los retos de Guillermo Moreno y de Aníbal Fernandez a los cambistas, de los sabuesos de la AFIP "olfateando" el microcentro y del control sobre cuevas y arbolitos, el blue se las "ingenió para escalar casi un 50 por ciento.

• Así, dejó varios cuerpos atrás la tasa que pagan los plazos fijos y hasta "se dio el lujo" de derrotar a la inflación (25% anual) por dos cuerpos de ventaja.

El que apuesta al dólar....

Lejos y casi en el olvido quedaron las intenciones oficiales que apuntaban a topear la suba del billete verde informal.

Aun algunos veteranos, que peinan canas en la city porteña, recuerdan cuando Anibal Fernández, allá por el mes de junio, afirmaba un día viernes -con su habitual virulencia- que al lunes siguiente el dólar blue iba a bajar a los $5,10 en las casas de cambio.

Hoy, a $7,25,queda claro que para "domar" a la divisa paralela se necesita algo más que presiones oficiales y controles.

Pese a que es de prever una pequeña corrección a la baja en los próximos días (producto de la sobreactuación de por parte de inversores y de una eventual toma de ganancias), hay un par de cuestiones que los analistas de la city tienen bien en claro.

En primer lugar, que ahora el blue se estacionó en un nuevo piso, respecto del de hace apenas un mes.

En segundo término, que pese a las fluctuaciones, la tendencia a mediano plazo inevitablemente será alcista, de no mediar cambios en la política oficial.

Este año, hasta se da un hecho que no se dio en buena parte de 2012: su cotización está por arriba de la de su otro colega, el dólar de conta con liqui, que ahora quedó rezagado en los $6,60.

Descarrilado

"Lo del blue es como una buena película de suspenso. Cuando parece que lo peor ya pasó, viene otra parte de más suspenso.

Cuando llegó a $7,05 el viernes pasado pensamos que iba a llegar hasta ahí. Sin embargo, ahora está en $7,25", ironiza un operador.

Los analistas consultados consideran que existen dos causas principales para que el blue haya escalado de tal manera: la AFIP, que casi no entrega dólares y que la demanda está a full por el turismo.

"Entre la AFIP que limita la compra y la estacionalidad se genera un fenómeno que ayuda a fogonear la cotización de la divisa", señala Gaston Rossi, socio de Martín Losteau en la consultora LCG.

En realidad, estas son cuestiones superficiales y hasta circunstanciales. Pero hay otras razones de fondo de las que también dan cuenta los analistas:

• El evidente atraso del tipo de cambio oficial frente a la inflación.

• La relación reservas vs. base monetaria, que da un dólar de conversión de $7,14 (es decir, más cerca del valor informal que del fijado por el BCRA).

"Más allá de esta coyuntura, hay un atraso cambiario evidente que marca una expectativa de cómo puede oscilar la brecha en el futuro. Quizá en un mes baje un poco el paralelo cuando se equilibre la oferta y la demanda", apunta Rossi.

Claro que las cuestiones mencionadas -circunstanciales y más de fondo- se combinan con otros factores, como el psicológico, el especulativo y el "comportamiento manada", que no hacen más que fogonear la suba.

"En estas escaladas hay mucho de especulación, ya que la gente ve que el valor del blue sube todos los días y no sabe cuándo tocará su techo. Por ende, nadie quiere soltar sus billetes y se restringe más la oferta pensando que irá en aumento", señala un operador.

En tanto, el oficial también apuró el tranco y el consenso de los analistas es que escalará a razón de un 18% a 20% en 2013.

"Detrás del aumento del dólar ‘blue‘ de los últimos días hay cuestiones estacionales. Principalmente, la mayor demanda por turismo. Si bien es de esperar que siga incrementándose vis a vis con la devaluación del oficial, el spread entre ambas cotizaciones no debería ampliarse en los próximos meses", señala un informe de Abeceb, que arriesga que la brecha volverá a bajar a 33% del 46% actual.

Asimismo, el Gobierno está sintiendo que, pese al cepo y a tener el monopolio de los dólares, no ha podido acumular reservas. De hecho, ahora el Banco Central tiene su nivel más bajo desde 2007.

Un ancla que ya no es

Lo que no se puede eludir en este contexto es que hay un cambio de expectativas.

Y el dólar blue tiene una influencia muy grande, no sólo porque se constituye en un referente sino, además, porque deja al desnudo el insostenible atraso cambiario que tiene la economía", indica el consultor Federico Muñoz.

Tiempo atrás, un análisis de Economía & Regiones, dirigida por Rogelio Frigerio, advertía que la batalla kirchnerista contra la compra de dólares podía resultar un arma de doble filo, porque implica mayores expectativas inflacionarias.

"El Gobierno pretende seguir redoblando la apuesta y acrecienta la tasa de expansión del gasto público, que financia emitiendo cada vez más pesos cuando la gente no demanda dichos pesos. El exceso creciente de oferta monetaria se traduce en mayores expectativas de inflación y de devaluación", sostenía el documento.

Estos dichos son compartidos por varios analistas, que advierten que ya nada alcanza para contrarrestar el abaratamiento del dólar oficial -ni siquiera el atraso en las tarifas de los servicios públicos- de modo que los argentinos, sea del modo que fuere, buscan evitar a la moneda local y refugiarse en cualquier tipo de activo dolarizado.

En consecuencia, la idea que está cobrando cuerpo entre los economistas es que se terminó una etapa: la del billete verde con las espaldas suficientes como para hacer de "ancla" frente a la inflación.

Llama la atención que, a pesar de los evidentes signos de enfriamiento de la economía, el ritmo de aumentos sigue siendo duro de bajar.

Así, mientras se habla cada vez con más insistencia de "estanflación" -ese desagradable término inventado para designar a la situación de estancamiento económico con alta inflación- surge la preocupación de si la situación empeorará, al desaparecer el ancla cambiaria.

Tras el desdoblamiento, el dólar oficial comenzó a perder su capacidad de ser referente para la economía y de contención para el resto de los precios.

Al haberse gestado un mercado paralelo -que concita el interés de particulares y empresas, aunque mueva poco volumen- lo que sucede con el valor de pizarra pasó a constituir sólo una parte de la realidad.

La otra parte viene dada por lo que ocurre con el blue y por la incertidumbre y tensión que genera la volatilidad cambiaria, en una cultura dolarizada como la de los argentinos, acostumbrados a medir su patrimonio en dólares.

¿Por qué? Porque hace que las empresas busquen cubrirse ante mayores costos de reposición, subiendo para ello los precios y armándose un "colchoncito".

"Hay un cambio de humor muy violento. Y todo el dinero que inyecta el Gobierno va a precio y no a cantidad", argumentaba Javier González Fraga, ex presidente del Banco Central.

El consenso que se está formando es que, tarde o temprano, se verificará una tendencia a que muchos precios de la economía tiendan a ajustarse según la evolución del dólar paralelo.

A modo ilustrativo, en diálogo con este medio, un importante empresario, dueño de una red de concesionarias de autos de alta gama, señalaba que había comenzado a recibir vehículos del exterior con facturas a precio abierto. Es decir, sin cotización a valor dólar oficial.

Pero esta incertidumbre no sólo se da en el caso de los bienes. También se traslada al rubro servicios.

"Un electrodoméstico puede mantenerse en precio, si es que al comerciante le dejan acceder al dólar oficial. Pero en el caso de compañías de servicios -desde una peluquería hasta una consultora- lo que cobra depende más de las expectativas sobre cómo va a seguir la economía", señala Rossi.

En la misma línea, Gabriel Caamaño Gómez, economista jefe de la consultora Ledesma, indica que históricamente las presiones inflacionarias han impactado antes en los servicios y en los bienes no transables internacionalmente que en aquellos productos importados.

"El motivo es que el impacto no es sobre el dólar como moneda de intercambio sino, más bien, sobre su función de atesoramiento. La gente va a ajustar el costo de los servicios que provee -y que cobra en pesos- para sentir que sus ingresos no caen tanto en términos de aquellos dólares que puede adquirir", expresa.

"Cada sector va colocándose el dólar que se le da la gana. Hay industriales que están valuando sus insumos a un dólar de $5,00, porque los consiguen en forma oficial. Otros, directamente utilizan el blue. El que vende un instrumento musical, no sabe si lo va a poder reponer, entonces, por las dudas, lo vende considerando un valor cercano a los $7", señala Di Stefano.

Sin blindaje contra aumentos

Hay, además, otra sospecha que también se está instalando en el mercado: por más que haya acceso al dólar oficial para quienes importan productos, eso no implica necesariamente un "blindaje" porque, en la medida en que la brecha con el "blue" se mantenga, también en ese sector comenzarán a cambiar las expectativas.

La advertencia que hacen los analistas es que siempre quedará la duda sobre el futuro, tanto en el sentido de si el nivel del tipo de cambio oficial se podrá mantener.

Ante la actual situación, también los comerciantes empiezan a tomar medidas preventivas.

El temor de muchos es que una vez vendidas las unidades, no estén en condiciones de reponer la mercadería, sea por una devaluación o por medidas de política económica. 

Fuente: iProfesional