Reformas

Cambios en el Banco Mundial: más mujeres y nuevos métodos

miércoles, 09 de marzo de 2011

En la región ellas son mayoría en puestos claves. Ataron los créditos a resultados.

Cuando fue enviada a Kenya a poner en marcha programas de desarrollo de la agricultura, que fracasaban sin remedio, Pamela Cox descubrió que una de las causas estaba en los propios equipos del Banco Mundial. “Eran hombres que no entendían el rol de las mujeres en la empresa familiar. Ellos decían que no trabajaban, sin entender que ellas cargaban el agua hasta sus casas, preparaban la comida, se ocupaban de los chicos y de la labranza en el poco tiempo libre”.

Cox, doctora en Economía, ingresó en 1980 al Banco. Desde 2005 ocupa un puesto clave, como vicepresidenta para América latina. Y siempre impulsó políticas para que las mujeres tengan peso en el gobierno del organismo.

Aquella experiencia africana le sirvió de guía y en su área los cambios no tardaron en llegar. En 1980 las mujeres profesionales eran apenas el 5% en el Banco Mundial, hoy; 43%. Y en esta región el 53% de los directores y gerentes son mujeres. Penélope Brook es la directora para Argentina, Paraguay y Uruguay; Gloria Grandolini es la de México y Colombia y Francoise Clottes del Caribe. La direcciones de Estrategia, la de Operaciones y la de Desarrollo Sustentable también están a cargo de mujeres.

Cox es parte de esa elite de los organismos internacionales a la que no se le escapa ninguna palabra inconveniente. Vino a la Argentina el último jueves en esas giras de pocas horas para firmar nuevos créditos. Y conversó con Clarín con una condición: no admitió preguntas sobre el gobierno ni la política económica local.

¿Qué cambió en el Banco Mundial con las mujeres en puestos de mando? No se trata de si son mejores o peores que los hombres, las mujeres ven otros aspectos. Trabajan en equipo, discuten mucho pero buscan el consenso, están más conectadas y compiten menos. En el banco queremos equipos diversos, de distintas nacionalidades, gente con diferentes experiencias y visiones.

¿Cómo se lleva con las presidentas mujeres? América latina no solo es Dilma Rousseff o Cristina Kirchner. Hay un liderazgo femenino importante con varias presidentas en los bancos centrales, senadoras, ministras, empresarias y si se compara con otras regiones, son muy activas. Desafortunadamente muchas mujeres están en el sector informal, ganan menos y no tienen acceso a la educación.

Argentina tiene una dilatada relación con el Banco Mundial ¿cómo la califica? Nosotros estamos orgullosos del plan Nacer que se aplica en Argentina y es un ejemplo mundial para lo que el Banco busca. Es decir, un crédito atado a resultados. El banco gira los fondos al gobierno nacional que no paga a las provincias si no se cumplen determinados objetivos como bajar la mortandad materna, que vayan al médico para los chequeos, y esta es la manera. Estamos exportando la experiencia argentina a Egipto y Turquía. Nos entusiasman los proyectos que dan una oportunidad, como el acceso a la salud, la educación, la creación de empleos, los microcréditos.

Con la crisis financiera internacional de 2008 el Banco Mundial y el FMI fueron muy cuestionados… Hoy el banco es otro. No pone condiciones a los países, somos socios del país y la única condición es la transparencia. Con Argentina trabajamos en sociedad con el Gobierno en Infraestructura, planes sociales y Medio Ambiente. Somos pequeños en término del financiamiento que necesita América latina de unos US$ 400.000 millones por año. El banco tiene una cartera de US$ 10.000 millones, otros US$ 12.000 millones el BID y US$ 9.000 millones la Corporación Andina de Fomento (CAF). Pero no se trata solo de dinero, queremos aportar innovación, experiencia global y ayudar en la solución de los problemas. Tenemos conocimiento para ofrecer.

 

Fuente: iEco Clarin