Sociedad

La sociedad secreta de los banqueros: el costado payaso de Wall Street

viernes, 04 de febrero de 2011

Por lo general lleva el pelo prolijamente engominado y rara vez traiciona a su clásico traje a rayas. Pero el mes pasado, se puso las calzas y cantó frente a sus colegas de Wall Street What a Feeling, de la película Flashdance. Dicen que fue el hit de la noche.

Para entrar a Kappa Beta Phi, la bizarra y exclusiva fraternidad de Wall Street, uno no puede tomarse muy serio.

En la larga mesa de mantel negro que prescribe la tradición, doce candidatos se sentaron este año en el paquete hotel St. Regis de la Quinta Avenida, donde más de 175 miembros se reunieron en la 78 ceremonia de la sociedad secreta.

Y cada uno debió subirse al escenario y presentarse para que todos le respondieran como en un cántico ritual Who cares!? (a quién le importa).

Este año hubo desde señores disfrazados de mujer cantando odas al ex CEO de Bear Stearns hasta sentidas canciones para Madoff, pasando por una versión de Sweet Home Alabama, convertida en Sweet home 85 Broad, por la dirección de Goldman Sachs, una alabanza al banco y su cultura de bonus.

Una banquera vestida de monja se animó con una melodía de La novicia rebelde y un ex Lehman mostró un video de hace unos años en el que con varios colegas cargaban una cápsula del tiempo para la posteridad.

La cofradía una especie de parodia de Phi Beta Kappa, la sociedad de honor académica de Estados Unidos fue fundada en 1929, poco antes del crash, y sólo dejó de reunirse un tiempo debido a la Segunda Guerra Mundial.

Por aquel entonces, The Wall Street Journal solía informar sobre las reuniones y los nuevos iniciados, pero con el tiempo la fraternidad se volvió mucho más celosa de lo que ocurría puertas adentro. Después de todo, jugar al ridículo entre pares es un placer privado.

Su lema es Dum vivamus edimus et biberimus, algo así como Mientras vivimos, comemos y bebemos, una filosofía que se ríe de lo solemne y rescata el placer de lo inmediato. De hecho, el símbolo de la sociedad posee la imagen de una jarra de cerveza, una copa de champagne, una mano y cinco estrellas. Las estrellas representan al cognac Hennesy y la mano está allí para sostener el vaso.

Incluso el año pasado, cuando la crisis todavía mostraba los dientes, la reunión algo menos poblada tuvo sus puntos altos.
Dicen que la ovación fue generalizada para una versión de la canción American Pie reinventada como Bye, bye to my piece of the pie (Adiós a mi pedazo de la torta).

Frenético, voraz, inescrupuloso a veces, Wall Street también tiene su costado payaso. 

Fuente: El Cronista