Política monetaria en Brasil

Inversores creen que la acción del Banco Central estará atada a la política fiscal que ejecute Dilma

viernes, 05 de noviembre de 2010

La transición en el Banco Central (BC), tema que tradicionalmente ocupa la agenda del mercado financiero después de una elección, parece generar menos ansiedad este año.

Los expertos creen que las políticas monetaria y cambiaria están bien acomodadas y que el riesgo de cambios es escaso. Lo que concentra la preocupación de los analistas es, más que nunca, los rumbos de la política fiscal, que determinarán, inclusive, las próximas decisiones sobre la tasa de interés de Brasil. “‘La acción del BC de ahora en adelante depende de lo que el gobierno haga en el área fiscal, no sólo en relación a los gastos sino también al comportamiento del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social)”, dijo Tony Volpon, estratega de Nomura Securities. “Creo que la sucesión en el BC es menos importante de lo que fue en el pasado porque viene funcionando. El problema es la batalla en torno a la política fiscal”, agregó.

En el acta de la última reunión del Comité de Política Monetaria (Copom), publicada la semana pasada, el BC reiteró que el rumbo de esa política depende de las decisiones fiscales que tome el gobierno. La conducción de los gastos es lo que puede dar más o menos vigor al consumo y, en consecuencia, presionar la inflación. Por ahora, el discurso de la presidenta electa, Dilma Rousseff, agradó al mercado.

Pero la elección del próximo ministro de Hacienda será una señal importante para el mercado, sobre el tamaño del desafío que el BC tendrá que administrar. Y, al contrario de lo que sucedía en los últimos gobiernos, tal vez con mayor peso que el presidente del BC. “Sólo durante el gobierno de Lula, el Banco Central puso en marcha un equipo ‘de mercado’ y uno más ‘tecnócrata’, y ambos fueron eficientes, porque están dadas las condiciones de política monetaria. Nadie discute cambiar la meta de inflación”, dijo Volpon.

Para Luis Otavio de Souza Leal, economista jefe del Banco ABC Brasil, “los nombres darán indicaciones de las políticas que perseguirá el nuevo gobierno”. Según De Souza Leal, el mercado fue tolerante con algunas condiciones en Brasil, sobre todo en el área fiscal, porque no sabe quién será el ministro de Hacienda o el presidente del BC. “Sin esa tolerancia, tal vez el mercado estuviera cobrando premios más altos para comprar Brasil”, señaló. El economista afirmó que la decisión que tome el Gobierno sobre el nuevo salario mínimo será una señal importante para el mercado, que ve el primer año de cada gobierno como tiempo de ajuste fiscal, con el nuevo presidente aprovechando el apoyo en las urnas para tomar decisiones más duras.

“No tengo dudas de que si el mercado percibe que el primer año del nuevo gobierno no será austero, las expectativas cambiarán. Lo mismo vale para el BC, que viene dando peso a la cuestión fiscal. Sin austeridad, el mercado embutirá premios en intereses y habrá un aumento del premio de riesgo Brasil”, afirmó De Souza Leal.

“La política económica enfrenta un increíble dilema y el BC no puede trabajar más con un ministerio de Hacienda que cree que lleva la caja de un municipio. Un municipio sólo se preocupa con el equilibrio de sus cuentas. Los impactos sobre la macroeconomía (intereses, inflación, cambio) de su política fiscal no le interesan”, advirtió Fernando Monteiro, economista jefe de Convención Correctora.

Monteiro cree que la definición del salario mínimo no es algo simbólico del ajuste fiscal esperado para el año que viene. “El salario mínimo es el ajuste fiscal esperado para 2011. El gobierno contendrá nuevos aumentos para empleados públicos, espera invertir más y sabemos que, fuera de sector público, inversiones y Previsión Social, queda poco donde cortar”, dijo Monteiro.

El economista señaló que “el mínimo es una variable fiscal llave. Además, como destacó el BC, tiene impacto directo en la inflación de los servicios. Por eso es importante seguir las discusiones sobre el salario mínimo, cuál será el reajuste y si es razonable esperar una compensación de ese reajuste adicional en 2012”.  

Fuente: El Cronista