Política monetaria / Orden Financiero mundial

Dónde queda la Argentina en el nuevo orden financiero que impone EE.UU.

jueves, 04 de noviembre de 2010

Devaluación del dólar en el mundo? ¿Mayor presión inflacionaria en Argentina para 2011? ¿Suba en el precio del trigo, maíz, soja, sorgo, algodón, carne, mentitas y chupetines-chicle? ¿Oro, plata, paladio por el cielo? ¿Fuerte ingreso de dólares al país? ¿Devaluación del dólar? ¿Conflictos monetarios y comerciales? ¿Una nueva entrega de la saga “La Guerra de las Divisas”?

Si las evidencias eran pocas o si hacía falta alguien para que re-re-confirmara este nuevo orden financiero global y su versión reloaded para 2011, el bueno de Ben Bernanke, titular del banco central de Estados Unidos (Fed), cedió a la tentación y puso a volar el helicóptero desde el cual arrojará hasta u$s 900.000 millones, casi tres veces el PBI de la Argentina.

Bajo la presión que implica la reciente derrota del oficialismo demócrata en las elecciones legislativas en EE.UU. provocada por el alto desempleo y la imposibilidad de mejorar los números económicos, ayer la Fed se “apuró” a poner todo lo que tiene al servicio del presidente Obama: la máquina de hacer billetes.

Buscará así devaluar aún más su moneda. Pero lo hará con un recurso diplomático (a medias): comprará bonos del Tesoro de EE.UU. a largo plazo.

Como la tasa de interés de los bonos se mueve en forma inversa al precio, la gran demanda de títulos (artificial) que hará la Fed subirá los precios de los bonos, bajará los rendimientos, y al ser menos rentables, hará menos atractiva la inversión en estos títulos. Esto implicará menor necesidad de dólares por parte de los inversores. De esta manera EE.UU. alienta deliberadamente una venta de dólares en los mercados monetarios internacionales a fin de hacer subir los tipos de cambio relativos de sus principales “rivales” comerciales, aumentando así el precio efectivo de las exportaciones hacia Estados Unidos mientras disminuye los precios de exportaciones estadounidenses a los otros mercados. La palabra que nadie menciona pero todos piensan es “reflación”, que implica estimular a la economía incrementando la masa monetaria o reduciendo los impuestos. Se trata del antídoto natural para la caída de los precios por falta de demanda (deflación) y generalmente se utiliza para regresar los precios a nivelesordinarios después de una recesión. Estados Unidos tuvo una, y está tratando (sin suerte) de salir.

La política proteccionista del dólar barato trae complejidad a la Argentina:

1-Mayor ingreso de dólares: es por la suba en el precio y cantidades de productos que se exportan. También, debido a la reducción de tasas en bonos del Tesoro, hace que los inversores vean mayor atractivo en bonos de otros países.

2-Caída en el precio de bonos: si el riesgo país local es la diferencia entre la tasa que pagan los bonos del Tesoro y la de los títulos argentinos, una caída en la tasa del T-bond, agranda la brecha en puntos básicos. Los inversores ajustan esto, haciendo descender el precio de los títulos locales. Así sube el rendimiento.

3-¿Estabilidad? cambiaria: en el país funciona un dólar nominal casi fijo. Pero, la inflación doméstica, en precio-costo, es de dimensiones considerables. Por eso el efecto real en la economía difiere del impacto generado en otros países. Habrá que estar atentos.

4-Acciones selectivas: la percepción de los inversores indica que todavía existen oportunidades en el bajo valor de las compañías locales. Una reducción de la prima de riesgo –en caso que suceda– ayudaría a sumar precio, aunque sólo en algunos sectores.

5-Marcó del Pont, qué grande sos: complicación en puerta (no Ramón) para el Banco Central que debe salir a comprar una cantidad cada vez más alta de dólares. Para ello emite pesos que después retira con bonos. Pero en lo que va del año, sus operaciones de mercado no le alcanzaron para “salir hecho” con su gran emisión. ¿Continuará?

6-Inflación asegurada (viene de afuera): en la Argentina, la inflación se mantiene controlada en niveles del 25% anual porque el tipo de cambio se mueve poco. Mayor presión inflacionaria a causa de factores exógenos podrían desvirtuar la ecuación que manejan en la Casa Rosada. Si bien mantener atado el peso argentino al dólar hace que la moneda local gane competitividad, un incremento en los precios internacionales podría acelerar la inflación doméstica.  

Fuente: El Cronista