BERNANKE ANUNCIARÍA LA DECISIÓN ESTE MIÉRCOLES

Burbujas en puerta: la Fed vuelve a inundar el mercado con dinero fresco

lunes, 01 de noviembre de 2010

Es una de las decisiones más anticipadas del último tiempo. Y la responsable de la actual debilidad del dólar. El banco central busca impulsar la reactivación económica y las exportaciones. Los inversores se refugian en los mercados emergentes, que reciben una avalancha de capitales y sufren por la apreciación de sus monedas

Al igual que el año pasado, la Reserva Federal se prepara para aplicar este miércoles una nueva sesión de política monetaria ultra expansiva mediante la emisión masiva de dólares (los analistas estiman unos u$s 500.000 millones como mínimo) para apuntalar la recuperación económica de EE.UU. y, de paso, impulsar sus exportaciones.

En un contexto en el que la economía no logra arrancar con fuerza y la demanda interna se mantiene débil, la Fed ha decidido (en fallo dividido) que lo mejor que se puede hacer en estos momentos es una segunda ronda de “Quantitative Easing” (Relajamiento Cuantitativo), eufemismo utilizado para justificar la impresión de moneda. Para gran parte de los emergentes, la noticia no es bienvenida, porque supone una mayor debilidad del dólar y la consecuente apreciación de sus divisas nacionales. De esta forma, sus mercados se inundan de capitales en busca de mejores rentabilidades, a riesgo de que se generen burbujas de precios locales que más adelante terminen estallando.

Para Ben Bernanke, presidente de la Fed, está claro que el camino a seguir pasa por ayudar a que la demanda se recupere, a pesar de los riesgos inflacionarios que puede traer la decisión de emitir más dinero. “La inflación se mantiene en tasas que son demasiado bajas en relación con las que el Comité considera las más consistentes con el mandato de la Fed en el largo plazo. Esto nos estaría marcando una justificación para nuevas acciones”, afirmó en las últimas semanas Bernanke, asegurando también que la política del organismo será aumentar la tasa de inflación hasta el 2% mediante emisión monetaria, ya que es el nivel consistente con el largo plazo. Este anuncio ayudó a que el índice Dow Jones superara la barrera de los 11.000 puntos y que el dólar registrara mínimos históricos varias monedas.

Con esta medida, lo que hace el gobierno de EE.UU. es traspasarle sus actuales problemas económicos y de competitividad al resto del mundo (especialmente emergente, porque la Unión Europea sigue en crisis), al no poder conseguir que China, su principal socio comercial, modifique su política cambiaria (el yuan sigue una especie de convertibilidad con el dólar). Hasta ahora, el gobierno chino logró mantenerse inmune a las presiones para que flexibilice su tipo de cambio y ayude a mejorar la balanza comercial con EE.UU. De hecho, desde mediados de junio, el dólar se depreció un 12% con respecto al yen japonés y tan sólo un 3% con respecto al yuan chino. A pesar de ello, la inflación creció 3,5% en China y se estaría formando una burbuja de precios en el mercado inmobiliario.

La situación en otros mercados emergentes es de preocupación frente a esta solapada devaluación competitiva del dólar (y del yuan por su semi paridad fija con el dólar). Frente a las tasas cercanas a cero que se pagan en EE.UU., la UE y Japón, el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn advirtió del riesgo de que se formen burbujas de precios en países emergentes por el fuerte ingreso de capitales. El índice MSCI de mercados emergentes ganó un 15% desde principios de septiembre.

Para el ministro de Economía de Chile, Felipe Larraín, “tanto EE.UU. como China tienen la culpa por esta ’guerra monetaria’. A pesar de que la tensión cambiaria parezca ser una pelea sólo entre Washington y Beijing, sus consecuencias van mucho más allá de los dos países. Si bien la variación del tipo de cambio entre el dólar y el yuan es muy poca, la moneda estadounidense se deprecia contra las de los demás mercados emergentes. De la misma forma, economías desarrolladas pero con alto crecimiento como Australia y Corea del Sur deben enfrentar fuertes apreciaciones de sus monedas”.

Incluso en la Argentina se está dando un fenómeno atípico, como ser el convivir con una inflación elevada (en torno al 25% anual, según las estimaciones privadas) con un dólar que no se dispara y que tendería a la baja si no fuera por la intervención del Banco Central en el mercado cambiario. Pero para los inversores internacionales, esta política de la Fed conlleva un riesgo para 2011: que la inflación mundial sea una variable a tener muy en cuenta en sus decisiones de inversión. 

Fuente: El Cronista