Cómo está la carrera precio-salarios y mala ubicación de Argentina en términos de competitividad

jueves, 03 de junio de 2010

El resumen del contenido del Informe Económico Semanal del Banco Ciudad Nro. 89, elaborado por la Gerencia de Estudios Económicos de dicha entidad a cargo de Luciano Laspina, es el siguiente:

  • En medio de una creciente pirotecnia sindical-empresaria por el aumento de las demandas salariales y los pedidos de reapertura de las negociaciones paritarias, el INDEC registró un aumento del 19% de los salarios en abril. De este modo, los salarios vienen corriendo desde atrás a la tasa de inflación, que alcanzó un 21% anual en abril.
  • La velocidad de la carrera precios-salarios ha ido acelerando en los últimos meses y es sólo comparable a la que se registra en Venezuela. En el promedio de la región, salarios e inflación suben a un ritmo anual promedio del 5%. En Brasil, los salarios crecen al 8% y la inflación al 5%. En Argentina, las proyecciones para 2010 marcan una suba salarial en línea con una inflación que rondaría el 25%. Ambas proyecciones dependen crucialmente de una reapertura generalizada de las negociaciones salariales.
  • La carrera precios-salarios reúne todos los condimentos presentes en escenarios inflacionarios clásicos. En la primera fase del proceso inflacionario, las demandas salariales tratan de recuperar la inflación pasada. En una segunda instancia, las negociaciones comienzan a incluir un componente de expectativas que se anticipa a la inflación futura, incluyendo una “prima por riesgo de aceleración de los precios”. En una tercera fase, cuando la inflación tiende a acelerarse, los gremios compiten por subas salariales relativas. En los ‘70s esa carrera era liderada por los dos sindicatos fuertes de entonces: UOM y SMATA. Ahora las tensiones aparecieron tras la suba del 35% alcanzada por el sindicato de la alimentación.
  • Lo paradójico es que la tensión salarial ocurre en un escenario de relativa calma estacional de la inflación. En abril y mayo, la inflación rondó el 1,5% mensual, un 20% anualizado que está en línea con las paritarias de principios de año.
  • Los aumentos salariales comienzan a golpear a los sectores expuestos a la competencia externa, particularmente la industria, cuyos costos salariales vienen en ascenso. En la industria, hacia fines de año los salarios en dólares superarán en 50% a los vigentes antes de la devaluación de 2002. Para el promedio de la economía, los salarios en dólares retornarían este año a los niveles de 2001.
  • El problema no es la foto, que sigue siendo buena. Todavía existe un “colchón” salarial respecto a otros países de la región, en particular Brasil. Allí los salarios industriales en dólares crecieron 160% desde fines de 2001, aunque en buena parte por efecto de la apreciación cambiaria.
  • Pero la dinámica comienza a ser preocupante. Con inflación bajo control, los márgenes de nuestros socios comerciales para devaluar sus monedas sin gatillar una carrera dólar-inflación-salarios son mucho más amplios que los locales. Esta quizás sea una de las principales vulnerabilidades de nuestra economía ante un deterioro adicional del contexto externo
  • La pérdida de competitividad salarial no sería un problema si, al mismo tiempo, estuviese mejorando la competitividad sistémica.
  • De acuerdo con el Ranking de Competitividad Global del World Economic Forum, Argentina ocupa el puesto 85º sobre un total de 133 países. Se trata de la peor ubicación entre las economías latinoamericanas de ingresos medios. Argentina comparte su ubicación con Guatemala, Trinidad & Tobago, Gambia y Filipinas y se ubica muy lejos de Chile (30º) y Brasil (56º).

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