US$ 3.200.000

El gran robo que "durmió" 24 horas

jueves, 30 de junio de 2011

Ocurrió en un banco, pero no se difundió

Anteayer, en una de las esquinas en teoría más seguras de la ciudad, a siete cuadras de la Casa Rosada, dos delincuentes se llevaron de un banco una saca que contenía 3,2 millones de dólares.

El robo, espectacular por sus ribetes, por la ubicación y por el monto, tenía todo para ganarse un lugar de privilegio en la agenda informativa del día, pero, extrañamente, sólo se conoció 24 horas después. No son pocos los que sospechan que no se quiso empañar el anuncio que la presidenta Cristina Kirchner iba a hacer ese mismo día, en plena campaña electoral, de un nuevo plan de seguridad para el sur de la ciudad.

El asalto se produjo a las 11.30 de la mañana en la sucursal del banco Finansur en Sarmiento y Maipú. En casos de robos a bancos, la policía los difunde en forma inmediata y con lujo de detalles, algo que esta vez no ocurrió.

Se había tratado, además, de un golpe de características excepcionales, que incluyó la detonación, en el corazón del microcentro, de bombas de humo para distraer a la policía.

Resultó llamativo, asimismo, que tampoco la entidad financiera y la compañía transportadora de caudales (a cuyo personal le arrebataron la saca, dentro del banco) hayan informado sobre el robo.

Las fuentes policiales consultadas por LA NACION evitaron comentar la llamativa demora en dar a conocer el caso. Lo cierto es que anteayer no hubo móviles de TV o de radio en las puertas del banco luego de ocurrido el hecho.

Por esas horas, la atención estaba centrada en la Casa Rosada, donde se presentaba el nuevo plan de seguridad de la ministra Nilda Garré.

En cuanto al robo, no era habitual que se moviera semejante cantidad de dinero. Se trató de una operación de importación de dólares y los investigadores sospechaban ayer de la existencia de un entregador.

A partir de la reconstrucción de los hechos realizada por los pesquisas, se determinó que los asaltantes comenzaron a ejecutar el plan para concretar el robo anteayer, a las 11.30.

A esa hora, cuando la zona estaba saturada por los policías que estaban asignados a la custodia del área bancaria y por los uniformados que fueron convocados para el acto de lanzamiento del nuevo plan de seguridad, dos sospechosos arrojaron una bomba de humo desde un automóvil blanco.

En ese momento, la esquina de Corrientes y Maipú fue exclusivo dominio del caos y la confusión generada por el pánico de los automovilistas que se encontraron con la cortina de humo y de los transeúntes que sufrieron irritación en las vías respiratorias y en los ojos.

Entonces se sucedieron las llamadas al número de emergencias 911. Los móviles de las comisarías 1ra. y 3ra. no daban abasto para asistir todos los pedidos de auxilio.

Antes de arrojar la bomba de humo y de iniciar la maniobra distractiva, los asaltantes se aseguraron de que el camión de caudales de la firma Transplata hubiera pasado por esa esquina y llegado sin inconvenientes al edificio de cuatro pisos donde funciona el banco Finansur.

A las 11.37, dos sospechosos, uno de ellos semicalvo, con barba candado y vestido con un guardapolvo blanco, y el otro, más alto, con impermeable y una peluca negra, entraron en el banco y se dirigieron al mostrador de la recepción.

Según fuentes de la investigación, allí ambos sospechosos le preguntaron a la empleada sobre la documentación que debían presentar para realizar una transferencia bancaria.

La empleada respondió que debían dirigirse al sector situado en el otro lado del recinto.

Para entonces habían pasado cinco minutos desde que ambos sospechosos entraron en el banco y en el recinto comenzaban a oírse las primeras sirenas de los móviles que respondieron a las llamadas al 911 por el caos creado en el cruce de Corrientes y Maipú.

Huyeron a pie por Sarmiento

En ese momento, el camión de la empresa de caudales estacionó sobre Maipú, frente a la puerta de hierro marrón con vidrio visor, y un portavalores descendió del vehículo con una saca con US$ 3.200.000 que el banco Finansur había comprado a un banco del exterior.

Desde su puesto situado a un lado de la puerta, el custodio del banco le franqueó el ingreso al portavalores, que se dirigió al ascensor para ir al subsuelo.

En el tesoro del banco, un representante de la entidad, otro de la empresa transportadora de caudales y el despachante de aduanas esperaban al portavalores para contar el dinero y acreditar el depósito.

Pero en ese momento el portavalores fue sorprendido por los dos asaltantes, que lo amenazaron con pistolas 9 mm, le robaron la saca y huyeron por la puerta de hierro con barra antipánico.

El ladrón vestido con el guardapolvo con la saca y su cómplice huyeron por Sarmiento hacia la avenida 9 de Julio.

En un comunicado, el Banco Finansur se ocupó de "aclarar que este incidente es ajeno a la empresa y no afectó al patrimonio del banco".

La firma aseveró que el robo "fue a una transportadora de caudales cuando ingresaba en las instalaciones. Asimismo, Finansur señaló que "puso a disposición de la Justicia todas las imágenes obtenidas por las cámaras de video externas del banco a fin de colaborar con la investigación".

Al cierre de esta edición, no había detenidos y los investigadores comenzaron a revisar las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la zona para buscar algún rastro de los asaltantes.

Hasta el momento, los investigadores lograron establecer que por lo menos actuaron cuatro asaltantes. Dos de los sospechosos se encargaron de entrar en la entidad, hacerse pasar por clientes, amenazar con sus armas al portavalores y apoderarse del dinero. En tanto que el quinto sospechoso sería el entregador, que aportó los datos clave sobre el movimiento de semejante cantidad de dinero y el horario en el que llegaba el camión de caudales.

Los investigadores intentaban determinar por qué tanto dinero fue colocado en una sola saca y no se repartió en dos, para evitar cualquier arrebato.

Otro de los detalles que llamaron la atención de los detectives de la Policía Federal fue que el custodio del portavalores que llevaba la saca con los US$ 3.200.000 no lo acompañó cuando bajó del camión de caudales.

Fuente: La Nación