instrumentos financieros

El Banco Central se está quedando sin capacidad para esterilizar pesos

jueves, 03 de julio de 2014

Desde que fijó un tope a las tasas de interés que paga por las licitaciones de Letras no logra renovar sus vencimientos de deuda con los bancos

La política monetaria del Banco Central (BCRA) recuperó en las últimas semanas el sesgo claramente expansivo que la caracterizó durante los últimos años, al perder efectividad, tras el ajuste en las tasas que paga y los topes impuestos al interés que los bancos cobran por créditos a individuos, el principal mecanismo de absorción al que recurrió fuertemente en el verano, cuando su objetivo era frenar la corrida cambiaria.

Una nueva prueba de ello se tuvo ayer, cuando la entidad apenas recibió ofertas de compra de nuevas letras y notas (los títulos que emite para regular la oferta de dinero) por $ 5.594 millones, cuando le vencían papeles por más de $ 6.100 millones.

Ese desbalance, sumado a lo que debió erogar en concepto de intereses vencidos, determinó una inyección de liquidez a la plaza por esta vía -la tercera consecutiva- que rondó los $ 1.000 millones. En la última quincena, en idénticas circunstancias, había expandido la base monetaria en otros $ 3.600 millones.

De esta manera, el BCRA, que había retirado del mercado más de $ 80.000 millones por esta vía hasta comienzos de junio, lleva inyectados $ 4.600 millones en las últimas tres semanas. El dato sería anecdótico si no fuera porque, gracias a los constantes giros en favor del Tesoro nacional (para financiar sus desequilibrios) o la emisión de pesos que surge como contraparte de la compra de divisas, la oferta monetaria se expandió en $ 14.000 millones durante las tres primeras semanas de junio. De hecho, incluso ayer también inyectó otros $ 1.500 millones, al comprarles 180 millones de dólares a exportadores.

Vale recordar que este rebrote de desborde monetario se produce en momentos en que la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo vuelve a situarse en torno al 50% y la inflación encuentra escollos para seguir aminorando, dado el tarifazo a los colectivos y los aumentos recurrentes a los precios de los combustibles.

Para los analistas, la menor esterilización y el cambio de sesgo en la política monetaria no fueron deliberados, sino consecuencia de los problemas que comienza a mostrar el Banco Nación para actuar como socio del ente monetario en esa tarea. El Nación llegó a concentrar el 73% del stock de deuda emitida por el BCRA a diciembre pasado, pero se vio compelido últimamente a financiar distintos planes oficiales y atender demandas de tesoros provinciales, con lo que quedó alcanzado también por el estigma de la "manta corta".

"Ese rol debía asumirlo la banca privada. Pero con el call en niveles más interesantes [ayer saltó de 11,25 a 21,25% anual por préstamos a un día, y había llegado al 37% hace dos martes, cuando el Nación se corrió por primera vez de ese negocio) y la necesidad de no poner presión a las tasas pasivas, ahora que las activas tienen techo, los bancos tienden a guardarse los pesos", dijo un consultor.

"La banca optó por reemplazar parte de lo invertido en Letras que debían renovar al 27% por cheques de corto plazo, para preservar su rentabilidad. Esto rompió el precario equilibrio logrado entre tasas y brecha cambiaria, con futuro incierto", advirtió el consultor Nicolás Dujovne. 

Fuente: iProfesional